Un imperio de medios deportivos funciona a base de 'solo buena onda'

Jimmy O'Brien en las oficinas de Jomboy Media en Nueva York, el 10 de agosto de 2022. (Desiree Rios/The New York Times)
Jimmy O'Brien en las oficinas de Jomboy Media en Nueva York, el 10 de agosto de 2022. (Desiree Rios/The New York Times)

Hace algunos días, justo después de las 7 de la mañana, Jimmy O’Brien subió rápidamente por el ascensor a su oficina en el centro de Manhattan, con un café negro helado en la mano y solo una cosa en mente: la expulsión de Rocco Baldelli.

“La gente se va a molestar si no somos los primeros en publicar esto”, afirmó O’Brien.

Durante las siguientes dos horas y media, O’Brien entrecerró los ojos a través del resplandor matutino en su amplia oficina mientras Baldelli, el mánager de los Mellizos de Minnesota, vociferaba y hacía aspavientos en las dos pantallas que tenía al frente. O’Brien analizó con detalle cada sílaba de la interacción de Baldelli con los ampáyeres como si fueran las imágenes de un crimen.

Pausa. Rebobinar. Cámara lenta. Pausa. Rebobinar.

“¡Oh!”, gritó O’Brien.

Exhaló aliviado, pues había descifrado el asunto leyendo los labios de Baldelli: “Lo que está diciendo es: ‘Es la regla. Simplemente no la aplican’”.

O’Brien escribió la oración en un guion que luego narraría. El resultante video de YouTube terminaría por acumular más de 1 millón de visualizaciones.

Los empleados celebran el "miércoles de Wordle" en las oficinas de Jomboy Media en Nueva York, el 10 de agosto de 2022. (Desiree Rios/The New York Times)
Los empleados celebran el "miércoles de Wordle" en las oficinas de Jomboy Media en Nueva York, el 10 de agosto de 2022. (Desiree Rios/The New York Times)

Comparada con las broncas de otros mánagers, la confrontación de Baldelli había sido sin duda una tontería: un arrebato sin mucho en juego por una decisión controversial del ámpayer en el plato, en medio de los días más calurosos del béisbol. Pero O’Brien no se pierde muchas oportunidades para entretener —y a menudo instruir— a su creciente audiencia de adoradores del béisbol. Ha construido un imperio de medios deportivos digitales gracias a eso.

Jomboy Media, una empresa emergente que surgió de las redes sociales repletas de GIF animados de O’Brien y que luego creció de manera exponencial debido a su cobertura de un escándalo en el béisbol, casi ha triplicado su fuerza laboral a 64 desde 2021. Recientemente, concretó una ronda de financiación de 5 millones de dólares liderada por Creative Artists Agency que incluyó a unos cuantos atletas y celebridades. Es el tipo de legitimidad que podría dañar algo nacido del amor, pero hasta ahora O’Brien y su compañía han logrado gestionar la transición de pasatiempo a gran negocio sin alejarse de lo que los hizo reconocibles en primer lugar.

Desde sus oficinas blancas y brillantes —donde las paredes están adornadas con cartulinas, placas chistosas e imágenes de ranas (la mascota de la empresa)—, los empleados de Jomboy llenan los canales de noticias de la compañía con diversos videos cortos deportivos para los 1,6 millones de suscriptores de YouTube y unos 900.000 seguidores adicionales en Twitter e Instagram. La red de pódcast de la empresa tiene en la actualidad casi dos docenas de programas. En marzo, Jomboy firmó una asociación con YES Network, el cual transmite los juegos de los Yankees de Nueva York, para producir contenido y programas de transmisión simultánea.

En el centro de todo se encuentra una personalidad de los medios deportivos que nunca tuvo la intención de serlo. O’Brien, de 33 años, tiene cabello canoso, ojos azules penetrantes, barba espesa y una voz ronca ideal para la radio deportiva. Sin embargo, nunca estuvo interesado en las transmisiones deportivas.

“Jamás me denominaría como periodista”, afirmó O’Brien. “Sigo siendo solo un fan parcializado. Y no planeo cambiar”.

O’Brien y Jake Storiale, su mejor amigo y socio creativo, son animadores de un pódcast llamado “Talkin’ Yanks”, el cual graban justo después de los juegos de los Yankees. En agosto, cuando los Yankees trastabillaban por mantener su primer lugar, el tono del programa se volvió cada vez más pesimista. Sin embargo, ambos rechazan las comparaciones con los espacios radiales deportivos repletos de quejas y opiniones polémicas.

“Creo que ofrecemos el tipo de conversaciones que las personas sienten que genuinamente podrían tener con sus amigos”, afirmó O’Brien.

Aquí la negatividad simplemente no es parte de la onda.

El ascenso de la empresa, de un par de amigos pasando el rato a un medio de comunicación con todas las de la ley, se puede rastrear a un momento viral específico. En noviembre de 2019, The Athletic publicó la historia del sofisticado ardid de los Astros de Houston para avisarle a sus bateadores el tipo de lanzamiento que iban a recibir. Pero, en muchos sentidos, fue un desglose en video de O’Brien, en el que leyó los labios e identificó otras pistas en un juego entre los Astros y los Medias Blancas de Chicago, lo que les ofreció a los aficionados la primera evidencia visual del escándalo de robo de señas.

El video se volvió popular en las redes sociales y catapultó la cuenta de Jomboy al estatus de “cuenta obligatoria a seguir” para la comunidad beisbolera de Twitter. Apenas tres años antes, O’Brien trabajaba tiempo completo como camarógrafo de bodas y en sus noches libres entregaba comida a domicilio y se preguntaba qué iba a hacer con su vida. Tenía un año haciendo el pódcast con Storiale, quien trabajaba en el departamento de mercadotecnia para un conglomerado de productos eléctricos en Denver.

De repente, los seguidores comenzaron a pedir más del talento de O’Brien para la edición. Desde entonces, ha hecho desgloses que incluyen críquet, lacrosse, pickleball, el programa de televisión “Wheel of Fortune” y la bofetada de Will Smith a Chris Rock en los Premios Oscar.

A medida que la compañía ha crecido, O’Brien y Storiale han logrado mantener la positividad y la energía que los hizo populares en primer lugar. Sus bromas se adhieren a su principio fundamental, el cual O’Brien describe como ser “divertido mas no burlón”.

“A veces, la forma más fácil de hacer reír es destruir a otras personas o enfocarse en lo negativo”, afirmó. “Esa no es realmente nuestra onda”.

Esto puede interpretarse como un intento de falso moralismo, pero O’Brien insiste en que así son sus personalidades. Por lo general, a él y a Storiale simplemente no les gusta la confrontación.

“Ambos hemos sido diagnosticados como reacios al conflicto porque tuvimos hermanas mayores que peleaban con nuestras madres”, bromeó O’Brien. “Siempre fuimos los pacificadores”.

Esa actitud, hasta ahora, les ha generado la buena voluntad del Béisbol de las Grandes Ligas (MLB, por su sigla en inglés) y de muchos de sus jugadores, entre ellos Ian Happ, jardinero de los Cachorros de Chicago quien anima un pódcast semanal en la red de Jomboy. También ha resultado en una enorme cantidad de contenido chistoso claramente diseñado para generar tráfico (como, por ejemplo, Storiale deambula por las oficinas haciéndole preguntas aleatorias a los empleados) en lugar de un discurso sofisticado.

Joe Favorito, analista de la industria deportiva y profesor del Departamento de Gestión Deportiva en la Universidad de Columbia, contrastó el enfoque más tonto y acogedor de Jomboy con el camino forjado por Barstool Sports, el rebelde grupo mediático que en la actualidad vale más de 500 millones de dólares.

“Son la premisa menos extrema de lo que es Barstool en general”, afirmó Favorito. “Han asumido esa posición única e irreverente, pero al mismo tiempo respetan mucho el béisbol y además poseen perspectivas realmente buenas”.

El distanciamiento de Jomboy de la toxicidad y la polarización de las redes sociales es lo que atrajo a algunos inversores de renombre, como Alexis Ohanian de Reddit y Seven Seven Six, quienes se incorporaron en su más reciente ronda de financiación.

“El péndulo está de nuevo en este lado”, escribió Ohanian en un correo electrónico. “La gente quiere recibir buena onda”.

Jomboy, que todavía no tiene su propio sitio web, sigue construyendo su enorme presencia en las redes sociales. El mes pasado, O’Brien editó y publicó un video que rápidamente superó su récord de visitas en Twitter (37 millones de impresiones). Fue un video de 58 segundos que mostró a un jugador de las Pequeñas Ligas de Oklahoma consolando al lanzador que acababa de golpearlo accidentalmente en la cabeza con un lanzamiento.

Sin embargo, O’Brien estaba muy feliz ese día por otra razón. Había recibido un mensaje de un amigo cercano a Baldelli, el mánager de los Mellizos.

“Baldelli me dijo que te dijera que ‘diste en el clavo’”, contó O’Brien que decía el mensaje.

© 2022 The New York Times Company