El juego Wordle esconde una historia de amor

Josh Wardle, un ingeniero de software de Brooklyn, sabe que a su pareja le encantan los juegos de palabras, así que creó un juego de adivinanzas solo para ellos dos
Josh Wardle, un ingeniero de software de Brooklyn, sabe que a su pareja le encantan los juegos de palabras, así que creó un juego de adivinanzas solo para ellos dos

Josh Wardle, un ingeniero de software de Brooklyn, sabe que a su pareja le encantan los juegos de palabras, así que creó un juego de adivinanzas solo para ellos dos. Lo llamó Wordle, una mezcla de su apellido y word, “palabra” en inglés.

Pero después de que su pareja jugó durante meses, y después de que se convirtió en una obsesión en el grupo de WhatsApp familiar luego de que se lo presentó a sus parientes, Wardle pensó que podía estar en algo. Entonces, en octubre, lo lanzó al resto del mundo.

El 1 de noviembre jugaron 90 personas.

Y el domingo 2 de enero, apenas dos meses después, más de 300.000 personas lo jugaron.

Ha sido un ascenso meteórico para algo que se juega una vez al día e invita a los participantes a adivinar una palabra de cinco letras de un modo parecido al que se adivina el color en el juego Mastermind. Luego de proponer una palabra de cinco letras, el juego te dice si alguna de ellas está incluida en la palabra secreta y si está en el lugar correcto. Tienes seis oportunidades de acertar.

Hay pocos rincones de internet que sean tan populares y simples como este sitio web, que Wardle hizo por sí mismo como un proyecto en su tiempo libre. No tiene anuncios ni carteles que parpadean; no hay elementos emergentes ni se pide dinero. Solo es un juego en un fondo blanco.

“Creo que la gente como que aprecia que hay esta cosa en línea que simplemente es divertida”, dijo Wardle en una entrevista el 3 de enero. “No intenta hacer nada raro con tus datos o tu atención. Solo es un juego divertido”.

No es la primera vez que Wardle llama súbitamente mucha atención. El ex ingeniero de software para Reddit creó dos experimentos sociales colaborativos para ese sitio, llamados The Button y Place; ambos fueron un fenómeno en su momento.

Pero Wordle fue un proyecto que hizo sin un equipo de ingenieros. Solo era algo para que él y su pareja, Palak Shah, mataran el tiempo durante la pandemia.

Wardle dice que había creado un prototipo similar en 2013, pero sus amigos no quedaron muy impresionados y descartó la idea. En 2020 él y Shah se “entusiasmaron” con el juego Spelling Bee y con el crucigrama diario de The New York Times “así que quería hacer un juego que ella disfrutara”, dijo.

"Quería hacer un juego que ella disfrutara", dijo Josh Wardle, el ingeniero que creó un juego cuyo título combina su apellido con la palabra word

El gran avance, dijo, fue limitar a los participantes a un juego por día. Eso impuso una sensación de escasez, que dijo que estaba inspirada en parte en Spelling Bee, un juego que deja a la gente con ganas de más, dijo.

Los juegos de palabras han sido inmensamente populares para el Times y para otras empresas en años recientes y muchos, como Spelling Bee, tienen seguidores dedicados.

Pero como Wordle originalmente solo fue creado para Wardle y Shah, el diseño inicial carecía de muchas de las características de crecimiento que prácticamente son esperadas en los juegos de esta época. Mientras que otros juegos envían notificaciones a tu teléfono con la esperanza de que vuelvas varias veces a lo largo del día, Wordle no busca una relación intensa.

“Es algo que te anima a gastar tres minutos al día”, dijo. “Y es todo. No quiere más de tu tiempo que eso”.

Wordle no tenía la función de compartir resultados hasta mediados de diciembre. Wardle notó que los jugadores compartían sus resultados a través de una cuadrícula de emojis verdes, amarillos y negros así que programó una forma automática para que los jugadores pudieran presumir sus victorias de modo que no arruinara la respuesta del acertijo.

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Si estuviera optimizando el juego para ganar la mayor cantidad de jugadores posible, habría incluido un enlace al final del tweet generado por la herramienta, dijo. Pero después de examinarlo, dijo que se habría visto “corriente” y no tan atractivo visualmente, y le gustaba el aire misterioso de la cuadrícula, que sintió que despertaba el interés de la gente.

Aunque Shah fue la receptora afortunada del primer juego, ha tenido un papel clave en prepararlo para el público, dijo Wardle. Su primera lista de todas las palabras de cinco letras del idioma inglés —unas 12.000— contenían muchas desconocidas que habrían sido imposibles de adivinar.

Así que creó otro juego para Shah: en esa ocasión ella tendría que revisar esas 12.000 palabras y determinar si las conocía o no. Así redujo la lista del vocabulario de Wordle a unas 2500, cantidad que debería durar varios años. (Algunas palabras ya han exasperado a los seguidores: a algunos les molestó REBUS, jeroglífico en inglés y TAPIR, porque dijeron que no eran muy conocidas).

Shah dice que se despierta todas las mañanas con una nueva rutina: calienta motores con Spelling Bee, que dice la prepara mentalmente para Wordle. También le encanta el Crucigrama de The New York Times y los crucigramas crípticos.

Aunque ahora comparte Wordle con el mundo entero, dijo que apreciaba que Wardle lo hubiera creado para ella.

“Es muy lindo”, dijo. “Definitivamente es la manera en que Josh muestra su amor”.

Daniel Victor es un reportero de temas generales basado en Londres; ha reportado desde Hong Kong y Nueva York. Se unió al Times en 2012. @bydanielvictor

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