Henry Martín, el delantero despreciado por los americanistas al que antes adoraban

Henry Martín durante un partido de Liga MX con el América. (Hector Vivas/Getty Images)
Henry Martín durante un partido de Liga MX con el América. (Hector Vivas/Getty Images)

Henry Martín se ha convertido en chivo expiatorio perfecto del América. El delantero es objeto de rechazo, y ciertamente de repudio, por parte de la misma afición que hace no mucho tiempo lo encumbró como uno de los mejores delanteros del país. Su defectuoso despeje ante Puebla, en la ida de Cuartos de Final de Liga, volvió a poner la mira sobre el atacante, pues ahora no sólo su desempeño ofensivo es cuestionado, sino también su poco tino defensivo que desencadenó en el gol poblano de Fernando Aristeguieta.

Sin embargo, hasta hace no mucho tiempo Martín estaba muy bien cobijado por la afición azulcrema, que lo pedía a gritos como titular por encima de otros atacantes extranjeros como Federico Viñas, Roger Martínez y, en su momento, Nicolás Castillo. En realidad, el delantero yucateco no había hecho nada formidable, pero en el América de la última época bastan unas cuantas actuaciones decentes para ganarse la bendición de quienes dicen ser los aficionados más exigentes del país.

Henry, hoy apodado despectivamente Patas de raqueta, llegó al Nido en 2018 de la mano de Miguel Herrera, que lo consideró un buen relevo y poco más. Sin embargo, el fichaje superó de inmediato las pobres o nulas expectativas. Los goles cayeron en cascada en los primeros partidos y hasta se habló de una convocatoria sorpresa a la Selección de Juan Carlos Osorio para el Mundial de Rusia 2018, porque la exageración forma parte intrínseca del americanismo: aquel que hace cinco goles con la camiseta azulcrema en automático se gana el derecho al cielo.

Desde entonces, Martín ha sido un delantero de irregular a irrelevante, con algunos chispazos que reviven el viejo amorío que tuvo con el graderío del Azteca. Durante cuatro años y medio ha marcado un total de 55 goles. Sus números no son nada excepcionales, pero le han alcanzado para mantenerse en Las Águilas por nueve temporadas, tiempo en el que ningún otro delantero ha marcado más goles que él. Y tampoco el portentoso América ha sido capaz de contratar o debutar a un delantero de mejor nivel.

Muy lejos han quedado los tiempos en los que para ser titular en el América había que ser un delantero con cualidades probadas en un alto nivel de exigencia. Quizá, en favor de la prosapia águila, hay un concepto que los azulcremas de hueso colorado siguen cuidando muy bien: la palabra ídolo. Esa etiqueta sigue siendo sagrada para el americanismo, es uno de los pocos sellos de grandeza vigente que les queda; pero, a falta de ídolos, deciden encumbrar a jugadores del montón que, a primeras de cambio, bajan del altar. Martín no es ídolo del América y nunca lo será, pero sí ha sido su referente ofensivo por cuatro años y medio.

La fórmula Henry Martín ha sido muy útil para el América en los últimos años: fichar jugadores desconocidos o de bajo perfil, que en un principio son reventados por los aficionados y, cuando da un ramillete de buenos partidos, los exigentes y refinados hacen uso de la razón absoluta: "¿Ven? Les dije que era un gran jugador y todos lo criticaron”. Pero basta un mal momento, o un golpe de realidad, para despotricar contra el jugador que hace dos días lo merecía todo. Hoy piden a gritos su salida. No importa. Llegará otro delantero de similar nivel y el proceso de auge y caída volverá a repetirse en bucle.

Martín es constante en la Selección Mexicana y fue medallista en Tokio 2022, hechos impensables hace cuatro años, pero si algo ha quedado claro es que se trata de un jugador promedio. Lo era ayer, lo es hoy. El juicio americanista ha cambiado porque así le pasa a los equipos que presumen una grandeza oxidada: fabrican referentes de plástico que son desechados cuando su normalidad es descubierta.

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