Independiente: un cambio de estilo y esa sensación ambigua ante Beccacece, una especie de “enemigo íntimo” del universo Rojo

Sebastián Beccacece, ahora como DT de Defensa y Justicia, siempre mirado de reojo por los hinchas y dirigentes de Independiente
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Independiente logró sostener el invicto y la punta del torneo (al menos hasta este sábado, cuando Lanús puede superarlo). Igualó 0-0 con Defensa y Justicia en un partido en el que gozó de las situaciones más claras pero cuyo resultado acabó salvando el arquero Sebastián Sosa, con dos grandes tapadas en los minutos finales.

Desde su tempestuoso paso por el Rey de Copas hace dos años, Sebastián Beccacece se ha convertido en una especie de “enemigo íntimo” del universo Rojo. No en el interior del plantel, donde permanecen varios de los que fueron sus dirigidos (abundaron los saludos afectuosos antes de empezar), pero sí entre los hinchas y la dirigencia.

Lo mejor de Independiente ante Defensa

Los primeros, al margen de los malos resultados y el juego dispar del equipo, le recriminan al técnico rosarino haberse cruzado inmediatamente de vereda y, sobre todo, la efusiva celebración y las declaraciones posteriores a la victoria en aquel clásico en el que la Academia estuvo muchos minutos con dos hombres menos. Los directivos recuerdan con gesto amargo algunos fichajes millonarios realizados por pedido del entrenador, en especial el de Alexander Barboza, por quien pagaron 3,75 millones de dólares que nunca quedaron justificados.

Desde entonces, cada cruce con Beccacece parece condimentado con ciertas pizcas de revancha. Más aún si se tiene en cuenta que en este tiempo uno se dio el gusto de celebrar dos títulos internacionales y los otros solo sumaron decepciones. En la práctica, eso se concreta en duelos cerrados, parejos, incluso ásperos.

La confianza que dan los triunfos le brinda al actual Independiente un colchón que no existía hace apenas unas semanas. Se permite ahora el Rojo ir a buscar a los rivales a su campo o tratar de juntarse en torno a la pelota cuando logra la posesión. La presencia de Domingo Blanco y Alan Soñora en la línea media (un diestro y un zurdo) le agrega además salida limpia por cualquiera de los dos perfiles, y le otorga al equipo la posibilidad de dominar el juego durante lapsos más o menos prolongados.

Julio Falcioni dio muchas indicaciones durante el partido que Independiente y Defensa igualaron 0-0 en Avellaneda
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Julio Falcioni dio muchas indicaciones durante el partido que Independiente y Defensa igualaron 0-0 en Avellaneda (Fotobaires @nicolasaboaf/)

Fueron del local los 20 iniciales, aprovechando también que el Halcón salió a esperar en su campo. Y suyas fueron las escasas ocasiones de la primera mitad. Se lució Ezequiel Unsaín a los 16 manoteando al córner un tiro libre de Soñora con destino de ángulo; y cruzó demasiado el cabezazo Andrés Roa apenas unos segundos más tarde.

Los sustos sacudieron a Defensa y Justicia. Se adelantaron los de Florencio Varela en el campo, empezaron a ganar peso Kevin Gutiérrez y Gabriel Hachen en el medio; a subir con eficacia Hugo Silva por derecha y a encontrar espacios para recibir y profundizar Carlos Rotondi por izquierda. Pero sobre todo, a tirarse atrás Walter Bou para sumar un pase extra en la circulación, y la pelota cambió de dueño por un largo rato. No tuvieron tampoco los de Beccacece la indispensable potencia en ataque para inquietar a Sosa, y apenas un centro de Silva que cruzó el área chica sin nadie que lo rematase preocupó al Rojo.

Silvio Romero lamenta una chance clara perdida ante Defensa
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Silvio Romero lamenta una chance clara perdida ante Defensa (LA NACION/Mauro Alfieri/)

La decisión de continuar la racha positiva impulsó nuevamente al Rojo en el arranque de la segunda mitad y Unsain frustró dos veces consecutivas a Roa en los 5 minutos iniciales por remates desde el interior del área.

Durante muchos minutos, el conjunto de Julio César Falcioni inclinó la cancha con Sebastián Palacios y Fabrizio Bustos bien abiertos por la derecha, Alan Velasco y Roa intercambiando posiciones del centro hacia la izquierda y Soñora alimentando a todos desde atrás. Así, Silvio Romero tuvo la más clara a las 17 cuando cabeceó un centro de Bustos, sin oposición y de pique al suelo, pero le erró al arco. Más tarde, un cruce casi milagroso de Frías evitó que Romero alterara la chapa ante un centro de Bustos a los 33.

Defensa y Justicia, se sabe, precisa la pelota para sentirse cómodo y no la tuvo en casi todo el segundo tiempo. Con todo el equipo muy atrás, sostenido por Frías y Tripichio, apenas le quedó alguna carrera de Bou para inquietar arriba, aunque un impecable Sergio Barreto le ahogó sus pocas opciones a la contra.

Una de las situaciones más claras del partido: el mano a mano del arquero Ezequiel Unsain ante Andrés Roa
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Una de las situaciones más claras del partido: el mano a mano del arquero Ezequiel Unsain ante Andrés Roa (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Pero tanto perdonó el Rojo que a los 38 casi festeja el Halcón. Buen balón filtrado de Bou a Pizzini que tapó Sosa en el mano a mano. A los 45 se repitió el duelo y volvió a ganar el arquero para convertirse en figura en un abrir y cerrar de ojos.

Mereció algo más Independiente. Por insistencia, cantidad de acciones de gol y porque esta vez logró rellenar el casillero del dominio, uno de sus principales déficits. Pudo ganarlo el Halcón sobre la hora. No hubiera sido del todo justo. La historia en todo caso mantuvo el guión habitual: los duelos entre el Rojo y los equipos de Beccacece siempre se escribe con los dientes apretados.