Irlanda volvió a poner de rodillas a los All Blacks, con un plus: le ganó por primera vez en Nueva Zelanda

David Havili es la cara de la decepción de los All Blacks, que perdieron con Irlanda por segunda semana consecutiva
David Havili es la cara de la decepción de los All Blacks, que perdieron con Irlanda por segunda semana consecutiva - Créditos: @ap

Las ventanas de invierno en el Hemisferio Sur suelen ser una ventaja para los All Blacks, los Wallabies y los Springboks. Por historia -son las tres grandes potencias a nivel mundial- por la localía y por el momento del año. Los seleccionados del norte llegan al final de una extensa y desgastante temporada, mientras que los del sur arrancan su calendario internacional de cara al Rugby Championship. Irlanda e Inglaterra rompieron la regla y se fueron victoriosos de Oceanía.

El deporte irlandés vive una de sus jornadas históricas. Por primera vez se van victoriosos de Nueva Zelanda, el país en el que se respira rugby y hoy atraviesa una crisis, con el entrenador Ian Foster y el capitán Sam Cane en la mira. El trébol se convirtió en el quinto equipo en la historia del rugby que logró llevarse una serie ante los All Blacks como visitantes. Lo había hecho Sudáfrica en 1937, los British & Irish Lions en 1971, Australia en 1986 y Francia en 1994. Este sábado lo realizó el combinado entrenado por el inglés Andy Farrell, tras el triunfo de la semana pasada en Dunedin y éste, por 32-22, en el Sky Stadium de Wellington. La tanda de encuentros había arrancado con una contundente victoria de los All Blacks por 42-19 en el Eden Park, que sigue siendo su fortaleza.

El resumen del triunfo de Irlanda sobre All Blacks

Irlanda fue un ganador incuestionable. Como en los dos tests previos golpeó de entrada, esta vez a los cuatro minutos a través de Josh van der Flier, una de las figuras de la cancha. Fue contundente en ataque y en defensa y se fue arriba al descanso por 22-3, una diferencia enorme que terminaría siendo determinante. Con el orgullo tocado y el empuje de jugadores como Ardie Savea, Akira Ioane y Will Jordan, los autores de los tres tries y las figuras del equipo, los All Blacks reaccionaron y pusieron contra las cuerdas a su rival. Pero el conjunto europeo tuvo la compostura para soportar el asedio y terminar inclinando el resultado a su favor, gracias al try de Rob Herring y la puntería de Johnny Sexton, que a los 37 años sigue agrandando su figura. El héroe silencioso fue Tadgh Beirne, un jugador de perfil bajo, que fue una fiera en defensa y apagó varios incendios con las pelotas recuperadas.

La alegría de Johnny Sexton tras la victoria de Irlanda sobre los All Blacks
La alegría de Johnny Sexton tras la victoria de Irlanda sobre los All Blacks - Créditos: @ap

El trébol cerró una temporada brillante, con pocas fisuras. A pesar de haberse quedado con el sabor amargo de perder el 6 Naciones frente a Francia, dio pasos adelante en su juego, superó tres veces a Nueva Zelanda, además de conseguir contundentes triunfos ante Inglaterra, Gales, Escocia y Argentina. Andy Farrell, que arrancó con dudas su etapa en 2020, hoy es la cabeza de un seleccionado con una idea bien marcada y un plantel amplio, lleno de variantes. El entrenador se mostró exultante tras el éxito en Wellington. “Este es un grupo especial. Esto es probablemente lo más difícil de hacer en el mundo del rugby. Vinimos aquí con esta tarea y lo hicimos directamente desde el principio, lo cual es genial”.

Irlanda aún tiene una deuda histórica, que es superar la barrera de los cuartos de final de un mundial. Es el único de los seleccionados del Tier 1 que nunca accedió a las semifinales y otra vez vuelve a estar en un pico alto a un año de la Copa del Mundo. “Dijimos que sería el comienzo de nuestro año de la Copa del Mundo, pero probablemente sea un poco más grande que eso”, expresó Farrell. Johnny Sexton, el 10 que sigue siendo irremplazable, tuvo una gran serie, pero mantiene los pies sobre la tierra. “Sé que, dentro de un año, cuando comience la Copa del Mundo, esto no significará nada como hemos aprendido antes. Pero ciertamente disfrutaremos esta noche y tal vez un par de días más. Luego tenemos que seguir mejorando”. El apertura se retirará del seleccionado tras la cita mundialista y buscará aprender las lecciones del pasado. Integran el difícil Grupo B junto a Sudáfrica, Escocia, Rumania y el ganador de Tonga-Hong Kong. El cruce de cuartos de final saldrá de la zona que están Francia y Nueva Zelanda.

El irlandés Garry Ringrose se lanza de cabeza al try
El irlandés Garry Ringrose se lanza de cabeza al try - Créditos: @ap

Del otro lado está la decepción de los All Blacks, en un ciclo de Ian Foster que no termina de convencer. Un país que vive del rugby y perdió esa aura ganadora que traía de las etapas de Graham Henry y Warren Gatland. Un seleccionado vulnerable en defensa, deficitario en el juego en el piso y lejos de esa mentalidad arrolladora que solía mostrar. Desde 1998 no perdían dos partidos consecutivos como locales. Deberán mirar para adentro, realizar una buena autocrítica y volver a reconstruirse, porque aún tienen un valor enorme en sus jugadores para llegar bien preparados para Francia 2023.

En Australia, Inglaterra dio vuelta su serie frente a los Wallabies y terminó una temporada irregular con una sonrisa. Tras la derrota en el primer test en Perth, se quedaron con los encuentros en Brisbane y el de este sábado en Sídney por 21-17, en una serie reñida, pareja y jugada al límite. Con muchas caras nuevas, mezclados con jugadores experimentados como Owen Farrell, Courtney Lawes y Billy Vunipola, los dirigidos por Eddie Jones siguen construyendo de cara al Mundial. Necesitaban ganar, para mejorar la autoestima y empezar a forjar bases sólidas. Australia fue ineficaz cuando ubicó el juego en campo rival y aún no termina de convertirse en un equipo confiable, aunque sí en uno muy peligroso, con backs que marcan la diferencia.

El resumen de la victoria de Inglaterra sobre los Wallabies

En otro de los duelos de la jornada, en la espera de Argentina frente a Escocia, Sudáfrica superó a Gales por 30-14 y desniveló la serie, que estaba igualada en un triunfo por lado. En Bloemfontein y ante su gente, los Springboks fueron implacables.