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Inolvidable: el tributo que Roland Garros le ofreció a Jo-Wilfried Tsonga, uno de sus últimos ídolos, en su partido final

Un momento único para Jo-Wilfried Tsonga: el exnúmero 5 del mundo se despidió del tenis con un homenaje singular que emocionó a todos en el Philippe Chatrier
CHRISTOPHE ARCHAMBAULT

PARIS – ¿Cómo no emocionarse? ¿Cómo hacer para que no se haga un nudo en la garganta? Como en las grandes jornadas, el inmenso estadio Chatrier rugió en la ovación y se conmovió en el último día como tenista de Jo-Wilfried Tsonga, uno de los ídolos más recientes del tenis francés. Fue el último torneo, la última parada de una carrera destacada. Tsonga se despidió a la altura de su trayectoria: con un partido palo y palo contra Casper Ruud, el número 8 del mundo, que lo superó por 6-7 (6-8), 7-6 (7-4), 6-2 y 7-6 (7-0); agotado y dolorido, el francés ya había vaciado el tanque en el momento del último tie-break.

“Merci Jo”, fue el mensaje de un estadio de pie para saludar a este jugador nacido en Le Mans, que llegó a ser el número 5 del mundo hace diez años, que ganó 18 títulos y alcanzó otras 12 finales, incluida la del Australian Open 2008, su mejor participación en un Grand Slam, y el Masters de Londres 2011; llegó además a dos semifinales en Roland Garros y a otras dos en Wimbledon, y fue campeón de la Copa Davis en 2017, y es apenas uno de los tres jugadores que vencieron a Nadal (4 veces), Djokovic (6 triunfos) y Federer (6 victorias) cuando los tres estaban en lo más alto del ranking, además de haber estado 260 semanas en el Top 10.

Desde el corazón: la emoción de Jo-Wilfried Tsonga luego de la derrota frente a Casper Ruud, en su último partido como profesional
CHRISTOPHE ARCHAMBAULT


Desde el corazón: la emoción de Jo-Wilfried Tsonga luego de la derrota frente a Casper Ruud, en su último partido como profesional (CHRISTOPHE ARCHAMBAULT/)

Saltó a la fama en enero de 2008, cuando desembarcó en Melbourne como el 38° del mundo, y el público local se sorprendió cuando en la primera rueda del US Open despachó a Andy Murray, por entonces 9° del mundo, en cuatro sets. La pregunta que brotó naturalmente fue: “¿Quién es ese chico que le pega garrotazos a la pelota y que se parece a Muhammad Alí?”. Con excelente sentido del humor, no tuvo problemas en prestarse a sesiones fotográficas ataviado como un boxeador, lo que resaltaba su parecido físico con el legendario campeón mundial de los pesados.

Una postal de su juventud; cuando lo comparaban físicamente con el gran Muhammad Ali
Una postal de su juventud; cuando lo comparaban físicamente con el gran Muhammad Ali


Una postal de su juventud; cuando lo comparaban físicamente con el gran Muhammad Ali

Carismático, talentoso y batallador, Tsonga perteneció a esa clase de jugadores capaces de brindar un gran espectáculo. Buenos Aires lo pudo disfrutar en el ATP porteño de 2016. Sin embargo, una lesión en la espalda lo tuvo a maltraer en los últimos dos años y le restó continuidad en el tour. Consiguió su última victoria ante su compatriota Gilles Simon, en febrero pasado, en Marsella. Como uno de los jugadores más destacados de Francia en los últimos años, la Federación gala le ofreció un homenaje singular en el Chatrier. Todo el tenis francés quiso estar allí. Ingresaron a saludarlo en persona Gilles Simon, Benoit Paire, Richard Gasquet, Gaël Monfils y Pierre Hugues Herbert; por video llegaron las palabras de Andy Murray, Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer, con el suizo como dueño de los mayores aplausos. En ese court central que lo vio jugar tantas veces se abrazó con Noura, su mujer, y sus hijos Shugar y Leelow, sin poder contener la emoción. “Fue una aventura increíble. Tuve la ayuda de mucha gente. Fui muy afortunado de poder cumplir mis sueños”, expresó.

Pero, en abril pasado, anunció el adiós: “Mi cuerpo no da para más”. Se tomó el tiempo necesario para la decisión final. Hasta que entendió que no tenía sentido prolongar su permanencia en un circuito internacional cada vez más exigente. “¿Por qué tomé la decisión de retirarme? Es una combinación de cosas, la consecuencia lógica de los últimos años, mi edad, mi trayectoria vital también. Mis prioridades han cambiado. El hecho de formar una familia cambió todo. También está el hecho de que mi cuerpo está magullado por años de trabajo y competición y ahora no está a la altura. La capacidad que solía tener para esforzarme físicamente me ha abandonado. Hay que ser realista. No fue una elección fácil. Durante los últimos veinte años, el tenis había ocupado todo el espacio de mi vida”, dijo Tsonga en el momento de explicar su retiro.

Para el tenis francés, es un duro impacto. Porque pronto también se retirará Gilles Simon, y más tarde o más temprano se despedirá Richard Gasquet, de 35 años. La generación de reemplazo aún no ha logrado alcanzar todo lo que se aguarda de una de las grandes potencias del tenis, una de las federaciones –junto con Australia, Estados Unidos y Gran Bretaña- que cuentan con recursos e infraestructura a partir de sus torneos de Grand Slam.

Si bien Francia tiene jugadores jóvenes, todavía están lejos de los primeros puestos del ranking. Hoy, los que están mejor ubicados son Ugo Humbert (23 años y 46º del mundo), y Benjamin Bonzi (25 años y 46º), y hay muchas esperanzas puestas en Hugo Gaston, de 21 años. Por el lado femenino se aguarda a Clara Burel (94ª), de 21 años, y a Diane Parry, ex número 1 junior (97ª), de 19 años y que en noviembre pasado fue finalista del WTA Argentina Open en el Buenos Aires y campeona luego en Montevideo.