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Golden State Warriors silenció el TD Garden de Boston y se quedó con un nuevo anillo de la NBA

Stephen Curry con el trofeo Larry O'Brien, que levanta por cuarta vez, siempre en Golden State Warriors; fue el mejor de la final de la NBA ganada por 4-2 a Boston Celtics.
Stephen Curry con el trofeo Larry O'Brien, que levanta por cuarta vez, siempre en Golden State Warriors; fue el mejor de la final de la NBA ganada por 4-2 a Boston Celtics. - Créditos: @ELSA

Una dinastía. Nada menos. Golden State Warriors puso de rodillas a Boston Celtics en el sexto juego de la final, y recibe reverencias de toda la NBA. Es que la franquicia de San Francisco ganó su cuarto anillo de campeón en los últimos siete años. Eso mismo, una dinastía. Construyó un equipo, sufrió contratiempos, pero apoyado en Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green, un Big Three de época, mostró que es posible dominar la escena sin conformar equipos a dedo. Se impuso por 103-90 en el TD Garden, y lo más significativo de la consagración resultó cómo la logró: autoridad, recursos y un deseo por ganar irresistible.

Para dimensionar de qué se trata: Curry llegó a la cifra de 150 triples en juegos de finales de la NBA, marcó 34 puntos y se quedó con su primer MVP de una final de la liga; Green aportó 12 tantos, 12 rebotes y 8 asistencias, y Thompson, después de pasar casi dos sin jugar por una lesión, se sumó con 12 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias. Y como cabeza de grupo aparece Steve Kerr, el hombre que acumuló 5 anillos como jugador y con el nuevo suma 4 como entrenador jefe.

Compacto de Boston 90 vs. Golden State 103

El logro multiplica la magnitud de la franquicia, que con esta conquista se convirtió en la tercera de las organizaciones más ganadoras de la historia de la NBA. Con 7 trofeos, está por detrás del mítico Boston Celtics y de Lakers, que tienen 17 cada uno. Así como este último tiene divididas sus coronaciones, que fueron 5 como “Minneapolis Lakers” y 7 como “Los Angeles Lakers”, Warriors suma dos como “Philadelphia” (1947 y 1956) y cinco como “Golden State” (1975, 2015, 2017, 2018 y 2022). El nuevo monarca superó al legendario Chicago Bulls de Michael Jordan, dueño de seis cetros.

Y eso que el inicio del partido 6 no lucía nada simple para el equipo del Oeste. Celtics tuvo un comienzo sólido, entendiendo el juego, considerando que dominar la pintura era el negocio. Y no dio respiro al rival, que apenas pudo anotar vía Green. Boston aprovechó cada ataque con buenas rotaciones y revirtiendo la bola cuando se congestionó el juego debajo del aro. Así impuso condiciones, sacó 10 puntos de ventaja (12-2) y obligó a Kerr a pedir un tiempo muerto para frenar al local y ajustar los balance defensivos.

Le costó meterse en el juego a Golden State, porque la defensa contraria estaba perfectamente ajustada en cada rotación. Pero la intensidad de Celtics fue disminuyendo y el conjunto de San Francisco lo hizo pagar. Andrew Wiggins rompió la sequía con un bombazo de tres puntos, Thompson se sumó a la levantada y los primeros dos puntos de Curry llegaron casi a los 6 minutos de juego (18-22).

Las apariciones de Jordan Poole y Gary Payton II dieron más variantes a la ofensiva de Warriors. Y a puro triple anestesiaron a Boston. Tres bombazos, de Poole, de Green y de Curry (antes de tomar el lanzamiento se acomodó el protector bucal) lo pusieron al frente en el marcador por primera vez (24-22). Y sobre el final del cuarto inicial, Poole, el escolta de “rango infinito”, golpeó con otro triple: 27-22.

En el segundo capítulo se mantuvieron la inspiración ofensiva de los Warriors y el desconcierto absoluto de Celtics. Con Poole endemoniado, Thompson conectado y Wiggins muy metido, el equipo azul consiguió un parcial de 10-0 que dejó sin argumentos a Marcus Smart, Jayson Tatum y Jaylen Brown (37-22).

Stephen Curry acaba de enterarse de que recibirá por primera vez el premio al jugador más valioso (MVP) de una final; sus compañeros lo felicitan.
Stephen Curry acaba de enterarse de que recibirá por primera vez el premio al jugador más valioso (MVP) de una final; sus compañeros lo felicitan. - Créditos: @ADAM GLANZMAN


Stephen Curry acaba de enterarse de que recibirá por primera vez el premio al jugador más valioso (MVP) de una final; sus compañeros lo felicitan. (ADAM GLANZMAN/)

Brown cortó la seguidilla con un triple y sumó otros dos puntos y Boston respondió con una carrera de 7-0 para acortar la distancia. Impuso en varios pasajes de ese segundo parcial el rigor físico para sacar de eje a su rival, pero ése no fue el antídoto necesario. El anfitrión tuvo muchos problemas para generar acciones de ataque: cerró la primera mitad con 13 pérdidas de balón, demasiadas como para sostenerse en juego.

En ese escenario todo fue ganancia para Warriors, que tuvo conectados a los Splash Brothers. Curry y Thompson anotaron 24 puntos (12 cada uno) y el cuadro al que conduce Kerr concluyó 54-39 arriba los primeros 24 minutos.

La segunda mitad empezó con una lluvia de triples y en esa tormenta Curry se sintió en su zona de confort. Porque Golden State, con 14 aciertos en 28 lanzamientos de tres puntos, rechazó todo intención de reacción de Boston. Fue un buen pasaje de Otto Porter Jr. y de El Chef, que sacó tiros imposibles, siempre apoyado en las ayudas y los bloqueos de Green, el hombre del trabajo sucio.

Intentó mantenerse a tiro Celtics con triples de Al Horford (3 de 4 en larga distancia), pero no fueron suficientes. Porque a cada acierto, Warriors respondió con un tiro de la misma puntuación. Después de ese comienzo de 9 bombas repartidas entre los dos equipos y que llevaron la ventaja de Golden State a 22 tantos (72-50), Boston modificó su defensa, dio más velocidad a los cambios y marcó puntos más sencillos cerca del aro.

Jaylen Brown se convirtió en factor determinante para una reacción del local, a pesar de las 17 pérdidas. Incluso el conjunto verde se puso a 9 puntos a un minuto del final del tercer cuarto, porque el visitante anotó apenas 4 puntos en los últimos 5 minutos, mientras que su adversario hizo 14. Pese a esa racha, Golden State sostuvo una buena ventaja con miras al último acto y se fue ganado por 76-66.

El último baile se abrió con la misma presión de ambos bandos, que movieron el balón para encontrar dobles cerca del canasto. Pero Warriors resultó igual de asesino que cuando se pone en sintonía en la larga distancia. Porque Payton II, Poole y Curry marcaron 8 tantos que le permitieron mantener a distancia a Boston, que intentó responder con su trío Smart-Tatum-Brown.

No llegó a terminar el partido y Curry se deja invadir por la emoción.
No llegó a terminar el partido y Curry se deja invadir por la emoción. - Créditos: @ADAM GLANZMAN


No llegó a terminar el partido y Curry se deja invadir por la emoción. (ADAM GLANZMAN/)

En un tramo caliente del partido, Golden State mostró que sabe jugar al básquetbol: sepultó aquello de que sólo tira para tres puntos. Porque Curry leyó que no podía lanzar y atacó el aro, Green defendió y defendió contra Tatum y Wiggins hizo de todo un poco: tapas, goles y ajustes defensivos permanentes (96-81). En medio de semejante intensidad, no sorprendió que Celtics acumulase 22 pérdidas a esa altura.

En definitiva, lo de la organización de San Francisco, que antes fue de Oakland y más temprano, de Filadelfia, tiene ribetes de locura deportiva. Una locura que comenzó a tomar vuelo en la temporada 2014/15, con la primera coronación después de 40 años de espera. Desde entonces, Golden State Warriors no se detiene, domina la escena, somete a los rivales, muestra que sabe cómo jugar y tiene a los actores indicados. Sólo el cielo es su límite. Un campeón con todas las letras. Un equipo de leyenda.