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Isaac Brizuela y su desplante negativo con los aficionados de Chivas

Chivas y sus aficionados atraviesan una de sus peores rachas en la Liga MX (Foto de: Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images)
Chivas y sus aficionados atraviesan una de sus peores rachas en la Liga MX (Foto de: Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images)

Chivas está viviendo uno de sus peores torneos en la historia: en ocho partidos disputados, Guadalajara aún no puede conocer la victoria; tienen seis juegos empatados y dos perdidos. Aunado a eso, solo tienen cinco tantos a favor y siete en contra, una de las peores ofensivas del campeonato. Pero la situación no parece ser favorable.

Los resultados no se dan dentro del campo y con la cara de vergüenza, el equipo intentó arreglar su relación con su afición —que de por sí parece ser insostenible— y declararon que la entrada sería gratuita para el siguiente partido que jueguen de locales, pues la idea es que los sigan alentando a pesar del mal momento que atraviesan. Pero Isaac Brizuela demostró que a la interna piensan lo contrario.

Guadalajara viajó a Aguascalientes para disputar su duelo correspondiente a la jornada 10, frente a Necaxa. Cuando el equipo bajaba su equipaje e ingresaban al hotel de concentración, las exigencias de los aficionados no se hicieron esperar. En ese momento, Brizuela, que para muchos aficionados rojiblancos es un estandarte actual del equipo, los mandó a callar haciendo el conocido gesto de silencio. Si no es suficiente con lo demostrado en la cancha, el equipo tampoco se ha vuelto autocrítico.

Los fanáticos siempre son individuos que se suben a propios sus equipos, integran un colectivo donde se comparten las mismas pasiones, opiniones, sentimientos, camaradería. El equipo provoca que sus aficionados se sientan parte de un todo, una adhesión, por ello toman la camiseta con el mismo valor de una bandera. Pero esa cuestión muchas veces no es respetada ni por los jugadores ni por algunos sectores de pseudoaficionados.

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Guadalajara hoy tiene un problema severo, y no tiene que ver directamente con el cambio de técnico, pues en la última década han desfilado por ese mismo banquillo 12 estrategas distintos. Y solo uno pudo encontrar la fórmula con demasiada motivación: Matías Almeyda. El mismo que enajenó a los rojiblancos porque en cada torneo esperan a que el Pelado pegue la vuelta y vuelvan a sus “mejores” años.

La actualidad de Chivas de pronto se vuelve más predecible que inesperada. Cada vez es un equipo menos protagonista, que se conforma con empatar los clásicos estelares que les toca disputar (Nacional y Tapatío), pero que aún mantiene la idea de ser uno de los “Grandes” por la gran cantidad de aficionados que tienen. Chivas dejó los lugares privilegiados para pasar a ser uno más del montón, no tiene ni pies ni cabeza; no tiene roce internacional y a las Liguillas de los últimos 10 torneos, solo se han clasificado a dos mediante el formato de Repechaje.

Al día de hoy, Chivas ya no es un equipo protagonista dentro de la Liga MX (Foto de: Refugio Ruiz/Getty Images)
Al día de hoy, Chivas ya no es un equipo protagonista dentro de la Liga MX (Foto de: Refugio Ruiz/Getty Images)

El equipo ya no intenta hacerse de los mejores jugadores mexicanos del mercado, sino que se hace de los que aún no terminan siquiera por consolidarse dentro de los equipos de los que provienen. Alexis Vega es el futbolista que más sobresale del equipo, sin embargo, sus números son pobres: en ocho encuentros ha anotado un gol y ha dado dos asistencias. Estrella esféricos en los postes, le anulan goles y ha fallado penales. Aún con eso, sobresale por sus características técnicas. El resto de los jugadores pasan por un nivel de juego por debajo de lo esperado.

El rostro de la afición del Rebaño es cada vez más cabizbajo. Las redes se inundan de comentarios y burlas en contra de ellos. Los propios seguidores rojiblancos han tomado un sentido de importancia mayor que la de los propios jugadores con pasiones exacerbadas que los hacen llegar al llanto. El caso de Gonzalo que hace berrinche por ver perder a las Chivas es solo un episodio más que quedó enmarcado en la red para el uso exclusivo de burla contra los “Chivahermanos”, mismos aficionados que lloran y hacen lo imposible por un equipo que no los toma en cuenta y que dejó de funcionar tiempo atrás.

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