Yahoo Noticias André Pierre Gignac la leyenda que fue injustamente abucheada
Tigres empató a 0 goles con Necaxa y la afición del Estadio Universitario no lo tomó para nada bien. Al terminar el encuentro la hinchada recriminó a su equipo, y como si se hubieran olvidado de su historia, también abuchearon a André Pierre Gignac, uno de los mejores futbolistas que ha portado la camiseta felina, sino es que el mejor.
El equipo dirigido por Miguel Herrera apenas acumula 3 partidos sin poder ganar, se mantienen en la pelea por la parte alta de la tabla y permanecen como uno de los candidatos para llevarse el Apertura 2022 y aún así fueron abucheados. Cada afición sabe cuándo y por qué reclamar, pero en esta ocasión parece incomprensible.
El delantero francés ha sido un pilar en la historia de Tigres. Es el jugador con más goles en la institución, ha ganado 4 títulos ligueros, 1 Concachampions, y se ha proclamado campeón de goleo en 3 ocasiones. Es una leyenda viviente que tuvo que soportar la molestia de la gente.
Las quejas muestran que hay una exigencia superior a la de su pasado. Si antes empataban 3 juegos seguidos no pasaba nada, no tenían la costumbre de ser exitosos o de tener una superestrella en sus filas. Claro que son altas las expectativas para estos Tigres acompañados por Miguel Herrera, y si algo no marcha bien es justo que muestren la inconformidad, pero qué necesidad de hacerlo con APG.
Aunque hay un sector de la afición que afirma que los abucheos no fueron para Gignac sino para el mal funcionamiento del equipo y para el director técnico, Piojo Herrera fue contundente con respecto a la situación.
"Muy injustos, respeto mucho a la afición, pero hoy hasta a Gignac lo abuchearon y la verdad a Gignac le tendrían que aplaudir todo lo que haga, todo lo que le ha dado a la institución, todo lo que ha hecho para ganarse a la gente, y de repente escuchar a un grupito que abuchea a un jugador de esa categoría, ya se pasaron de exigencia a otra cosa", aseguró el timonel en conferencia de prensa.
Los gritos responden a la exigencia que tiene con un club de la envergadura de Tigres, ese equipo que siempre “debe” competir. Pero también deja ver la poca memoria que tiene la hinchada. Desde la llegada del francés en 2015 los momentos felices no han faltado.
El ariete galo es considerado por muchos el mejor jugador en la historia tigre y uno de los más trascendentes en toda la Liga MX.
Sí, tal vez estos abucheos no responden a la opinión colectiva sobre APG y su legado con Tigres, pero de algún lado surgieron y no fue de personas ajenas al equipo.
Los de la U no se han proclamado grandes pero acarician esa etiqueta desde hace un tiempo, especialmente cuando empezaron a ganar trofeos. Sin embargo, para que una institución pueda catalogarse así, los aficionados "no pueden" abuchear al jugador más importante de su historia y que ha demostrado amor genuino por el club.
En múltiples ocasiones ha hablado sobre sus intenciones de permanecer en Nuevo León y de finalizar su carrera en Tigres, si eso no habla de su pasión no sé qué otra cosa lo pueda hacer.
Hoy con 36 años, Gignac no está dando la mejor de sus temporadas, y es normal. El buen fútbol no dura para siempre pero las alegrías que dio, sí. En el presente certamen, el delantero apenas acumula 4 goles y 2 asistencias.
Cada vez será un jugador que pierda mas balones, falle mas oportunidades, anote menos goles, pero así es la vida del futbolista. Nace, crece, brilla y se eclipsa.
Los ídolos son una de las piezas más importantes para componer la grandeza de una institución, a ellos se les puede perdonar casi todo, pero aparentemente lo hinchada felina no lo ve así. Bastarán unas cuantas malas rachas para atacar.
No se recuerda a Cuauhtémoc Blanco, Adolfo Bautista o Christian Giménez siendo abucheados por su propia gente. Cada hinchada tendrá elementos cuestionables, pero una regla no escrita en el fútbol es la de “no tocar” a las figuras.
Los hechos ocurridos en el Volcán no borrarán todo el legado que André Pierre Gignac construyó a base de goles y triunfos; quizá la molestia existió, pero no permanecerá.
