Hugo Ibarra versus River: un registro positivo y un golazo inolvidable y “con la de palo”

Ibarra lleva la pelota y trata de impedírselo un juvenil Wálter Bou; fue en la Bombonera, en 2009, cuando Boca y River empataron 1 a 1 (el gol millonario lo hizo Gallardo)
Ibarra lleva la pelota y trata de impedírselo un juvenil Wálter Bou; fue en la Bombonera, en 2009, cuando Boca y River empataron 1 a 1 (el gol millonario lo hizo Gallardo) - Créditos: @Daniel Luna

Cuando la decisión del Consejo de Fútbol de Boca fue echar a Sebastián Battaglia y ratificar, al menos hasta diciembre, a Hugo Ibarra como cabeza del tridente en el que es secundado por Leandro Gracián y Roberto Pompei, nadie apostó centavos siquiera a que la nueva jugada -esta vez improvisada- de subir al entrenador de la reserva sería fructífera. Ni qué hablar a medida que fueron pasando los encuentros, que transcurrieron sin identidad ni claridad futbolística. De hecho, todo eso se mantiene, con los hinchas prefiriendo la contratación de un entrenador con mayor experiencia y el exlateral derecho todavía gestionando al plantel. Porque aguantó a su manera, aunque no guste ni se entienda, y consiguió resultados que lo hicieron sobrevivir hasta el superclásico, que se jugará este domingo a las 17.30. Ese partido que supo disfrutar como jugador y que, ahora como técnico, resulta un examen para hacerse más fuerte en medio de una Liga Profesional en la que, de repente, su equipo se puso a tiro.

Boca Juniors' team coach Hugo Ibarra enters to the field before the Argentine Professional Football League Tournament 2022 match against Talleres de Cordoba at La Bombonera stadium in Buenos Aires, on July 16, 2022. (Photo by ALEJANDRO PAGNI / AFP)
Boca Juniors' team coach Hugo Ibarra enters to the field before the Argentine Professional Football League Tournament 2022 match against Talleres de Cordoba at La Bombonera stadium in Buenos Aires, on July 16, 2022. (Photo by ALEJANDRO PAGNI / AFP) - Créditos: @ALEJANDRO PAGNI

Entonces, para el mundo xeneize no hay nada más que el hoy. Ibarra es el hombre a apoyar el domingo, en una jornada siempre especial. Porque ante River, al hincha le importa ganar. Y ahora sí no será trascendental si lo logra con la pálida, pero afortunada versión de los últimos tres éxitos que hilvanó para llegar a este clásico con mucha confianza: jugó demasiado mal ante Defensa y Justicia, pero lo venció en la última jugada por el gol de Luis Vázquez; el empuje y la sorprendente aparición goleadora (por duplicado) de Luca Langoni revirtieron el resultado ante el puntero Atlético Tucumán; fue algo menos que Colón, pero el juvenil delantero volvió a aparecer en Santa Fe para poner el 2-1.

Claro, la cuestión es si el domingo no vence al mayor rival. Los buenos resultados de las últimas semanas (luego de un arranque muy irregular, con tres derrotas en cinco encuentros, no cae desde fines de julio) son los que están maquillando el soporífero juego. Por eso, River resulta una enorme oportunidad para ofrecer algo diferente y, por supuesto, seguir por la senda ganadora.

Ibarra, en disputa con Cristian Fabbiani, en un enfrentamiento del torneo Clausura 2009
Ibarra, en disputa con Cristian Fabbiani, en un enfrentamiento del torneo Clausura 2009 - Créditos: @FERNANDO MASSOBRIO

Sus superclásicos como futbolista tienen saldo positivo. Fueron 14: ganó cinco, empató siete y perdió apenas dos : de hecho, ese par contiene el 1-2 en el Monumental correspondiente al primer cruce de los cuartos de final de la Copa Libertadores 2000 que Boca terminaría revirtiendo a través de la goleada (3-0) en la Bombonera la noche en la que se produjo el muletazo de Martín Palermo.

Incluso, se agrega una decimoquinta participación en el historial de Ibarra: los 10 minutos iniciales del clásico que fue suspendido en 2010 por las fuertes lluvias y un campo boquense pasado por agua. Se reanudaría tres días después con el doblete de Gary Medel (por eso también se le contabilizan seis triunfos), pero con el por entonces N°4 desafectado por resentirse de un desgarro.

Tan bien le sentía disputar compromisos semejantes que hasta se dio el lujo de hacer un golazo importante en un superclásico que terminó siendo inolvidable. Transcurrían 21 minutos del segundo tiempo y el Boca-River del Torneo Clausura 2001 no se abría. Hasta que al formoseño le cayó fuera del área el rebote de un tiro libre ejecutado por Juan Román Riquelme, engañó a Damián Álvarez con su desborde habitual y volvió hacia el centro con su perfil zurdo: no quedó otra que patear con la pierna inhábil y, desde media distancia, desprendió el misil que Franco Constanzo no pudo desviar más que para ubicarlo bien cerca de su ángulo derecho.

Su único gol (golazo) ante River

Fue el único que firmó ante River. La noche en la que, justamente, el hoy vicepresidente segundo fue la cara de las noticias por su festejo en el segundo gol: el “Topo Gigio” mirando fijo al palco presidencial para dedicárselo de manera desafiante a Mauricio Macri. Así es como ese superclásico es más recordado por esa bomba gesticular de Riquelme que por la que salió del botín izquierdo de Ibarra para empezar a darle forma a lo que fue otra goleada por tres tantos, dos meses antes de coronarse bicampeón de América.

En el otro banco estará Marcelo Gallardo, ya todo un especialista para este tipo de encuentros. Porque el actual DT de Boca es el séptimo que pasa por el banco de suplentes xeneize desde que el técnico de River asumió el 6 de junio de 2014. Sí, además del cambio de gobierno de 2019, la institución de la Ribera llegó a esa cantidad de entrenadores en más de ocho años, mientras que en Núñez se mantiene el mismo. Por aquellos días iniciales de Gallardo, Carlos Bianchi encaraba sus últimos cinco encuentros del tercer y definitivo ciclo en Boca.

Hugo Ibarra, Leandro Gracián y Roberto Pompei, los encargados de dirigir a Boca hasta diciembre
Hugo Ibarra, Leandro Gracián y Roberto Pompei, los encargados de dirigir a Boca hasta diciembre - Créditos: @Prensa Boca

Tras el “Virrey” llegarían Rodolfo Arruabarrena (desde agosto de 2014 a febrero de 2016), Guillermo Barros Schelotto (de marzo de 2016 a diciembre de 2018) y Gustavo Alfaro (2019), marcados por caer en las competencias internacionales ante River: el “Vasco” se quedó en el camino de la Copa Sudamericana 2014 y la Libertadores 2015, el “Mellizo” perdió la final en Madrid de 2018 (además de la Supercopa Argentina del mismo año) y Alfaro le ganó 1-0 la revancha de semifinales de la Libertadores 2019, pero no evitó la eliminación por el 0-2 de la ida.

Miguel Ángel Russo fue el primer técnico del ahora directivo. Este mandato no llegó a cruzarlo en el plano subcontinental, pero empezó a domarlo en los cruces nacionales. El experimentado DT se quedó en un gris más positivo que negativo: cuatro igualdades, de las cuales dos derivaron en series de penales en las que Boca salió victorioso en 2021 (Copa de la Liga y Copa Argentina).

En agosto de ese año fue echado y Sebastián Battaglia fue el elegido: dos encuentros, perdiendo el año pasado y ganando el de este año, ambos en el Monumental. En julio fue destituido e Ibarra lo reemplazó. ¿Cómo le irá en su debut como técnico en un superclásico?

A cuatro unidades de los punteros Gimnasia y Atlético Tucumán, el duelo ante River se torna fundamental en este ciclo ¿interino? de Ibarra. Casi de la nada, se topa con la posibilidad de ganarle a Gallardo y aspirar a llevar a Boca a un nuevo título.