Gero Otero, más que un actor, un súper corazón

Si buscas a Germán Otero en la web te saldrá que él es un presentador de televisión, pero la verdad es que eso es tan solo una pequeña parte de su identidad.

Creció con su familia en Guanajuato y decidió ir por su cuenta a la Ciudad de México para empezar su carrera en el entretenimiento como músico para luego dar un giro en la actuación.

Posteriormente le llegaría el trabajo de ensueño de muchos niños de los noventas, ser el presentador de “Art Attack” para Disney Jr. Allí se mudó a Buenos Aires durante las tres temporadas que él fue el anfitrión. Luego de su experiencia, se lanzó al mundo digital con un proyecto propio “Arle y Ger” junto a Arlette Castellanos.

Actualmente es creador, conductor y compositor de “Súper Gero” para el gigante digital de contenido infantil “El Reino Infantil”.

Platicamos con Gero no solo acerca de su trayectoria sino de las experiencias de su particular carrera.

Esta entrevista ha sido editada para efectos de brevedad y compresión.

Pregunta: Has hablado de cómo tu familia veía a la industria del entretenimiento con sospecha. ¿Crees que eso ha cambiado para ellos después de tu éxito? O, ¿siguen preocupados porque tu carrera tiene ese elemento de hacer cosas para un público que un día puede estar y al otro no?

Respuesta: Si, creo que mi familia ha evolucionado hacia allá [la aceptación]. Me han dicho muchas veces que ese temor que tenían se ha transformado en admiración, en aplausos y en apoyo. Eso probablemente no estaba allí antes, porque ellos desconocían cómo iba a ser la vida de ese niño de provincia que fue a la gran ciudad con todos sus sueños, y por supuesto sentían temor de que la gran ciudad se lo comiera. Temor también porque es una familia llena de talentos pero que ninguno se animaba [a una carrera en arte y entretenimiento]. A la fecha somos muy pocos en mi familia, sobre todo la materna, que nos hemos animado a dar ese salto a una vida pública, una vida de arte.

Ahora, veo una familia completamente renovada, este ánimo de “¡Ah! Sí se puede! ¡Si puede alguien salir y lograr sus sueños!”.

Tu fé juega un papel importante en tu contenido, nunca de manera muy explícita, pero siempre se reflejan valores (compasión, armonía y el buen trato al prójimo). ¿Cómo ves que la fe se integra a tu contenido?

¡Wow! Qué pregunta. Sobre todo en este momento de mi vida donde comprendo lo importante que es confiar. Crecí en el núcleo de una familia donde se vivía mucho la fé. Hoy te puedo decir que más que fé, confío. Confío en esta persona que soy y en esta divinidad que es por la que estoy aquí.

Súper Gero me permite a mi compartirme desde un lugar sin límites. Por supuesto es un gran equipo y tomamos decisiones juntos pero me siento muy libre. Puedo mostrarme desde el lado de actor, de compositor, en la parte creativa. [Poder mostrar] este personaje tan vibrante, tan alto que tiene mucho de mí. Las letras de las canciones tienen mucho de mí, de lo que veo y que creo importante compartir, como valores.

Siempre voy a valorar haber crecido en esta familia de mucha fe, pero después tuve la opción y la libertad de nuevas búsquedas hacia un Germán más libre, mucho más en contacto con sus emociones. Lo cuál intento reflejar en el contenido.

Súper Gero no es tu primer proyecto digital. Antes creaste el programa “Arle y Ger” para YouTube. ¿Cómo fue tu experiencia incursionando en contenido digital?

Fue el primer proyecto digital musical que produje junto con Arlette [Castellanos], y nos fuimos con todo a empezar desde cero a crear las canciones, personajes, encontrar locaciones y un foro. Conseguimos que una escuela de animación nos apoye con las animaciones. Me enseñó muchísimo, en mi caso aprendí que hay que saber delegar, para no agotarse. Logramos cosas increíbles, cantamos en el Arena CDMX y en el de Monterrey, tuvimos un dueto con Tatiana [la famosa cantante infantil], hicimos una obra de teatro en el Teatro Xola por una temporada.

Lo único que sucedió [con el proyecto] es que no alcanzamos el nivel de audiencia para tener el soporte financiero y continuar. Ahí tuvimos un aprendizaje [del digital]. Cuando empezamos lo creamos con un nivel muy profesional. Yo venía de Disney y Arlette venía de trabajar para todos los musicales infantiles de Alejandro Gou [famoso productor de teatro mexicano]. Y nos fuimos con todo, todos nos decían que esto iba a ser un hit asegurado, uno se la empieza a creer y ajustas tus expectativas. Y luego cuando lanzas los videos y no pasan de 5,000 vistas, te das cuenta del algoritmo, que los primeros 1,000 suscriptores son los más difíciles. Fue un trancazo importante.

Hoy puedo decir que me siento afortunado que en el nuevo proyecto tengo un gran equipo que me permite concentrarme en las cosas que me gustan.

Rodando Art Attack te tocó mudarte a Argentina. ¿Qué es lo que más recuerdas de tu vida allá?

Uf, tengo muchos recuerdos desde el día en que aterricé en Ezeiza. La experiencia de estar en un set de ese nivel con más de 40 personas trabajando allí. Yo crecí con Art Attack y cuando vi el escritorio por primera vez se me puso la piel [de gallina]. Como es la vida ¿No? Yo tenía una tía que me llevaba a comprar piñatas y un día me dijo “A ver, ya no te voy a comprar piñatas, te voy a enseñar a hacerlas”, y ¿con qué crees tú que hacíamos las piñatas? Con engrudo y con periódico, con lo que se hacen las manualidades de Art Attack. En ese entonces pensé “este programa [es] tan importante a nivel mundial y ahora yo tengo la gran responsabilidad de llevarlo”.

Estoy agradecido con el equipo, con la gente y con el país. Cada fin de semana largo que teníamos corría yo. ¡Vamos a Bariloche, Calafate, Iguazú, Cariló! Fue una experiencia hermosa de principio a fin. Pero esas dos primeras semanas de rodaje, de aprender el formato, porque es un programa muy estructurado, yo lloraba. Entre susto y alegría. Yo estudiaba todo, los ángulos, las grúas, todo. Fue complicado, pero después ya podía hacer bromas. Mi tiempo en Argentina me llevó a entender cómo se hacen las cosas bien hechas.

¿Qué te apasiona del entretenimiento infantil? ¿Cuál crees que es el secreto detrás de tu habilidad para conectarte con los más pequeños?

Es mi propio contacto con mi niño interior, yo me veo todavía como ese niño. Soy un niñote, soy lo que [en entretenimiento] se denomina un “baby face”. Pasan los años y me veo mucho más joven de lo que soy, y me percibo así. Mi familia también son “infantiles”, cualquier pretexto basta para juntarse, celebrar, sacar el karaoke y ser niños.

Cuándo hice teatro infantil por primera vez con Alejandro Gou, fue en el Teatro Metropolitan. Un lugar con capacidad de más de 3,000 personas y [durante las presentaciones] casi la mitad eran niños. Veía sus caras de emoción, de ilusión, y me dije a mi mismo “quiero vivir esto muchas veces en mi vida”. Me enamoré del público infantil, de su energía, de lo que podían transmitirme.

Cuando terminamos Arle y Ger, poco después entró la pandemia. Yo pensaba, ya fue. Ya no hay Gero actor, Gero Cantante, me dedico a vender tacos y ya está. Me fui a León tres meses a ver que iba a pasar y en eso Romar Meléndez [de Reino Infantil] me empieza a platicar del proyecto. Y pues ya con mi experiencia, fui paso a paso viendo por donde iba.

Si pudieras viajar en el tiempo y encontrarte con Germán de niño, ¿Qué consejo le darías sobre su futuro en el mundo del entretenimiento?

Le llenaría primero de autoestima y valores, lealtad, compromiso, confianza. Le diría que se merece todo y que la vida es así, que tiene giros pero que no es necesariamente un drama. Un poco lo que me digo hoy. Divierte, crea y no tengas temor. Que confíe.

Y eso lo hago [hablar con Germán de niño] todo el tiempo.

Ya pasando al proyecto actual con El Reino Infantil. ¿Qué hace súper a Súper Gero?

¡Ah! Eso es importante. En realidad el “Súper” de Súper Gero no es de poderes, es de ser mega divertido, mega cool. [El personaje] viene del Planeta G, donde lo que da energía es la diversión. Entonces todo es musical, todo es energía, todo es de vibra muy alta. Lo que lo hace súper también es que es un explorador y tiene ganas de vivir todas las experiencias que vayan a subir su energía. Así regresar con todo eso a su planeta. Que la verdad no dista mucho de lo que es Germán en la vida real.

Hablemos ya más en concreto del proyecto, Súper Gero. ¿Cómo surgió? Porque es un proyecto como pocos, que aprovechan todas las fortalezas de un talento. No vemos mucho proyecto así donde un talento tenga rienda suelta de darlo todo.

Estoy muy bendecido. Como te comenté, el acercamiento inicia con Romar quien ya conocía mi trabajo en “Art Attack” y en “Arle y Ger”. Para ese entonces yo ya me conocía más y como te dije, solo confié. Confié y fui muy grato pero también muy claro de lo que quería. Dije, “Tengo ganas de cantar, tengo ganas de bailar, tengo ganas de componer”. Y me dijeron “Sí, sí, sí”, y ellos por el trabajo que ya había hecho, también confiaron.

Ha sido una excelente relación. Yo compongo algo y recibo feedback. Propongo coreografía, vestuario, y en ningún momento nadie se cierra, incluyéndome. Imagínate no recibir un consejo de una plataforma de contenido infantil con más de 100 millones de suscriptores. Jamás. Voy confiadísimo, voy contento. Voy pleno y satisfecho de escuchar y ser escuchado.

Es una creatividad en conjunto de Felipe, de Romar, mía. Mis amigos y socios, comprometidos a hacer contenido con valores. Así fue como sucedió, me dieron una oportunidad y no llegué con exigencias, llegué con un “a mi me gustaría ¿Se puede?” Y dijeron que sí.

Complementando la pregunta de tu yo de niño, ¿qué quisieras decirle a tu yo del futuro que esté leyendo esta entrevista en unos años?

¡Pues que aproveche! Que aproveche todas las oportunidades y experiencias que le lleguen al máximo. Que disfrute el proceso. Y que confíe.

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