La gran némesis de Carlos Alcaraz pierde los papeles en la pista... y las redes

Holger Rune, el que se espera que sea el gran rival generacional de Carlos Alcaraz, durante la final de Basilea (Photo by Daniel Kopatsch/Getty Images)
Holger Rune, el que se espera que sea el gran rival generacional de Carlos Alcaraz, durante la final de Basilea (Photo by Daniel Kopatsch/Getty Images)

Después de una primavera excelsa, al danés Holger Rune le habíamos perdido un poco la pista. Nacido justo una semana antes que Carlos Alcaraz, Rune ha sido un rival habitual del murciano en todas las categorías. Un chico con un talento descomunal, pero sin la constancia del número uno del mundo, lo que provoca estas desconexiones tan comprensibles, por otro lado, en un chico de diecinueve años. Después de ganar en Estocolmo y de llegar a la final en Basilea en semanas consecutivas, Rune se ha colado entre los veinte primeros del mundo y ha confirmado que todo lo que veníamos diciendo de él tenía sentido desde el punto de vista deportivo. Tiene toda la pinta de que estamos ante una generación espectacular: Rune y Alcaraz nacieron en 2003, Lorenzo Musetti lo hizo en 2002, Jannik Sinner en 2001 y y Felix Auger-Aliassime, en 2000. Es difícil imaginarlos a los tres fuera del top ten de la ATP el año que viene.

Si, a corto plazo, hubiera que apostar por uno de ellos como gran rival para el español, ese sería Aliassime. El canadiense entró en el circuito como niño prodigio y durante un par de años le costó de lo lindo establecerse en la élite del deporte. Ahora bien, su otoño está siendo de ensueño: ha ganado tres torneos indoor consecutivos sacando a un nivel espectacular y en Basilea ha derrotado por el camino tanto a Rune como a Alcaraz como a Rune. Salvo catástrofe, jugará las ATP Finals de Turín.

El talento deportivo de Aliassime está fuera de toda duda, pero si Alcaraz va a emprender una rivalidad con alguien, es lógico que sea con Rune. ¿Por qué? Más allá de la coincidencia de edad, toda rivalidad exige de personalidades y comportamientos encontrados... y ahí es donde Rune destaca por ser todo lo que Alcaraz no es: agitado, volcánico, protestón... Un competidor voraz que no deja escapar la oportunidad para sacar su lado oscuro.

GUÍA | Los pasos que tienes que seguir para poder ver un tuit no disponible por tus preferencias de privacidad

En Basilea, pasó en la final contra Aliassime. El danés ya perdía por un set, pero había tenido sus opciones en el segundo. Con 5-5 en el marcador y saque de Rune, el canadiense dispuso de un par de bolas de break, salvadas debidamente por su rival. ¿Qué pasó entonces? Durante el siguiente punto, en mitad del juego, las vallas publicitarias se apagaron y se encendieron repentinamente.

Eso requiere de la repetición del punto porque se entiende que desconcentra al jugador que está en el otro lado de la pista. En este caso, Rune. Tras perder el punto (no pareció que la publicidad tuviera nada que ver), Rune exigió al árbitro, Mohamed Lahyani, la repetición del punto. Ante la negativa del sueco, Rune montó en cólera y soltó todo tipo de improperios. El árbitro le dio un warning y a continuación, Rune cedió el servicio y, desquiciado, el partido.

Este tipo de explosiones son demasiado habituales en este chico, pero muestran carácter y competitividad. Nunca está claro si este tipo de jugadores acabarán siendo como McEnroe o como Kyrgios, pero tampoco es tan grave mientras el histrionismo se quede en la pista. El problema es que Rune no lo quiso dejar ahí: se fue a Twitter y no solo colgó el vídeo con la imagen de la valla publicitaria, sino que se dedicó a interpelar y contestar con dicho vídeo a todo aquel que discrepara con sus formas.

Es una reacción muy extraña, la verdad. Pensar que Rune perdió el partido por eso es absurdo... en cualquier caso, son actos que definen a los personajes: Rune va a ser de los que hacen ruido, de los que no tienen miedo de convertirse en el "chico malo" del circuito y ganarse la enemistad de todos. Será divertido verle competir durante años con Alcaraz, que es, en esencia, lo contrario: siempre sonriente, sin un mal gesto, respetuoso con rivales y árbitros... el choque de personalidades es tal que de ahí puede salir algo muy grande para el tenis. Se vienen tiempos movidos.

Vídeo | ATP 500 Basilea: Auger-Aliassime se coronó campeón ante Rune.

Otras historias que también te pueden interesar: