Hugo Sánchez y las razones que motivaron su salida del Real Madrid

Real Madrid disfrutó de los mejores años de Hugo Sanchez como futbolista (Foto de: David Leah/Allsport/Getty Images)
Real Madrid disfrutó de los mejores años de Hugo Sanchez como futbolista (Foto de: David Leah/Allsport/Getty Images)

El Real Madrid y Hugo Sánchez formaron una simbiosis a finales de los 80 y principios de los 90. Los aficionados mexicanos recuerdan al Niño de Oro haciendo piruetas en el aire vestido de blanco. Se recuerda que fue Pentapichichi, compañero de Emilio Butragueño y que su gol más bonito fue contra el Logroñés. Pero casi nadie sabe a qué se debió su salida del conjunto blanco, como si fuese algo que nadie presenció y de un día para otro, Hugo ya vestía otra playera.

Hugol llegó en 1985 con los merengues, pero luego de siete campañas, la relación tenía que llegar a su fin. Un tercero en discordia dio el cerrojazo a la instancia del mexicano en Madrid: Leo Beenhakker. En abril del 92, la escuadra de la capital española multó a Sánchez con 70 días sin salario y un millón de pesetas a pagar.

Hugo celebra un gol al lado del Buitre Butragueño  (Foto de: Neal Simpson/EMPICS via Getty Images)
Hugo celebra un gol al lado del Buitre Butragueño (Foto de: Neal Simpson/EMPICS via Getty Images)

En una de las últimas jornadas de la Liga Española, el Madrid enfrentaría al Espanyol de Barcelona y luego de darse a conocer que Hugo no iría ni a la banca, el 9 señaló disgustado: “Se me están inflamando las amígdalas”. Luego de ello, Beenhakker salió a hablar frente a los medios: “Hugo no está dispuesto a ayudar al equipo desde el banquillo, por lo que no le puedo convocar para este encuentro. No puedo aceptarlo.”

Esa misma acción llevó al técnico de Países Bajos a no convocar al mexicano a la Copa de la UEFA en contra del Torino. La multa se volvió la única opción y Sánchez tuvo que acatar disgustado. El canterano de los Pumas, fiel a su estilo, se presentó en la televisión española para hablar de lo sucedido: “Multa no hubo por decir que se me estaban inflamando las amígdalas. Se comentó, pero lo que sucedió fue que el enfrentamiento con Beenhakker fue el causante de que, por dignidad, le dije al señor Ramón Mendoza: ¿O él (Beenhakker) o yo? Entonces Ramón comentó en ese momento que no podía echar al entrenador con escasos dos meses de haberlo contratado por cuatro años, a razón de muchísimo dinero”, dijo en aquella ocasión Sánchez.

Los dirigentes del equipo merengue habían barajado la posibilidad de que la sanción fuera de un mes y así Hugol siguiera vistiendo la camiseta blanca. Sin embargo, el ego del delantero, que es tan grande como su cuenta goleadora, lo había convertido en la manzana de la discordia dentro del vestidor. Además de haberse negado rotundamente a presentarse al funeral de su compañero Juanito Gómez, que murió en un accidente de tráfico.

La mesa directiva, presidida por el vicepresidente del club, Lorenzo Sanz, se encargó de dictar la sentencia a Hugo. Ramón Mendoza, presidente del equipo, se encontraba de vacaciones y dejó a su segundo al cargo. Con informes en cuanto a lo deportivo de Beenhakker, la mesa directiva tomó la decisión, dándole fin, prácticamente al contrato de Sánchez. "Sería ilógico y contradictorio renovar el contrato al jugador cuando el club le acaba de castigar con la máxima sanción, como también dedicarle un partido de homenaje. Vamos a esperar la reacción del jugador para negociar este partido de homenaje”, señaló Sanz.

Emilio Butragueño y Michel, que se encontraban concentrados con su selección, señalaron que preferían no ahondar en la situación. Cada uno tenía una versión distinta. Sin embargo, Fernando Hierro sí destacó que no le gustaba la actitud que el mexicano había tomado.

El 1 de julio de 1992, Hugo Sánchez quedó como agente libre. Regresó a México y se enroló con el América, lugar a donde años después también aterrizaría Beenhakker, pero para entonces, el destino del Pichichi lo pondría a jugar en Atlante.

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