Goles que son trompadas, y Real Madrid como el legendario noqueador Rocky Marciano

Carlo Ancelotti, director técnico del Real Madrid, finalista de la Champions
Sebastián Domenech

Real Madrid es Rocky Marciano. En sus remontadas épicas de la Champions anota goles que son trompadas. La primera piña, inesperada, ya deja grogui al rival. ¿De dónde salió esa mano si ya el duelo parecía definido? Real Madrid huele sangre. Y noquea. Mete una o dos manos más y derrumba la obra más sólida, llámese PSG, Chelsea o Manchester City. Por su resistencia a renunciar Real Madrid recuerda también a Julio César Chávez, campeón eterno. La noche de 1990 en Las Vegas en la que el mexicano tragaba su sangre para que no le detuvieran la pelea. Y terminó noqueando a Meldrick Taylor a dos segundos del final. Como el Rocky de Hollywood, pero de verdad. El sociólogo estadounidense Merril J. Melnyck definía ese momento único del deporte con apenas dos palabras: “unscripted drama”. Un drama sin guión.

El festejo de Benzema con el tercer gol en el Bernabéu ante el Manchester City de Guardiola: otra reacción titánica
El festejo de Benzema con el tercer gol en el Bernabéu ante el Manchester City de Guardiola: otra reacción titánica


El festejo de Benzema con el tercer gol en el Bernabéu ante el Manchester City de Guardiola: otra reacción titánica

Es tentador apuntar hacia la mandíbula frágil de Lionel Messi o Neymar, líderes mientras se tenga la pelota. O Kyliam Mbappé, Kay Havertz y Jack Grealish todavía jóvenes. Pero Real Madrid noqueó también a los más duros. Porque los que regalaron finalmente goles decisivos fueron el capitán Marquinhos (PSG), el temible Antonio Rudiger (Chelsea) y el muro Ruben Dias (Manchester City). En rigor, ninguno de los tres equipos supo qué hacer al segundo siguiente de haber recibido la primera trompada. En tiempos viejos (Maracanazo del ‘50), Obdulio Varela enfriaba la caldera colocándose la pelota bajo el brazo. Brasil acababa de empatar y el Negro Jefe no quería reanudar hasta estar otra vez de pie. En tiempos más modernos, Juan Román Riquelme supo poner la pelota no bajo el brazo sino bajo la suela y la paseó por todo Japón. Aquella final Intercontinental del año 2000 fue la última que perdió Real Madrid en la era moderna. El fútbol de hoy fabrica cracks en serie. ¿Falta personalidad?

“(Pep) Guardiola no quiere personalidad. El es el líder”, criticó ayer Patrice Evra, ex jugador de Manchester United. El City de Guardiola olvidó “belleza” y apeló a picardías y oficio cuando el Atlético Madrid lo terminó metiendo en su arco en la serie previa. Real Madrid, en cambio, le marcó dos goles en los dos minutos finales. Quedó tan aturdido que ni siquiera tiró al arco en todo el segundo tiempo extra. Otros cuestionan la decisión de Pep de jugar con muchos mediocampistas pero sin nueve fijo. Es el famoso “diario del lunes”. Guardiola, que había buscado antes a Harry Kane, fichó ayer al goleador del futuro, el noruego Erling Haaland. La Premier League sigue sin dictaminar si esos lujos de rico del City rompen su Fair Play Financiero. La investigación lleva más de tres años. En ese período, el club de Abu Dhabi ya ganó dos títulos. Y podrá sumar un tercero en estos días. Pero ni el dinero ni esta década sin Champions impiden señalar a Guardiola acaso como el mejor DT del mundo. Por un lado, allí está el ejemplo de Manchester United y su despilfarro inútil. Y, por otro, ¿cambiamos radicalmente el análisis según hacia qué lado cayó la pelota tras bailar sobre la red en un match point? ¿Cambiaríamos por ejemplo nuestra mirada si el gran Liverpool de Jurgen Klopp cierra sin títulos esta temporada excepcional?

9 de marzo de 2022: el primer gran KO de Real Madrid, ante PSG. Lo celebra Benzema, lo sufre Messi
GABRIEL BOUYS


9 de marzo de 2022: el primer gran KO de Real Madrid, ante PSG. Lo celebra Benzema, lo sufre Messi (GABRIEL BOUYS/)

El viernes pasado, Javier Cercas caminaba por los pasillos como gran figura de la Feria del Libro. Le pregunté si añoraba a su querido Barcelona. “¿Y viste a Real Madrid?”, me respondió. Su libro “Anatomía de un instante” podría servir para analizar cuál fue el momento exacto en el que PSG, Chelsea y el City iniciaron sus derrumbes inesperados en el Bernabéu. La falla increíble de un zaguero experimentado, un gol anulado por una mano de VAR o una salvada sobre la línea. ¿Existe algún campeón que no haya tenido suerte? O diseccionar, si no, cuándo fue que Real Madrid inició cada una de las remontadas. Si fue el gol sorpresivo de Karim Benzema, la tapada milagrosa de Thibaut Courtois, la sangre nueva de Valverde-Camavinga-Rodrygo o la “sabiduría” de Carlo Ancelotti, “el DT tranquilo”. O si fue “la magia del Bernabéu”. O el peso de la leyenda que impone su historia al nuevo rico. Como sea, se trata del mismo Real Madrid que había despedido sin títulos la temporada anterior. Cero épica.

El rey del nocaut: Rocky Marciano
El rey del nocaut: Rocky Marciano


El rey del nocaut: Rocky Marciano

Tal vez precisamos encontrarle explicación a lo que acaso no la tiene. El famoso sobreanálisis. Cercas está entre los que sufren “nostalgia” por el gran Barcelona de Pep. “No se si lo veremos nunca más”. Perfecciones colectivas que aman la pelota antes que la lucha. Hoy vemos acaso más orden que aventura. Y el fútbol, como dice el título de uno de los tantos libros que compré en la Feria, es un deporte “Nacido salvaje”. Pueblos contra pueblos, cuchillos y la cabeza de un príncipe danés como pelota. Y Real Madrid, me apunta un colega desde España, “jugando hoy a toque de corneta”.

El último nocaut de Real Madrid: a Pep Guardiola

“Domar el intelecto, creer en el corazón”, dice Alejandro Jodorowsky, artista chileno-francés. El fútbol siempre como duelo físico y mental. Y sólo uno que gana. Buscamos responsables, causas, porque lo pretendemos perfecto. Ni siquiera Rocky Marciano tenía guión. Fue el único pesado de la historia que se retiró invicto. 49 victorias, 43 antes del límite. Rivales que podían superarlo técnicamente, pero su mano derecha simplificaba todo. Ya boxeaba, pero él insistía probándose en distintos equipos. Marciano, en realidad, quería ser beisbolista.

Ancelotti y Guardiola: un partido fascinante que catapultó al Real Madrid a la gran final con Liverpool
PIERRE-PHILIPPE MARCOU


Ancelotti y Guardiola: un partido fascinante que catapultó al Real Madrid a la gran final con Liverpool (PIERRE-PHILIPPE MARCOU/)