Ignacio Ambriz y la revancha que tomó con Toluca tras haber sufrido discriminación

El estratega de los diablos rojos de Toluca, Ignacio Ambriz, se ha consolidado como uno de los mejores de todo el fútbol mexicano. Ya es campeón y llegó a una final más en su carrera. Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas, en algún momento tuvo que soportar con todas las críticas, presión y hasta discriminación de la afición del América.

Aquel técnico que fuera sumamente señalado se ha encargado de crecer y de “vengarse” de aquellos que no creían en él. El fútbol siempre da revanchas y se las ha dado a Ignacio, quien ya ha eliminado a los Azulcremas en dos semifinales; la primera con León en 2019 y la segunda y más reciente este Apertura 2022 como timonel de Toluca.

Qué mejor forma de tomar revancha que en el terreno de juego. Ambriz dio cátedra de cómo jugarle a un equipo sumergido en su propia desesperación. Para muchos fue “ratonero”, para otros un genio que exhibió cómo derrotar a un gigante.

El inicio de la historia

Corría la previa del Apertura 2015 cuando Ambriz llegó al banquillo del América. Ricardo Peláez, entonces director deportivo del club, creyó en él para continuar con el proyecto que Gustavo Matosas había dejado. No muchos lo tomaron con buenos ojos, se marchaba un técnico “con la personalidad idónea” para dar entrada a otro de perfil modesto y sin tanta experiencia en escenarios importantes.

Antes de llegar al conjunto de Coapa, Nachito contaba con un recorrido en la Liga MX: había dirigido a Puebla, San Luis, Chivas, Querétaro, y además fue auxiliar de Javier Aguirre durante su paso por Osasuna y Atlético de Madrid. No eran malas credenciales, pero el ferviente americanismo exigía más que eso, especialmente porque hasta ese momento no podía presumir un campeonato como estratega.

El listón que Ignacio Ambriz debía superar estaba en lo más alto. Antes de él estuvieron Miguel Herrera, el hombre del campeonato imposible; Antonio Mohamed, quien refrendó el título; y Gustavo Matosas, el técnico que hizo bicampeón a León.

Era claro que convencer a la afición americanista solo sería posible con títulos, y la paciencia no era mucha. La primer prueba en la que fracasó fue en el Mundial de Clubes de 2015, lo etiquetaron como desastre; perdió el primer cotejo contra Guangzhou Evergrande y solo quedó disputar el partido por el quinto puesto, el cual apenas ganó.

Avanzó el tiempo y no pudo afianzarse. El único momento en el que logró dar una alegría al americanismo fue en 2016, cuando ganó la Concachampions. De hecho, es la última ocasión en la que las Águilas ganaron un trofeo internacional.

Su etapa como timonel azulcrema terminó en septiembre de 2016 sin un trofeo de liga, lo que le ocasionó múltiples reproches. Se fue con un récord de 37 triunfos, 12 empates y 19 derrotas para un 60 por ciento de efectividad.

Tiempo después Nacho Ambriz habló de su salida y expuso que sintió discriminación en durante su paso por el cuadro capitalino.

Hoy en día la realidad es opuesta. Mientras que América tiene 4 años de ayuno en cuanto a títulos de liga, Ambriz ya está en busca de su segundo: cabe recordar que en 2020 consiguió el primero de su carrera cuando dirigía al León, y ahí todos lo reconocieron por el espectacular juego que desplegó su equipo.

Y no solo eso, también tuvo la oportunidad de probar suerte en el fútbol español. En 2021 se aventuró con el Huesca, y aunque no tuvo la mejor de las suertes, se reconoce su valor por ser de los pocos técnicos mexicanos en el fútbol europeo.

Todavía no levanta la copa pero ya tomó "venganza" contra quienes lo criticaron. La última vez que Ambriz venció a las Águilas en una semifinal fue en el Apertura 2019, pero no tuvo éxito en la final, los Tigres se proclamaron campeones. Ahora buscará finalizar el círculo que lo consolide como el "verdugo" de América, pero enfrente tendrá a otro gran rival como lo es Pachuca.

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