Guido Pizarro, de la pena a la victoria. El agónico gol del capitán tigre para ganar el campeonato

Guido Pizarro conoció el cielo y el infierno en una misma noche. La final de la Liga MX estalló en emociones a lo largo de los 120 minutos de juego en los que se disputó la supremacía del futbol mexicano. En las acciones, el capitán de los Tigres se convirtió en héroe y villano, perjudicó primero a su equipo y después encontró la rendija para definir el encuentro y así conseguir su quinto título de liga jugando con los felinos. El escenario y las circunstancias fueron apremiantes para un jugador que ha construido un nicho importante en la historia del club.

Miguel Herrera fue claro y tajante cuando estaba por terminar su ciclo dentro del equipo: “el equipo se está haciendo viejo”. La base principal de los Tigres sobrepasa los 30 años de edad y Pizarro, siendo parte fundamental en la columna vertebral del equipo ya tiene un kilometraje avanzado para el futbol con 33 años. Sin embargo, el eterno capitán se ha enfilado en entregarse en cuerpo y alma para con su equipo. En la gran final de la Liga MX quedó demostrado. Para muchos futbolistas del conjunto felino pudo haber representado un último baile. La edad les ha comenzado a pasar factura a jugadores importantes del conjunto y este era el momento cumbre para volver a vencer o dejar atrás su lado más ganador.

Guadalajara se fue arriba en el marcador desde muy temprano, con un gol de Roberto Alvarado a los 11 minutos. La anotación del cuadro tapatío sacudió las entrañas de los Tigres, quienes todavía no terminaban por acomodarse en el rectángulo de juego. Poco a poco el reloj siguió su marcha y el Rebaño de nueva cuenta anotó un gol que parecía definitivo. Víctor Guzmán remató a dos metros de la portería un tiro de esquina que cobró Alexis Vega. El Pocho hizo un gol de entrenamiento, sin dificultades ni marca que le estorbara. El responsable de evitar que rematara era Guido Pizarro quien, de manera chusca, estaba marcando a uno de sus compañeros. La desconcentración del mediocampista argentino se debió a una jugada de pantalla que hicieron los rojiblancos para encontrar ese espacio y rematar.

Juan Pablo Vigón estaba defendiendo su marco y se encargó de sujetar a Antonio Briseño, pero el Conde Pizarro se encargó de que ninguno de los dos hiciera el mínimo esfuerzo por poder rematar el esférico, aunque con ello haya dejado libre el camino para Guzmán.

El tiempo siguió su marcha y el partido se fue haciendo adulto. Como guion de Hollywood, Tigres comenzó a marchar y a dejar atrás los malos momentos que tuvieron en un inicio. André-Pierre Gignac y Sebastián Córdova se encargaron de poner a su equipo de nueva cuenta en la pelea por el título. La remontada en el minuto 71 fue imposible de detener para las Chivas que, para ese punto del partido, ya no hallaba la forma de detener al conjunto regiomontano.

El partido se fue hasta los tiempos extras. El primer tiempo transcurrió sin mayor repercusión en los dos arcos y parecía que la segunda mitad sería una calca. Pero el partido aguardaba todavía un grito eufórico de gol por cantarse. En el minuto 110, Tigres cobró un tiro de esquina a su favor, en primera instancia, Nicolás Ibáñez fue el primer jugador de los felinos en rematar al arco, pero en la trayectoria se encontró una muralla rojiblanca que no dejó pasar el balón con un rechace que salió elevado y que, de nueva cuenta, le permitió a Sebastián Córdoba rematar a la portería, pero ahí el Pocho Guzmán evitó el gol sobre la línea.

Sin embargo, el rebote de nueva cuenta cayó dentro del área. El Conde se alzó en lo alto y ganó el remate a los defensores, pero aun así hubo un leve desvío cuando el capitán tigre remató con un testarazo. El esférico salió con dirección a la portería e hizo una extraña parábola y terminó en el fondo de la portería, ante la mirada atónita de Miguel Jiménez y el Pocho Guzmán.

A pesar de que Chivas quiso lanzarse al frente para alcanzar empatar el marcador, sus mejores futbolistas ya descansaban en el banco de suplentes. El marcador suspiró en sus últimos momentos y el silbatazo de César Arturo Ramos Palazuelos no se hizo esperar. Tigres se consagró nuevamente como campeón del futbol mexicano.

El campeonato de Tigres redondeó una actuación completa del conjunto regio. A sabiendas de que podía ser el último encuentro juntos de muchos jugadores, Pizarro se encargó de coronar a su equipo. Tanto en la ida como en la vuelta, el Conde se encargó de mover los hilos desde la defensa y después en el medio campo. Su premio fue poder anotar la última esperanza del campeonato.

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