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Gerardo Castillo, el DT del futbol mexicano que casi llora porque su equipo 'no le hace caso'

Gerardo Castillo, el DT del futbol mexicano que culpa en público a sus jugadoras por perder  | Foto de archivo de Necaxa femenil tomada por Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images
Gerardo Castillo, el DT del futbol mexicano que culpa en público a sus jugadoras por perder | Foto de archivo de Necaxa femenil tomada por Alfredo Moya/Jam Media/Getty Images

Gerardo Castillo, entrenador de Necaxa Femenil, dejó claro cuál es su concepción de la dirección técnica: los buenos resultados son obra suya y los malos, culpa de las jugadoras. Unas jugadoras a las que llama "niñas": de las peores costumbres arraigadas en diversos sectores de prensa, afición, y, con base en la evidencia, también en los propios implicados. Al director técnico de las Centellas no le bastó con quitarse responsabilidades: dio toda una cátedra de todo lo que está mal como líder y de los lastres que bloquean el crecimiento del balompié femenil en México.

Después de empatar 2-2 ante Pumas en la jornada 5 de la Liga MX Femenil, Castillo evidenció su pobreza conceptual y de liderazgo en la conferencia de prensa. "Si te doy mis conclusiones, me pongo a llorar. Uno estudia al rival. Se me va la voz. Dicen que estoy loco, pero si no les avisamos no hay nadie desde la banca que les diga 'cuidado con la de atrás'". ¿Qué director técnico de primer nivel podría excusarse de esa manera? Patético, por decir lo menos, fue el comportamiento del entrenador. ¿Cómo hubiera reaccionado la prensa si un entrenador del futbol varonil hubiera hecho esta misma declaración? Durante toda una semana lo habrían liquidado en todos los espacios posibles.

Como si no existieran potentes diferencias económicas en la Liga MX Femenil, Castillo piensa que sus brillantes estrategias son lo único rescatable y el factor que llevará al éxito a Necaxa. Para él, sus supuestos conocimientos no están a la altura del plantel, a pesar de que previo a su llegada Centellas se había instalado con constancia en la parte media de la tabla. Con él, volvieron a la parte baja el torneo pasado (lugar catorce) y han tenido un mal arranque en el Apertura 2021 (último lugar de la clasificación). Pero él dice que no tiene la culpa: eso le corresponde a las jugadoras, a su incapacidad y displicencia.

"Si te asomas ahorita al pasillo, unas están llorando. A otras les da igual. Uno se cansa, se fastidia, de tratarles de convencer". Pareciera, por sus dichos y por la forma en que los dice, que Castillo está siendo obligado a ser entrenador, que lo tienen atado. Como si no lo hubieran contratado para dar resultados y por una presunta capacidad para desarrollar estrategias y manejar un grupo. Pero no, él prefiere salir ante los medios, responder preguntas como si le hiciera un favor al mundo entero, y de paso, dar cuenta de su propia incapacidad. Si reconoce que no ha convencido a las jugadoras, ¿de quién es la culpa?

La moral con la que Castillo habla de sus conocimientos podría dar a pensar que se trata de un entrenador de gran nivel. Pero no: es un don nadie, que cree que no es un don nadie. "Yo me acuerdo hace dos o tres torneos, estaban mal, no jugaban a nada. No es justificación pero al menos intentamos hacer algo diferente". Claro, se nota. En el colmo del cinismo, el entrenador dijo que "así empiezan los ganadores", superando las malas rachas, y que espera ser partícipe de ese éxito futuro. Y es que no podía ser de otro modo: cuando las cosas salgan bien, él querrá colgarse la medallita.

Con este tipo de personajes rondando por el futbol femenil, y con las incomprensibles medidas mediáticas y logísticas que únicamente sirven para entorpecer un crecimiento que ya es innegable, nadie puede responsabilizar a las jugadoras de "vender poco". Si algo queda claro a estas alturas, cinco años después del lanzamiento de la Liga MX Femenil, es que ellas hacen todo cuanto les corresponde. Y mucho más. Aunque gente como Castillo quiera estropearlo.

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