“La mejor hinchada de Francia”, dijo Sampaoli de los que tiraron proyectiles y del que invadió un ataque de Messi en el caliente clásico francés

Siempre efervescente, Sampaoli fue rápidamente amonestado en el clásico francés entre Olympique y PSG
Jonathan Moscrop

Después de disputar 45 clásicos con la camiseta de Barcelona contra Real Madrid, duelos en los que se convirtió en el goleador histórico (26), Lionel Messi vivió la incandescente experiencia del partido más ardoroso del fútbol francés. Sobremanera si se disputa en Marsella, ciudad portuaria en la que muchos hinchas de Olympique se dejan llevar por desbordes pasionales.

El clásico jugado en un Velodrome cubierto por 67.394 personas entre el puntero Paris Saint Germain y Olympique dejó de todo, menos goles. Un 0-0 que no ocurría desde hace 23 años, a pesar de que PSG llegaba con sus cuatro mosqueteros ofensivos de arranque (Messi, Neymar, Ángel Di María y Kylian Mbappé) y el equipo de Jorge Sampaoli hace del ataque una de sus principales banderas.

El ambiente se llenó del humo de las bengalas, se saturó de alaridos y en el espacio volaron objetos hacia los jugadores de PSG que iban a ejecutar un córner, pero no hubo gritos de gol.

La policía cubre con sus escudos a Messi para que pueda ejecutar un córner
Aurelien Meunier


La policía cubre con sus escudos a Messi para que pueda ejecutar un córner (Aurelien Meunier/)

El VAR se encargó de no convalidar dos tantos, uno para cada equipo, por off-sides milimétricos. Y otra posibilidad de gol se frustró por el descontrol latente desde las tribunas. En su primer Le classique, Messi atravesó por una situación que jamás le había ocurrido en sus 16 años de primera división en España. A los 26 minutos del segundo tiempo, cuando encaraba hacia el área local con perspectivas de peligro para Olympique, un hincha se metió en la cancha con la intención de saludarlo. La inoportuna demostración de idolatría interrumpió el ataque, mientras varios guardias de seguridad entraban para sacar al invasor.

Menos afecto recibió Messi cuando en la primera etapa ejecutó dos córners desde la derecha. Ya es una constante la lluvia de objetos sobre el jugador visitante que va a poner la pelota en juego. Un rato antes le había pasado lo mismo a Neymar en el sector opuesto. Hasta que la seguridad le armó un cordón con escudos protectores, el brasileño tardó tres minutos en patear el córner. Messi, en la primera oportunidad, lo jugó rápido y corto hacia Verratti para salir de esa zona. Ya en el segundo, cuando tomó carrera desde cerca de la tribuna para tirar el centro, necesitó ser protegido por redes portátiles y acurrucarse debajo de los escudos de seguridad.

La oportunidad de gol que un hincha le cortó a Messi

Por su personalidad y manera de vivir el fútbol, Sampaoli comulga con la efervescencia que baja de las tribunas. En un encuentro sin mayores brusquedades entre los jugadores, más allá de que Achraf Hakimi recibió la tarjeta roja por cortar con un empujón a un rival una situación manifiesta de gol, el entrenador argentino fue el primero en ser amonestado entre los cuatro protagonistas que recibieron una tarjeta amarilla durante los 90 minutos. El árbitro le tuvo paciencia cuando ya a los seis minutos protestó por una falta de Rongier sobre Di María. Como sus reclamos continuaron al rato por otra acción, a los 16 minutos lo amonestó.

Con el rostro crispado, Sampaoli le pedía explicaciones al referí. Lejos de combatir los excesos de algunos hinchas del Olympique, el extécnico del seleccionado declaró sentirse identificado al final del partido: “Para mí, la afición del Marsella es la mejor de Francia. Y francamente, cuando me llamaron para firmar por el Marsella, también vine por eso. Hoy el público estuvo increíble. Conocía su fervor antes de venir”.

El Marsella tiene un largo historial de incidentes. A fines de septiembre, ante Galatasaray por la Europa League, el partido estuvo interrumpido durante varios minutos -los jugadores se retiraron a los vestuarios para luego regresar- por el lanzamiento de bengalas entre los ultras de los dos equipos. De visitante, los hinchas del Marsella se enfrentaron con los de Niza y causaron la suspensión. También se trenzaron en una gresca con los de Angers.

Pochettino saluda a Neymar, a quien reemplazó para reforzar la contención con Wijnaldum
NICOLAS TUCAT


Pochettino saluda a Neymar, a quien reemplazó para reforzar la contención con Wijnaldum (NICOLAS TUCAT/)

En lo futbolístico, para Messi fue el cuarto cotejo por la Ligue 1, en la que aún no convirtió goles. Es la primera vez, desde la temporada 2005/06, que no hace goles en sus primeros cuatro presencias por Liga. Marcó tres en tres partidos por la Champions League. Su influencia creció cuando dejó el sector derecho y transitó zonas internas. Sus mejores asociaciones fueron con Mbappé; en una una de ellas, estuvo cerca de convertir un gol como contra Leipzig, pero esta vez el remate salió apenas desviado. También pudo desnivelar con un cabezazo algo forzado cerca del área chica, sin advertir que nadie salía a marcarlo y tenía tiempo para controlar la pelota y definir con el pie.

Jorge Sampaoli fue el primer amonestado del partido: a los 16 minutos, el árbitro le mostró la tarjeta amarilla por protestas
CHRISTOPHE SIMON


Jorge Sampaoli fue el primer amonestado del partido: a los 16 minutos, el árbitro le mostró la tarjeta amarilla por protestas (CHRISTOPHE SIMON/)

PSG perdió a Marco Verratti al final del primer tiempo por un golpe en la cadera. Con la expulsión de Hakimi a los 11 minutos de la segunda etapa, Mauricio Pochettino rearmó la línea de cuatro con el ingreso de Kehrer por Di María, que salió bastante frustrado, sensación que también reflejó un rato más tarde Neymar, sustituido por Wjnaldum para reforzar la contención. El brasileño reaparecía luego de una lesión y su nivel fue apenas discreto.

Lo más destacado de OM 0 - PSG 0

Pochettino, que suele repetir que su equipo está en construcción. se fue satisfecho: “Nuestra actuación fue buena en general, si tenemos en cuenta que jugamos 40 minutos con 10 hombres. Sí, queríamos ganar, esa era nuestra idea. Pero al final estamos bastante contentos con este rendimiento”.

El partido fue más intenso que preciso. De los 15 remates de Olympique, solo uno fue al arco. En el caso de PSG, cuatro de diez. No hubo necesidad que los arqueros se convirtieran en figuras.

Como lo futbolístico fue anecdótico y olvidable, los otros apuntes que quedaron sobre lo periférico confirmaron las previsiones: dentro de la cancha no hubo saludos de Messi y Di María con Sampaoli. Consecuencia directa de las rispideces que quedaron de la convivencia en el Mundial 2018. Messi intercambió unas palabras con Leonardo Balerdi, el suplente que se le acercó para pedirle la camiseta. Sí hubo un abrazo final entre Sampaoli y Pochettino. El clásico se consumió en su propio fuego.