Impacable y brutal, Mookie Betts destroza a los Miami Marlins con una ofensiva de alto poder

Cuando el cuarto bate de un equipo es Joey Wendle y este conecta para .245 ya se tiene una idea sobre cómo va ese conjunto. Cuando ese promedio es el tercero mejor de la alineación entera, aparece otro indicio sobre la marcha del club. Nada bueno puede presagiarse de tal situación.

Cuando del otro lado hay un primer bate llamado Mookie Betts que es capaz de disparar un par de jonrones y un doble para rescatar tres veces a su equipo, pues la comparación no deja muy bien parada a los Marlins, que cayeron por cuarta ocasión consecutiva ante los Dodgers en un choque donde utilizaron ocho relevistas.

Que Los Angeles son una maquinaria aceitada y potente, incluso si algunas de sus piezas no están carburando al máximo, de eso no cabe duda alguna, incluso alcanza para una victoria como la del viernes por la noche 10-6 sobre un equipo que encajó un golpe emocional fuerte con la partida de Jesús Aguilar.

Ver la imagen de esos jugadores despidiéndose del venezolano era como una ventana a lo que podría suceder horas más tarde cuando los Marlins salieran al terreno, sabedores que al regreso Aguilar no estaría allí para aliviarlos con alguna broma o una palabra de aliento.

Pero el principal responsable del fracaso en La Pequeña Habana delante de 9,563 aficionados fue un Betts implacable que no tuvo piedad con ninguno de los lanzadores que enfrento, al punto de sumar cuatro de las seis impulsadas de su equipo.

Con el choque empatado a cuatro, Betts disparó un doble en la 10ma entrada que resultó decisivo en el inicio de una gira de su equipo por el este de la nación y poco después de haber barrido a los peces en su cuartel general hace apenas una semana.

Miami, habría que decirlo, sostuvo el pulso con Los Angeles, a pesar de que en el montículo contrario se encontraba el veterano Tyler Anderson, quien durante el periplo por el oeste del País había limitado a los Marlins a una carrera en siete episodios, aunque se fue sin decisión en un choque ganado por su conjunto.

El zurdo, que está teniendo la mejor temporada de su carrera, se mostró hermético durante los primeros cinco episodios al punto de permitir un solo imparable en ese lapso de trabajo, pero un error del segunda base Justin Turner sobre lo que pudo ser una fácil jugada de doble matanza le complicó en el sexto.

Con hombres en primera y segunda, el propio Wendle aprovechó un envío de Anderson para conectar un doble al jardín derecho que remolcó dos carreras y envió al siniestro a las duchas, pero que no cargaría con la derrota, cortesía de un cuadrangular con uno a bordo de Betts con uno a bordo en el séptimo tramo.

Wendle forma parte del grupo de bateadores de los peces que atraviesa por un momento de letargo, porque el segunda base de 32 años comenzó el juego con promedio ofensivo de.165 y un OPS de .417 en este mes de octubre, además de haberse ido de 8-1 contra los Dodgers la semana pasada.

Miami no tuvo miedo de los recién llegados y logró empatar en la parte baja de ese episodio con un sencillo impulsor de Miguel Rojas y, nuevamente con el bate de Wendle, para tomó control del partido cuando el antesalista se apuntó un hit de piernas que le dio otra ventaja a su equipo.

Pero Betts sacó su segunda pelota del parque en la novena entrada para empatar el encuentro a cuatro y luego Justin Turner pegó un indiscutible que remolcaba la quinta carrera de Los Angeles que en ese momento se encontraban a tres outs de la victoria.

Afortunadamente para los peces apareció Peyton Burdick con un vuelacercas que empató el choque por tercera ocasión en el encuentro y envió el drama a extra innings donde, capitaneados por el inmenso Betts, pisaron la goma en cinco ocasiones para ahogar cualquier ilusión de remontada, a pesar de una última rayita impulsada por JJ Bleday.