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Gut vierte lágrimas de oro en Yanqing

Madrid, 11 feb (EFE).- La suiza Lara Gut-Behrami, una de las grandes campeonas de la historia del esquí alpino, ganó este viernes, con 30 años, el único título que faltaba en su brillante palmarés: el olímpico, que logró, tras haber capturado también bronce en el gigante del pasado lunes, en el supergigante de los Juegos de Pekín 2022, disputado en Yanqing.

Gut, ganadora de la Copa del Mundo 2015-16, doble campeona mundial -de 'super' y de gigante, el año pasado en Cortina d'Ampezzo (Italia)- y que ya contaba diez medallas en grandes eventos, coronó, al fin, su sobresaliente carrera deportiva. La suiza, a la que entrena el técnico español José Luis Alejo, festejó el primer oro olímpico al cubrir los 1.984 metros de la pista 'Rock' -con salida a 1.825 metros de altitud y un desnivel de 540- en un minuto, trece segundos y 51 centésimas: 22 menos que la austriaca Mirjam Puchner, que capturó plata en una prueba en la que otra helvética, Michelle Gisin, que se quedó a tres décimas exactas de su compatriota, acabó tercera.

Lara, que al casarse en 2018 con el futbolista Veron Behrami -ex capitán de la selección suiza- añadió guión y segundo apellido a su nombre, sucedió en el historial de esta prueba a la checa Ester Ledecka, que en PyeongChang'18 había marcado un hito al ganar oros en dos deportes distintos y en unos mismos Juegos.

La espectacular campeona de Praga, que acabó en un más que meritorio quinto puesto este viernes, se conformará esta vez con haber revalidado en Pekín 2022 el título de paralelo gigante de snowboard festejado hace cuatro años en Corea del Sur.

La austriaca Arian Rädler fue la primera en bajar la pista de Yanqing y sus 1:15.33 fueron 'pulverizados' acto seguido por Ledecka, que mejoró ese crono nada menos que en un segundo y 39 centésimas. Circunstancia que durante unos instantes hizo pensar que la campeona de Praga estaba ante la posibilidad de repetir la increíble proeza lograda en la pasada cita olímpica.

Pero Puchner, primero; Gisin, después, y acto seguido otra austriaca, Tamara Tippler -que acabaría cuarta- la sacaron del podio, por lo que tras las primeras cinco participantes ya se supo no sólo que Ledecka no repetiría la 'barbaridad' deportiva que protagonizó en Corea, sino que esta vez no capturaría medalla en el esquí alpino. La quinta plaza, no obstante, ya es de por sí un excelente resultado para la experta 'rider' checa.

"A Lara le falta el oro olímpico y eso es lo que quiere", había declarado a Efe el pasado mes de octubre, en la previa del arranque de la temporada, el andaluz Alejo, el técnico con el que la suiza experimenta, en su tercer curso juntos, una segunda juventud deportiva.

Dicho y hecho. Con el dorsal 7, Gut bajó a por el oro, tras mejorar en 22 centésimas a Puchner, que capturó su primera medalla olímpica; y en 30 a Gisin, oro en combinada hace cuatro años, que recogería su segundo trofeo en Juegos. En una prueba que no disputó la italiana Sofia Goggia, recuperada en tiempo récord de una microfractura en la cabeza del peroné y otra lesión parcial en el ligamento cruzado de la rodilla izquierda que se produjo hace tres semanas; pero que decidió reservarse, con miras al descenso del próximo martes, en el que intentará repetir el oro logrado en PyeongChang.

La estadounidense MikaelaShiffrin, la gran dominadora de este deporte, que se había salido sorprendentemente de pista a las primeras de cambio en el gigante y en el eslalon, las dos disciplinas que domina -especialmente la segunda de ellas, en la que posee el récord histórico de victorias en una misma modalidad en Copa del Mundo (47)- sí completó recorrido esta vez. La súper-campeona de Vail (Colorado), que a los 26 años hace varios ya que lo ha ganado todo y que es una de las siete únicas esquiadoras de toda la historia en haber festejado victorias en todas y cada una de las disciplinas del deporte rey invernal, se tuvo que conformar esta vez con la novena plaza; en una prueba en la que hace tres años festejó, en Are (Suecia), uno de sus seis títulos mundiales.

La neocelandesa Alice Robinson protagonizó la caída del día, sin mayores consecuencias; y cuando, tras salir justo detrás de la oceánica, con el dorsal 17, la noruega Ragnhild Mowinckel -sexta este viernes- se quedase a casi seis décimas, Gut empezó a soñar despierta.

La tensión crecía, porque en unos Juegos -y más en una prueba de velocidad- puede saltar la sorpresa en cualquier momento. De las posibles candidatas a 'reventarle' el mejor momento de toda su carrera a Gut quedaba por tomar la salida Kira Weidle. Pero la alemana, con el dorsal 26, se quedó a un segundo y quince centésimas. Y acabó decimoquinta.

El enorme nerviosismo acabó convirtiéndose en lágrimas. Lara lloraba de alegría, abrazada en la zona de meta a su padre, Pauli, el hombre que siempre ha estado a su lado, a lo largo de toda su brutalmente exitosa carrera deportiva; que empezó en la elite cuando ella tenía sólo 16 años.´

Alejo, uno de los múltiples casos de positivo en covid-19 que no pudieron viajar a China, gritaba de alegría en su casa de Granada. Lara, que en sus inicios había compartido no pocos entrenamientos con la andaluza María José Rienda -la española con más victorias (6) en la Copa del Mundo-, al fin había capturado el título olímpico. En el supergigante, disciplina en la que logró la mitad de sus 34 triunfos en la Copa del Mundo. La suiza lloraba en meta, abrazada a su progenitor, festejando la guinda a su enorme trayectoria deportiva. Sus lágrimas eran de oro.

Adrián R. Huber

(c) Agencia EFE