Hernán Cristante, el villano satanizado de forma injusta en la tragedia de Querétaro

Hernán Cristante intentó disuadir a los barristas del Querétaro mientras golpeaban a los aficionados atlistas en el campo de La Corregidora. (Photo by Cesar Gomez/Jam Media/Getty Images)
Hernán Cristante intentó disuadir a los barristas del Querétaro mientras golpeaban a los aficionados atlistas en el campo de La Corregidora. (Photo by Cesar Gomez/Jam Media/Getty Images)

Hernán Cristante está pagando los platos que no rompió. Se ha convertido en el villano favorito de los medios durante las últimas horas. En un afán enfermizo por repartir culpas, como si los responsables directos no estuvieran a la vista de todos, el entrenador del Querétaro ha sufrido un linchamiento condimentado por la Triple I: Irresponsable, irreflexivo y, porque así tiene que ser, inmediato. Lo normal en estos días.

Los videos que circulan en redes, y que fueron replicados con el mismo discurso condenatorio, muestran a Cristante diciéndole a los aficionados de Querétaro: “Afuera los reventamos”. La Policía de la Moral, que al parecer es más rápida y efectiva que la policía real, no tardó en hacer lo suyo. El coro fue el mismo: “Una vergüenza que Cristante se prestara a esto”; “¿Qué se puede esperar de los aficionados si el entrenador incita a la violencia”.

Todos somos especialistas. Todos sabemos cómo debió actuar exactamente Cristante y cuáles son las palabras que debió usar. Todos tenemos claro cómo actuar en situaciones de alto riesgo. Queda claro que Hernán no eligió las mejores palabras, pero habría que ser un malintencionado de primera para otorgarle a sus gestos una connotación bélica. El timonel argentino intentó calmar a los vándalos disfrazados de hinchas. La idea era que dejaran de golpear a los atlistas. No podía saber lo que estaba sucediendo en todo el estadio. ¿Quién lo iba a imaginar?

La posición cómoda fue echarle la culpa. Cristante, incitador a la violencia; Cristante, a la misma altura de los miserables que pateaban cuerpo inertes. Sus palabras tenían como fin anestesiar la gresca. Venga, muchachos, no hagan esto acá, ya luego se arreglan. La táctica de posponer la violencia para que, una vez calmados los ánimos, no queden ganas de echar pleito. Nuestras madres conocían bien la estrategia. “Afuera los reventamos” era el equivalente a cuando mamá nos decía “en la casa lo arreglamos”.

Pero al parecer muchos periodistas y opinólogos no tienen madre, por eso no entienden de sentidos figurados. Si no les importó decir que había 17 muertos para tener la primicia, para ser tendencia, para que todos los llenaran de elogios por decir lo que otros callan; ¿qué tanto les puede importar manchar la imagen de un entrenador que tuvo las agallas de proteger a aficionados atlistas en el vestidor?

Cristante fue linchado en redes sociales por una frase que intentó usar para calmar a los hinchas de Gallos Blancos. (Photo by EDUARDO GOMEZ/AFP via Getty Images)
Cristante fue linchado en redes sociales por una frase que intentó usar para calmar a los hinchas de Gallos Blancos. (Photo by EDUARDO GOMEZ/AFP via Getty Images)

Porque esa fue otra muestra de la bipolaridad nauseabunda que abunda en la Policía de la Moral. Horas antes, cuando se supo que Cristante brindó resguardo a aficionados del Atlas, todo mundo lo elevó a la estratósfera. Y claro que era una acción digna de aplausos. Después salieron los videos y presenciamos la infamia que tan arraigada tenemos: el héroe impoluto convertido en un animal que apoya la violencia.

"Sólo te cuento que dije eso para que dejaran de pegarle a un muchacho que no tenía más de 20 años, no podía sacarle a la gente y sólo quise disuadir de la única manera en que pude... lo soltaron y fue uno de los chicos que terminó siendo revisado por el doctor del club", dijo Cristante en sus redes sociales.

Todo es tan fácil y cómodo. Finalmente ellos saben cómo funciona el negocio. La Liga MX surfeará la ola con la negligencia doctrinaria que han extendido a sus replicantes repartidos en medios de comunicación. ¿Quién los critica a ellos y sus noticias falsas? ¿Quién los juzga a ellos y las primicias no comprobadas? Cifras extraoficiales, me informa una fuente, se dice, se rumora, me contaron.

¿Quién condena su polémica barata de la que tan orgullosos se sienten? Porque en televisión está bien burlarse del alcoholismo y del sobrepeso entre compañeros. Es parte del show, todo se queda en la pantalla. Habría que revisar las formas de esos “personajes”, como la industria ha tenido a bien llamarles, para entender por qué resulta tan fácil señalar sin pruebas, cambiar discursos, ajustar la moral a la tendencia en turno.

Los juicios morales estarán en el menú de entrada y en el plato fuerte muchas semanas más. Luego todo se olvidará. No sea que les quiten sus acreditaciones. Bueno, ya dijimos que esto merece una sanción ejemplar, ahora hablemos del América y su nuevo entrenador. No sea que se enojen y ya no nos quieran dar entrevistas. Total, ya a nadie le va a importar lo que pasó, volvamos a informar sobre fichajes que nunca llegarán.

El hambre de likes es el combustible de la Policía de la Moral. No hay matices, la atención se debe buscar a toda costa. Hoy han decidido satanizar a Hernán Cristante. A ver cuánto tiempo les dura el coraje. Seguramente no mucho, ya encontrarán otro chivo expiatorio. Son especialistas. Investigan mejor en las redes sociales que en la vida real.

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