FC Juárez, el equipo que se beneficia de lo peor que tiene la Liga MX y ni así puede trascender

FC Juárez no ha podido calificar a una sola Liguilla en los cuatro años que lleva en Liga MX. (Hector Vivas/Getty Images)
FC Juárez no ha podido calificar a una sola Liguilla en los cuatro años que lleva en Liga MX. (Hector Vivas/Getty Images)

FC Juárez ha camino de puntas por el abismo del futbol mexicano durante cuatro años, desde que compraron la franquicia de Lobos BUAP en 2019. Pero la preocupación no figura en sus libros, por más motivos deportivos que tengan. Han sido beneficiarios directos de dos de las prácticas más célebres —por anticompetitivas— del futbol mexicano: el traspaso de franquicias (una tradición histórica) y la abolición del descenso (más nueva, con apenas tres años de vigencia). Nada les da resultados.

El equipo fronterizo se ha convertido en una trituradora de prestigios para todos los que pasan por ahí. La víctima más reciente fue Hernán Cristante, que fue despedido tras lograr tres victorias en trece partidos y tener al equipo en el lugar 14 de la Tabla General. En su lugar han puesto a Diego Mejía, un hombre de casa. No se sabe realmente si por ánimo de darle la oportunidad a alguien que escapa de la baraja tradicional de entrenadores o por la desesperanza de haber recurrido a todo sin establecerse como un equipo que pueda competir dignamente.

Primero fue con Gabriel Caballero, que llegó con ellos desde el Ascenso (2019). Lo aguantaron un año, ya en Primera, y decidieron que era momento de traer alguien experimentado: Luis Fernando Tena. No duró ni cuatro meses. Después, ante la evidencia de ser un equipo para pelear abajo, echaron mano de un especialista en levantar equipos: Alfonso Sosa, tricampeón del extinto Ascenso MX con Leones Negros, Necaxa y San Luis. No funcionó.

Juárez, pese a las inversiones que recibe, sigue siendo algo peor que un equipo malo: insípidos, incapaces de generar cualquier sentimiento. Están lejos de ser una nómina baja. El equipo propiedad de Alejandra de la Vega es el número once en cuanto a valor, según Transfermarkt —Atlas con un plantel bastante parecido fue bicampeón y Puebla, con antepenúltima nómina menos valiosa, consiguió calificarse a cuatro Liguillas consecutivas—.

En el verano de 2021 llegó el momento de echar la casa por la ventana: llevaron a Ricardo Ferretti, recién desempacado de sus gloriosos once años en Nuevo León con los Tigres. En Juárez no pudo hacer nada diferente en el año que estuvo a cargo. También han echado mano también de directivos que tuvieron éxito antes, como es el caso de Miguel Ángel Garza, expresidente de Tigres. Nada. En Juárez han comprobado que el éxito no se traspasa porque sí.

Se han confirmado, torneo a torneo, como un equipo que no suma nada a la Liga MX. Se dedican a sobrevivir y no por falta de dinero, porque cada semestre traen nuevos jugadores y también tienen abierta la chequera para seguir experimentando con todo tipo de entrenadores. Y, desde luego, también tuvieron dinero para pagar las dos multas por acabar entre los tres últimos de la porcentual en 2021 (50 millones) y en último lugar en 2022 (80 millones). 130 millones de pesos en total. Cosas del futbol mexicano, al torneo siguiente de haber "descendido", Juárez se calificó a su primera Liguilla, la del Apertura 2022. O casi. En realidad sólo se calificaron al repechaje, una medida de por sí diseñada para equipos como ellos y que hasta entonces no habían aprovechado, y quedaron eliminados por el subcampeón Toluca.

Desde el principio se les vio como un equipo impuro por una sencilla razón: no llegaron a Primera División gracias a sus méritos deportivos. En junio de 2019 compraron la franquicia de Lobos BUAP y ganaron un boleto a Primera División. Cuando, supuestamente, se creía que el futbol mexicano estaba dando pasos al frente, vino Juárez a demostrar que siempre se puede volver a las peores prácticas. Nada de eso habría pasado sin una Liga que lo permite, pero finalmente vieron la oportunidad y aprovecharon: como no podían lograr el ascenso en la cancha, mejor recurrir al ascenso en el escritorio. Son un equipo parásito, que navega por la Liga MX sin haberlo merecido y sin haber mantenido ese derecho de manera deportiva. Y ni así. El fin no justificó los medios, más bien les hizo justicia: a atajos fáciles y remedios superficiales, el resultado no puede ser otro que un equipo condenado a la supervivencia inútil.

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