James Cameron y el reparto de 'Avatar: El camino del agua' aguantan la respiración

James Cameron sabía cuál era la pregunta que le quería hacer sobre su nueva secuela, “Avatar: El camino del agua”.

“‘¿Por qué tardaste tanto?’ No nos vayamos por las ramas”, comentó el director.

Es una pregunta justa, pues después de que la aventura de ciencia ficción de Cameron de 2009 recaudara casi 3000 millones de dólares y se convirtiera en la película más taquillera de todos los tiempos, una continuación que nos devolviera al seductor mundo alienígena de Pandora tardó en hacerse realidad. Hollywood ha cambiado tanto en ese tiempo que 20th Century Fox, el estudio que financió “Avatar” y el gran éxito de Cameron, “Titanic”, fue adquirido por Disney justo después de que la secuela entrara finalmente en producción en 2017.

¿Por qué le tomó tanto tiempo a Cameron? En una videollamada reciente con su reparto, confesó haber dejado de lado la película durante unos años mientras se dedicaba a su pasión por la exploración de las profundidades marinas. Después de construir un submarino diseñado para llevarlo al fondo de la Fosa de las Marianas, el lugar más profundo conocido de este planeta, Cameron logró ese objetivo en marzo de 2012, incluso mientras se mostraban preocupados sus actores de “Avatar”.

“No dejábamos de pensar: ‘Espero que sobreviva para hacer una nueva película’”, relató Sigourney Weaver.

Incluso cuando Cameron convocó una sala de guionistas para trazar una segunda y tercera película, “acabé con más historia de lo que esperaba”, aseguró. Una historia que se concibió en un principio para completar una trilogía llegó a abarcar cuatro películas más, que requirieron una cantidad considerable de preproducción: escribir esas nuevas películas tomó cuatro años, y diseñar sus diferentes biomas, culturas y vestuarios, otros cinco.

Pero “Avatar: El camino del agua” reconoce que ha pasado mucho tiempo desde la primera película: en esta entrega, el soldado convertido en liberador Jake Sully, interpretado por Sam Worthington, y su gran amor, la alienígena de piel azul Neytiri, con la actuación de Zoe Saldaña, son padres de una familia que incluye tres niños na’vi, un niño humano que pasa a formar parte de su grupo y una na’vi huérfana y adolescente interpretada por Weaver, de 73 años, gracias a la magia de la captura de movimiento. (Se trata de un personaje diferente al que Weaver interpretó en la primera “Avatar”, y se espera que cualquier posible confusión quede mitigada por la irresistible audacia de la decisión de reparto).

“Avatar: El camino del agua” también añade nuevos coprotagonistas, como la protagonista de “Titanic” de Cameron, Kate Winslet, e incorpora varias secuencias en alta mar que requieren que el reparto filme bajo el agua mientras aguanta la respiración durante minutos. “Siempre sales de un viaje de ‘Avatar’ con la sensación de saber más de lo que sabías antes, y eso es estimulante”, afirmó Saldaña.

¿Sienten la presión de replicar el impresionante éxito de la primera “Avatar”? “No puedes ser esclavo de las fuerzas externas”, opinó Worthington. “Solo tienes que ir a trabajar, y ser valiente y tan sincero como puedas”. Aún así, Cameron es realista: ya filmó la tercera película y un poco de la cuarta, pero sabe que su capacidad para terminar una franquicia de cinco películas depende del rendimiento de taquilla de “Avatar: El camino del agua”, que se estrenará en cines el 16 de diciembre.

“Si hacemos algo de dinero con dos y tres”, reveló Cameron, refiriéndose a las secuelas, “todo está planeado. Los guiones ya están escritos, todo está diseñado. Así que solo hay que esperar”.

A continuación fragmentos editados de nuestra conversación.

P: No es fácil seguir haciendo la película más taquillera de la historia, pero James, ahora has tenido que hacerlo dos veces. ¿Qué aprendiste de los resultados de “Titanic” que podrías aplicar en la continuación de “Avatar”?

JAMES CAMERON: No puedes pensar en esos términos. Si incorporo eso en cada decisión que tomo, entonces piensas: “Muy bien, ¿el color que irá en la parte posterior de este Ilu marcará la diferencia de 10 millones de dólares brutos globales?”. Tengo que recordar constantemente que debo divertirme y disfrutar el día porque de lo contrario estaría compitiendo conmigo mismo.

Entonces, ¿es este un James Cameron más divertido?

SAM WORTHINGTON: Sí, desde luego.

CAMERON: No hablen todos a la vez.

P: ¿Cuál fue la mayor diferencia entre hacer la primera y la segunda película?

ZOE SALDAÑA: Hubo muchos más desafíos. Yo era más joven en la primera entrega, y no tenía hijos. Ahora tengo tres hijos.

CAMERON: Y Zoe y Sam ahora interpretan a padres, quince años después. En la primera película, el personaje de Sam salta de su criatura voladora y básicamente cambia el curso de la historia como resultado de ese acto de fe loco y casi suicida. Y el personaje de Zoe salta de una rama y supone que habrá algunas hojas grandes y agradables allí abajo que pueden amortiguar su caída. Pero cuando eres padre, no piensas de esa manera. Entonces, para mí, como padre de cinco hijos, digo: “¿Qué sucede cuando esos personajes maduran y se dan cuenta de que tienen una responsabilidad más allá de su propia supervivencia?”.

P: ¿Tener hijos cambió la forma en que tomas riesgos en tu propia vida?

CAMERON: Sí, fui bastante salvaje en mi juventud desperdiciada, y hay muchos riesgos que no tomaría ahora. Veo algo de ese salvajismo en mis propios hijos, y hay historias que están embargadas hasta que cumplan cierta edad. Pero definitivamente eso afecta toda tu perspectiva de tener hijos.

También quiero hacer lo que otras personas no hacen. Cuando miro estas películas grandes y espectaculares (me refiero a Marvel y DC), no importa la edad que tengan los personajes, todos actúan como si estuvieran en la universidad. Tienen relaciones, pero en realidad no las tienen. Nunca dejan atrás su vida por culpa de los hijos. ¿Las cosas que realmente nos anclan y nos dan poder, amor y un propósito? Esos personajes no lo experimentan, y creo que esa no es la forma de hacer películas.

WORTHINGTON: Jim escribió esta familia de una manera excelente, en la que no solo está en juego la vida o la muerte, sino que los conflictos son muy domésticos. Todavía hay discusiones con los niños que tienes todos los días, como: “Recoge tu ropa, y acábate la comida”, a pesar de que el mundo está en guerra. Para ser honesto, he usado mucho de lo que aprendí al reaccionar ante los adolescentes en la película y lo volví a poner en mi vida real, porque tengo tres niños; mi casa es un zoológico, y alguien tiene que ser el Gran Santini y mantenerlos a raya.

P: James, incluso antes de que tuvieras hijos, muchas de tus películas de acción exploraban esa dinámica de los padres. Estoy pensando en Sarah Connor y su hijo, John, en “Terminator 2”, o en Ripley y Newt en “Aliens”.

CAMERON: Creo que es una cuestión de qué le interesa a uno como escritor y director. Lo único que aprendí es que debes tener algo en lo que los actores puedan hincar el diente, algo que puedan aprovechar de su experiencia de vida. Sabía mientras lo escribía que Sam y Zoe eran padres jóvenes y que estas cosas resonarían para ellos, pero si estás hablando con una audiencia joven, déjalos sentirse validados de que los niños en otro planeta, dentro de 200 años, están pasando por los mismos problemas que ahora.

P: Sigourney, ¿cómo reaccionaste cuando te enteraste de que interpretarías a una niña de 14 años malhumorada y capturada en movimiento?

SIGOURNEY WEAVER: Recuerdo que cuando Jim finalmente tomó la decisión, dijo: “Puedes hacer esto porque eres muy inmadura. Nadie sabe esto excepto yo, pero sé que solo tienes 14 años en el fondo”. Y creo que Jim tiene unos 16 años, ¡así que no está muy equivocado! Pero fue increíblemente emocionante liberar a la niña de 14 años que llevas dentro y refinarla, porque tener 14 años no es tan divertido. Creo que todos recordamos lo insoportable que a veces puede ser y lo injustas que parecen las cosas en el momento. Si estás interpretando a alguien tan sensible como una niña de 14 años que ha sido desarraigada, ese es todo un mundo de aventuras que puedes tener como este personaje.

P: Zoe, ¿cómo fue interpretar a la figura materna de Sigourney Weaver?

SALDAÑA: Ay, Dios mío, hubo momentos en los que diría: “Esa es la adolescente que simplemente me odia”. Yo fui hija antes de convertirme en madre, y recuerdo esos momentos con mi madre en los que me sentí completamente confundida e incomprendida.

P: Películas como “Aquaman” y la próxima versión de acción en vivo de “La Sirenita” tienen lugar bajo el agua, pero en realidad no sumergen a los actores. “Avatar: El camino del agua” sí, y los actores tuvieron que aprender a contener la respiración durante varios minutos para filmar algunas de sus secuencias submarinas. ¿Qué se gana con hacerlo de verdad?

CAMERON: Ah, no sé, ¿quizás que se vea bien? ¡Vamos! Quieres que parezca que la gente está bajo el agua, así que tienen que estar bajo el agua. No es un salto gigantesco... si estuvieras haciendo una película de vaqueros, estarías aprendiendo a montar a caballo. Sabía que Sam era surfista, pero Sig, Zoe y los demás no eran gente especialmente orientada al mar. Así que fui muy específico en cuanto a lo que se necesitaría, y conseguimos que los mejores especialistas en retención de la respiración del mundo les hablaran de ello.

SALDAÑA: El primer paso es fingir que lo haces hasta que lo logres: le dices a tu jefe: “Sí, absolutamente, estoy muy emocionada”, y luego es un completo horror. Piensas: “¿Qué voy a hacer?”. En el mejor de los casos, te vas a ir con una nueva aptitud, pero yo tenía miedo. Vengo de generaciones de isleños, y lo que la gente no sabe de la vida isleña es que, si eres de islas que han sido colonizadas, un gran porcentaje de la gente no sabe nadar. A través del folclore, te enseñan a amar el océano como si fuera una diosa, pero le temes.

P: Cuando se trataba de contener la respiración, ¿cuáles fueron sus mejores marcas personales?

SALDAÑA: Soy muy competitiva, pero teníamos una actriz ganadora del Oscar en nuestro elenco que hizo siete minutos.

P: ¿Era Kate Winslet?

WEAVER: Ay, Dios, sí, siete minutos.

P: ¿Tenías idea de que ella era capaz de eso?

CAMERON: ¡No, y ella tampoco! Pero Kate es un demonio para la preparación, por lo que se aferró al buceo libre como algo en lo que podría construir su personaje. El personaje de Kate es alguien que creció bajo el agua como un na’vi adaptado al océano: son tan diferentes físicamente de los na’vi del bosque que casi los clasificaríamos como una subespecie. Así que tenía que estar completamente tranquila bajo el agua, y resultó que era natural.

SALDAÑA: Llegué casi hasta los cinco minutos. Eso es un gran logro, chicos.

CAMERON: Cinco minutos es mucho. Sig hizo seis y medio.

WEAVER: ¡Para sorpresa del profesor! Dijo que te deshicieras de tu instinto de mamífero de decir: “Ah, Dios mío, mi cara está en el agua”. Así que pasas varios minutos simplemente volviendo a poner tu cuerpo en ese elemento y dejando que esos sentimientos de persona terrestre se disuelvan.

SALDAÑA: Estaba en Europa, nadando en el Mediterráneo con mi esposo y nuestros hijos, y se lo transmití a mis hijos: estaban nadando bajo el agua. Pude hacer eso porque me rendí a algo, pero no fue maravilloso desde el principio, tengo que decir.

CAMERON: Ahora todo sale a raudales.

WORTHINGTON: ¡El trauma!

P: Desde que salió la primera película, los problemas ambientales se han vuelto aún más urgentes. ¿Cómo responde “Avatar: El camino del agua” a eso?

WORTHINGTON: En la primera película, Jake Sully dice: “Abre los ojos. Tarde o temprano, tienes que despertar”. Eso es lo que hace en la película: despierta al mundo y a esta otra cultura, y creo que “Avatar: El camino del agua” se trata de proteger todo eso.

CAMERON: En la primera película, terminas con una sensación de indignación moral por la destrucción de un solo árbol. Tenemos algo muy similar que tiene lugar en “Avatar: El camino del agua”, y por lo que hemos visto en las audiencias de prueba, las personas sienten la misma sensación de indignación moral. ¿Se traduce eso de alguna manera, cuando la gente sale del cine, en la forma en que piensan sobre el mundo, sobre la naturaleza, sobre nuestra responsabilidad con el medio ambiente? Tal vez, no lo sé.

WEAVER: Nos abriste los ojos en el primero, pero el segundo, porque trata sobre los océanos y estamos teniendo una crisis con los océanos, siento que es mucho más transformador. Si nuestro objetivo es convertirnos en parte de la campaña de la Liga Mundial de Surf y proteger el 30 por ciento del océano para 2030, realmente siento que esta película avanzará en ese objetivo. Y se ve reforzada por el hecho de que el 3D te pondrá absolutamente en Pandora, en el agua.

CAMERON: Jacques Cousteau dijo: “No protegerás lo que no amas”. Sabía que la manera de hacer que la gente ame el océano es mostrárselo con toda su belleza, complejidad y grandeza. Estamos perdiendo las ballenas, estamos perdiendo los delfines, estamos perdiendo los tiburones. Estamos perdiendo los arrecifes de coral debido a que el [dióxido de carbono] atmosférico se disuelve en el océano. La gente mirará hacia atrás dentro de cien años y dirá: “Teníamos todas esas cosas y las desperdiciamos”. Eso está en [la película], pero de una manera muy orgánica como parte de la narración. La advertencia está entre líneas.

P: La primera película de “Avatar” fue un gran avance en lo que respecta al 3D. ¿Qué opinas de lo que ha sucedido con el formato en los años posteriores?

CAMERON: Creo que los estudios lo echaron a perder. Para ahorrarse un veinte por ciento del costo de autoría del 3D, apostaron por la posconversión 3D, que lo quita de las manos del cineasta en el plató y lo pone en un proceso de posproducción que dio un mal resultado. Creo que la nueva película “Avatar” reavivará el interés por el 3D de autoría nativa, que personalmente me parece la forma correcta de hacerlo. Yo digo que se hace 3D o no se hace 3D, pero que no se intente ponerlo después para conseguir el sobreprecio en la entrada.

SALDAÑA: Y mira, ¿quieres ganar mucho dinero o quieres hacer algo de lo que estés realmente orgulloso y que resista el paso del tiempo?

CAMERON: ¿Tengo que elegir?

SALDAÑA: Es lamentable, pero la gente eligió la máquina de hacer dinero, la posconversión. Y no todos los directores son como Jim, con el nivel de compromiso que tú pones. Esa es la diferencia entre un proyecto que es solo un éxito de taquilla y algo que es realmente especial, y me gustaría que más directores lo entendieran. Si hicieran un pequeño curso en el [Gremio de Directores de América]...

CAMERON: ¡Yo lo impartiré!

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