Fórmula 1: las buenas sensaciones de Mercedes, que descubrió el camino para ser protagonista

George Russeell batalla con el campeón Max Verstappen en el Gran Premio de España; Mercedes recuperó protagonismo en el circuito de Montmeló y alimenta ilusiones para el resto de la temporada
Joe Portlock - Formula 1

Levanta cabeza. La nueva era de la Fórmula 1 se presentó como una pesadilla para Mercedes, que recién en el Gran Premio de España, el sexto escalón del calendario, descubrió que el modelo W13 finalmente puede ser protagonista de la temporada. La cita en el circuito de Montmeló era una fecha límite para las aspiraciones de la escudería de Brackley, que de no encontrar el rumbo proyectaba restringir las actualizaciones técnicas y ordenar a los ingenieros que iniciaran las tareas para 2023. Pero el trazado catalán le devolvió la sonrisa a Toto Wolff, el jefe que lideró las ocho coronas consecutivas de Constructores; regresó la esperanza a Lewis Hamilton, campeón Mundial de Pilotos en seis de los últimos ocho almanaques, y fortaleció el presente de George Russell, que en su primera experiencia con las Flechas de Plata maquilló las falencias del auto con dos podios y mostrándose en el top five del clasificador.

Una señal alentadora para el futuro, una muestra del poderío hacia el dominio que ejercieron en estos capítulos Red Bull Racing y Ferrari y una noticia agradable para el Gran Circo, que recupera a un jugador de elite para la batalla y el espectáculo.

En el trazado catalán, Lewis Hamilton sintió por primera vez en la temporada que contó con un auto competitivo y dejó un mensaje: "No tengo dudas que volveremos a pelear pronto por victorias"
ANP


En el trazado catalán, Lewis Hamilton sintió por primera vez en la temporada que contó con un auto competitivo y dejó un mensaje: "No tengo dudas que volveremos a pelear pronto por victorias" (ANP/)

Una luz brilla en Mercedes, que soportó meses críticos, tormentosos y de pesadumbre. El apagón llega a su fin y ahora tiene argumentos sobre los que afirmarse para crecer. El avance de Hamilton desde el último puesto a la cuarta ubicación -el clasificador final lo encontró 5to, siendo la tercera mejor performance del año-, una huella alentadora, al igual que le pelea que Russell le presentó a Max Verstappen, más allá del tercer puesto que firmó el talentoso piloto británico.

Si en el garaje y las fábricas los ingenieros no descifraban qué sucedía con el modelo W13, la carrera en España los puso nuevamente en la ruta. Aquel desastre que resultó el GP de Emilia Romaña -los dos autos fuera de la Q3, Hamilton no pudiendo avanzar más lejos que del 13er puesto y perdiendo un giro con Verstappen- provocó que Wolff lanzara una frase a modo de ultimátum: “El auto es imposible de manejar. No te lo mereces. No es lo suficientemente bueno ni digno para un campeón del mundo”.

Las correcciones fueron en la dirección correcta y la insistencia de Wolff por defender el auto, asoma como una realidad. “Debemos entender por qué el auto no refleja lo que los pilotos nos dicen. Hay que continuar con el análisis de los datos y experimentar. El auto tiene un gran potencial”, no se cansó de repetir el austríaco desde el estreno de la temporada en Bahréin hasta la carrera en Imola.

Por ese entonces, el W13 ofrecía demasiada resistencia en recta y eso reducía la velocidad de punta; el porpoising era incontrolable y ese rebote por la pérdida del efecto suelo era superior a la de cualquier otra escudería y Hamilton como Russell sufrían para darle la temperatura ideal a los neumáticos en la qualy, lo que era el primer perjuicio para la carrera. El punto rescatable era que los domingos, sin ser brillante, el auto reflejaba buen ritmo.

La sonrisa de Lewis Hamilton, que realizó una espectacular remontada desde el último puesto a la quinta ubicación del clasificador final en el Gran Premio de España
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La sonrisa de Lewis Hamilton, que realizó una espectacular remontada desde el último puesto a la quinta ubicación del clasificador final en el Gran Premio de España (ap /)

Las pruebas libres en Montmeló enseñaron por primera vez en la temporada rostros aliviados en el garaje de Mercedes. La satisfacción contenida esperaba un primer veredicto en la clasificación, donde Russell marcó el cuarto mejor tiempo y Hamilton fue sexto. El desarrollo de la carrera certificó las buenas sensaciones, más allá de lo que señale la estadística. “El ritmo fue mucho mejor y el auto fue agradable para manejar. Esa es una gran señal de que vamos en la dirección correcta y no tengo dudas de que volveremos a pelear pronto por victorias”, se entusiasmó el siete veces campeón del mundo, que lanzó una frase tan optimista como imposible de comprobar: “Si no hubiera tenido el incidente de la primera vuelta [en referencia al toque de Kevin Magnussen que le provocó un pinchazo en el neumático delantero izquierdo], habría podido pelear con los Red Bull”.

Una imagen impensada un par de carreras atrás: George Russell sosteniéndole el pulso a Max Verstappen y a Sergio Checo Pérez; en el Gran Premio de España, Mercedes enseñó un avance significativo
GABRIEL BOUYS


Una imagen impensada un par de carreras atrás: George Russell sosteniéndole el pulso a Max Verstappen y a Sergio Checo Pérez; en el Gran Premio de España, Mercedes enseñó un avance significativo (GABRIEL BOUYS/)

Tantos años festejando a la par, en los momentos de hundimiento Wolff y Hamilton también marcharon de la mano. Y el austríaco alentó la perspectiva de su piloto estrella, respecto a lo que pudo ser la carrera si no se producía ese roce en el giro inicial. “Vimos a Lewis recuperarse y llegar a la parte alta del clasificador con los mismos neumáticos. Desbloqueamos potencial al ajustar pequeños detalles en la detención en boxes. Necesitábamos una carrera sólida y con Lewis probablemente teníamos el auto más rápido de la carrera. Este sí que fue un auto para un campeón”, definió Wolff, que no se olvidó de Russell: “Se defendió de forma espectacular ante Max [Verstappen] y gestionó bien el auto para llegar al final y sumar un nuevo podio”, dijo sobre quien marcha con un 6-1 en resultados sobre su compañero.

Distendido, Toto Wolff deja su autógrafo a una fan en el circuito de Montmeló; el jefe de Mercedes sostuvo que en el Gran Premio de España las Flechas de Plata empezarían a recobrar su brillo y no falló en el pronóstico
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Distendido, Toto Wolff deja su autógrafo a una fan en el circuito de Montmeló; el jefe de Mercedes sostuvo que en el Gran Premio de España las Flechas de Plata empezarían a recobrar su brillo y no falló en el pronóstico (NurPhoto/)

El GP de España era la medida, porque los datos se podían cruzar con los de las pruebas de pretemporada. Y esa fue la orden para no quitar de la carrera a Hamilton, cuando se produjo el incidente con Magnussen. El británico también imaginó una carrera frustrante, aunque el resultado modificó aquel pensamiento: “Estaba a más de 30 segundos de cualquier piloto y recordaba lo que sucedió en Jeddah, donde me resultó complicado adelantar. Imaginé que llegar al top 10 sería imposible y que sería absurdo castigar el motor, correr el riesgo de penalizar más adelante, pero el equipo me dijo que siguiera, que proyectaban que podía terminar en el octavo puesto. Al final, resultó mejor”, analizó Hamilton, que también es consciente que para pelear mano a mano con Red Bull o Ferrari se necesita limar una diferencia de entre tres y cuatro décimas. Ahí apuntó con aplomo Russell: “Solucionamos un 50%: estábamos a ocho décimas y estamos a la mitad. Ganamos mucha velocidad en las rectas con la disminución del porpoising, aunque perdimos un poco en las curvas. Quizás en Mónaco volvamos a sufrir, pero no como en las carreras anteriores”.

La remontada se siente como una victoria, para eso hizo falta pasar por muchas cosas”, resumió Hamilton, que vuelve a tener buenas sensaciones y alimenta la esperanza de Mercedes.