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Iga Swiatek, la mejor del mundo, se consagró por segundo año consecutivo en Roland Garros y sueña con ser, algún día, como Rafael Nadal en la tierra batida francesa

Iga Swiatek llora de emoción, al superar a Karolina Muchova y conquistar París una vez más
Iga Swiatek llora de emoción, al superar a Karolina Muchova y conquistar París una vez más - Créditos: @Christophe Ena

PARÍS.- Iga Swiatek es una reina. Manda en los partidos, lidera el circuito femenino con la dosis justa de templanza, talento, creatividad y esfuerzo. Acaba de conquistar Roland Garros, la tierra prometida, una vez más: ya suma tres copas en una carrera meteórica. Solamente tiene 22 años. La polaca, valiente, agresiva y de vez en cuando con una sonrisa, es la primera mujer en defender con éxito el título en 16 años, al superar a la checa Karolina Muchova por 6-2, 5-7 y 6-4, en 2h46m.

Suma cuatro de los grandes, todo un mérito en un contexto volátil, de destrezas precoces, saltos asombrosos y caídas al vacío repentinas. Iga, que extraña todos los días al mejor Rafa Nadal (¿quién no empezó a sentir una maldita nostalgia?), logró París en 2020, 2022 y 2023. También celebró el US Open 2022: es algo más que la mejor tenista de la actualidad. Emuló, así, a la belga Justine Henin, última mujer en ser capaz de renovar su título parisino: lo consiguió en 2003, 2005, 2006 y 2007.

Iga Swiatek, una gran campeona
Iga Swiatek, una gran campeona - Créditos: @Jean-Francois Badias

Su explosiva personalidad encontró una solución imprescindible: un cara a cara con el mallorquín, sobre todo, cuando vale la pena conversar, detrás de las luces del éxito. “Lloré toda la noche porque él había perdido, y él, sentado tranquilamente, me dijo: es solo un partido de tenis, a veces se pierde y otras se gana. Parece fácil, pero no todos somos capaces de aplicarlo”, contó, alguna vez. Swiatek, hija de Tomasz Swiatek, un remero olímpico polaco que compitió en Seúl 1988, aprendió a gestionar las emociones, los sentimientos, más allá de dobles faltas y tiros ganadores. “Está a gusto con todo lo que sucede alrededor de él, hay muchos jugadores que analizan demasiado las cosas. Los jugadores afrontamos las finales como si no pudiésemos perderlas, porque estropearán nuestras carreras. Los grandes campeones aceptan que pueden perder”, asumía.

Ella ya es una gran campeona. Un producto más de Europa del Este: cinco de las diez primeras provienen de esos pagos, en el que el tenis de las chicas se inspira en las mejores epopeyas de Martina Navratilova y tantas otras. El tiempo es otro: aún así, la pista central vibra con una finalísima a la altura de las circunstancias. París es una fiesta, también, los sábados a la tarde en la pista central.

El desarrollo tuvo de todo. Cambio de ritmo, de dominio, de intensidad. La polaca creó un monólogo en el primer parcial, se sacaron chispas en la segunda mitad: la checa tiene sensibilidad en la mano, sabe jugar con los límites. Y se impuso con autoridad quirúrgica. Acaba la faena con una doble falta de su rival: el peor final de un gran espectáculo.

Su mirada en el espejo del ídolo va más allá de los grandes triunfos. Se trata de una forma de vivir. “Soy más una persona que intenta dar lo mejor de sí todos los días y espera lo mejor. Pero no como Rafa, lo que hizo y lo que sigue haciendo es bastante asombroso. Nunca creí que eso sería posible para mí, estaba totalmente fuera de mi alcance. Él ha jugado muy bien muy bien durante muchos años, no sé si será posible para mí. Pero solo trato de competir y mantener la calma año tras año, hacer todo paso a paso”, expresa.

Karolina Muchova fue una enorme rival
Karolina Muchova fue una enorme rival - Créditos: @THOMAS SAMSON

Y aprende, todos los días, que la vida se trata de eso: disfrutar de las pequeñas cosas. Un partido un Gran Slam, un entrenamiento al aire libre. Es un proceso, que la mejor de todas construye con cierta disciplina. Ella misma lo cuenta: “Soy ese tipo de jugadora que todavía tiene que aprender a disfrutar mientras juega y gana. Cuando termina un partido, normalmente pienso en el siguiente. Los momentos de pasarlo bien vienen después de los torneos. Espero progresar porque jugamos muchos torneos al año. Por ejemplo, hoy no voy a pensar en el torneo de mañana en el resto de tarde, voy a disfrutar que he ganado. Estas son pequeñas cosas que te ayudan a mantenerte positiva y tener buena energía. Normalmente me preocupo primero de las cosas y luego disfruto”.

La sonrisa eterna de Iga Swiatek, que consiguió otro impacto
La sonrisa eterna de Iga Swiatek, que consiguió otro impacto - Créditos: @EMMANUEL DUNAND

La líder del ranking impuso su ritmo infernal de derechas potentes frente a una nerviosa Muchova, que suele ofrecer un tenis lleno de variantes; ángulos, voleas y resistencia defensiva. Lo hizo, de todos modos, en una parte sustancial del desarrollo. Hubo partido, sin dudas que lo hubo.

Swiatek se convirtió en la jugadora más joven desde Monica Seles (tercer título con 19 años) en alcanzar tres finales de Roland Garros. Y tres triunfos. No siempre tuvo un camino de rosas: la polaca partió con la posición 54ª cuando dio el gran salto en 2020 y conquistó el título a los 19 años contra todo pronóstico. Para los especialistas, comenzó su dominio grande de la tierra batida como hizo… el gran ausente, Nadal, ganador de 14 trofeos. “Lo que Rafa ha hecho y sigue haciendo es increíble”, advertía la joven nacida en Varsovia, que vive en Raszyn, un pequeño pueblo, ganadora de 13 títulos de la WTA y que festeja cada punto como si en ello se le fuera la vida.

A veces, algunos datos corroboran la dimensión de una tenista. La última vez que una jugadora de la WTA había defendido un título de Grand Slam fue cuando Serena Williams lo hizo en Wimbledon 2016. Swiatek es ahora la mujer más joven en llegar a tres finales del Abierto de Francia desde Monica Seles de 1990-1992. Solo Chris Evert ha llegado a más de tres finales de Roland Garros en sus primeras cinco apariciones en la Era Abierta. También es la más joven en llegar a nueve finales en tierra batida desde Martina Hingis en 1999.

Asumió el número 1 tras el retiro de Ashleigh Barty con una variedad de recursos admirable. Crecieron Aryna Sabalenka y Ons Jabeur, tuvieron chispazos Caroline Garcia, Pegula, Coco Gauff, la kazaja Elena Rybakina ganó Wimbledon en 2022. Sin embargo, Swiatek es la más regular en un circuito que suele tener altibajos. Es, además, la más creativa. Tiene un récord espectacular sobre la tierra de los sueños argentinos: 28 triunfos y solo dos derrotas en Roland Garros. Por eso lo celebra así, a lo grande, entre lágrimas que son para siempre. Para guardar en un cuadro.