Increíble: tiene 33 años, es graduado de finanzas, trabaja en una oficina, debutó en un torneo ATP... y le ganó a un ex Top 10

Matija Pecotic, durante su formidable participación en en ATP de Delray Beach
Matija Pecotic, durante su formidable participación en en ATP de Delray Beach - Créditos: @Aaron Gilbert/Icon Sportswire

La de Matija Pecotic es una de esas historias de auténticas Cenicientas del deporte. Un cuento digno de un guión de película. El relato de un experto en finanzas que, a los 33 años, se dio el gusto de anotarse en un torneo ATP. Y lo más increíble: ganó. Y volvió a ganar. Y sigue en carrera, en una semana inolvidable.

Pecotic nació en Belgrado en julio de 1989, y poco tiempo después, su familia trataba de escapar de los horrores de la guerra de los Balcanes. Goran, el padre de Matija, es un cirujano ortopédico que recibió una llamada para poder mudarse a Malta y trabajar allí. “No fue fácil. La gente dice que hay mucha presión en un partido de tenis. Pero si realmente piensas en lo que hizo mi padre… Mi papá tenía 40 años, dos hijos, viviendo en un país con hiperinflación. Todas las posesiones que tenía se volvieron inútiles y tuvo que mudarse a un país donde no hablabas el idioma local y resolverlo. Esa es presión en serio”, le dijo Pecotic en declaraciones al sitio de la ATP.

La familia Pecotic se mudó a Malta, un país donde el tenis es una rareza. De hecho, el pequeño Matija se dedicó al handball cuando creció y a otros pasatiempos, incluida la pesca submarina, y cuando podía, al tenis. Nunca llegó siquiera al Top 1000 en el ranking junior de la ITF. Pero decidió enviarle por correo un DVD con videos de cómo jugaba a entrenadores universitarios de los Estados Unidos. Uno de los que respondió fue Glenn Michibata, entonces entrenador en jefe de la Universidad de Princeton, y con pasado como tenista en los años 80. “En lugar de tirarlo a la basura, dijo: ‘Este joven es simplemente diferente. Y no sé qué tiene, pero voy a tener una conversación con él’. Si no fuera por Glenn, no habría llegado jamás a los Estados Unidos”, contó Pecotic.

Matija Pecotic en uno de los partidos de la qualy de Delray Beach
Matija Pecotic en uno de los partidos de la qualy de Delray Beach - Créditos: @Aaron Gilbert/Icon Sportswire

Billy Pate, quien se convirtió luego en entrenador en jefe de Princeton, Pecotic, se rió al recordar cómo el zurdo terminó en la escuela de la Ivy League universitaria. “Recibí un correo electrónico de un jugador que estaba clasificado cerca del puesto 1000°, o más atrás. En esos casos, por lo general no lo tomás en cuenta, a menos que que solo haya jugado uno o dos torneos de la ITF, y ese era un motivo, por el que tampoco podía tener un ranking muy alto”, dijo Pate. “Recuerdo que me contó que fue a una escuela secundaria en Malta donde había una escuela que era como un castillo, con un foso alrededor y una cabra en el patio delantero”, añadió.

Pecotic se convirtió en una estrella en Princeton: fue nombrado tres veces Jugador del Año y escaló hasta el número 2 del ranking universitario, con 22 victorias consecutivas. Después de terminar la universidad a los 24 años, comenzó su carrera profesional en 2014 y ascendió hasta el 206° del mundo, el más alto de su carrera, en 2015. Sin embargo, antes del Australian Open 2016, se sometió a una cirugía de estómago y contrajo una grave infección por estafilococos que lo postró en la cama durante ocho meses. Durante ese tiempo, se presentó para un examen de graduación y aplicó a la escuela de negocios de Harvard; entre sus exámenes finales y su graduación en 2019, ganó un Future de la ITF en Cancún. El zurdo regresó al Top 400 a finales de año, pero luego la pandemia de Covid-19 frenó sus esfuerzos.

Con las restricciones de viaje vigentes y otros obstáculos relacionados con la pandemia, Pecotic se enfocó en el mundo de los negocios. Paralelamente, con algunas modestas incursiones en los torneos más pequeños del circuito profesional, llegó al puesto 784º del ranking. En enero pasado, había sido parte del equipo de Croacia en la United Cup de equipos mixtos. Hoy es el Director de Mercados de Capital de Wexford Real Estate Investors, afiliada de Wexford Capital, una firma de inversiones de 4000 millones de dólares. Aunque trabaja normalmente de 9 a 18, trata de jugar tenis tan a menudo como puede. A menudo pelotea con su jefe, que tiene más de 70 años. La semana pasada, Pecotic se encontró con el presidente del Citi Open, Mark Ein. “Él dijo: ‘¿Quieres practicar un poco esta semana? Así que jugamos el lunes y luego el miércoles”, dijo Ein. “Después de ganar su primer partido de clasificación, me dijo: ‘Fuiste la única persona con la que jugué esta semana’. ¡Y encima fue en clay!”.

El fin de semana pasado se anotó como jugador alternativo para la clasificación del ATP 250 de Delray Beach, el mismo que Juan Martín del Potro había convertido en su torneo ‘fetiche’ en sus tantos regresos al circuito. Lo de los alternates es algo habitual, muchas veces los jugadores locales de muy bajo ranking se anotan en esa lista de espera. Todo esto, además, sin tener ningún sponsor. Si Pecotic no encontraba lugar en la qualy de Delray Beach, tenía previsto practicar por tercera vez el sábado con Mark Ein. En cambio, el croata entró a la cancha para enfrentarse con Stefan Kozlov. Y le ganó por 7-6 (7-1), 5-5 y retiro. ¿Una casualidad? Bueno, el domingo llegó otro milagro; eliminó a Tennys Sandgren, dos veces cuartofinalista del Abierto de Australia, por 3-6, 6-3 y 6-2. En la ronda final de clasificación contó con el apoyo del ex N° 12 del mundo, Dominik Hrbaty; un viejo conocido de los argentinos: fue verdugo de nuestro país en una serie por el ascenso en la Copa Davis en 1998. El eslovaco Hrbaty es un gran amigo del jefe de Pecotic.

Matija Pecotic y Petra Marcinko, durante un partido de dobles mixtos para Croacia, durante la United Cup de enero pasado
Matija Pecotic y Petra Marcinko, durante un partido de dobles mixtos para Croacia, durante la United Cup de enero pasado - Créditos: @Paul Kane

El martes, Pecotic dio otro paso en una semana de ensueño: en su partido por la primera rueda, derrotó por 4-6, 6-2 y 6-2 a Jack Sock, ex Top 10 y que incluso llegó a jugar un Masters de fin de año. Después de estar 0-4 en el primer set y estar break abajo en el comienzo del segundo, consiguió meterse en el ritmo del encuentro y terminó por arrollar a Sock, ganando los últimos cuatro games del cotejo. “No esperaba ganar, es cierto. Pero tampoco había entrado a la cancha pensando que tenía el partido perdido”, dijo Pecotic. “Hay que ser realista. Jack es un ex Top 10, con un montón de experiencia, tiene un saque increíble, mete primeros servicios a 134 millas. Hubiera sido arrogante de mi parte si entraba con la expectativa de ganar. Pero, al mismo tiempo, pensaba que, si podía hundir el colmillo dentro del partido, y trabajar en dos o tres aspectos del juego, en una de esas podía llegar a tener una oportunidad, y después veríamos qué pasaba, si sentía presión en algunos puntos o momentos. Pero eso no sucedió, y conseguí la victoria”.

Pecotic anotó 10 aces y 30 winners en las 2h10m que duró el encuentro, además de salvar seis de los ocho break points que enfrentó. Agresivo, subió 31 veces a la red y ganó 21 puntos en esos ataques. Una actuación inesperada, si se tiene en cuenta que el oficinista había apenas ganado tres games en su debut en el Challenger de Cleveland dos semanas atrás.

Pero ahora está en los octavos de final de su primer torneo ATP, etapa en la que se enfrentará con otro estadounidense, Marcos Giron. Mientras, Pecotic tiene otras preocupaciones: “Para jugar hoy tuve que irme más temprano del trabajo”. Y contó que en su box de jugadores estaba su jefe, al que había invitado. Y admitió: “Tuve que mandar un mail pidiendo permiso para poder venir. Mi jefe me lo dio. Ahora le tengo que preguntar si me puede dar otro día franco para la próxima ronda”.