Fórmula 1: murió Jean-Pierre Jabouille, el piloto “turbo” y dueño del primer triunfo de Renault

En lo más alto, Jean-Pierre Jabouille celebra el triunfo en el Gran Premio de Francia de 1979; Gilles Villeneuve y René Arnoux acompañan en el podio al parisino, autor del primer triunfo de Renault y de los motores turbo en la Fórmula 1
En lo más alto, Jean-Pierre Jabouille celebra el triunfo en el Gran Premio de Francia de 1979; Gilles Villeneuve y René Arnoux acompañan en el podio al parisino, autor del primer triunfo de Renault y de los motores turbo en la Fórmula 1 - Créditos: @DANIEL JANIN

El automovilismo francés perdió a un ícono, un piloto que marcó un hito en la Fórmula 1. El hecho histórico perdurará al paso del tiempo y los múltiples infortunios que soportó en la particular carrera en el Gran Circo no lograrán decolorar el inolvidable primer triunfo de Renault, impulsado por un motor turbo. Un desafío que se demoró en el calendario por la ausencia de fiabilidad que ofrecía la novedosa aventura a la que Jean-Pierre Jabouille se animó desde mucho antes de celebrar aquella inolvidable victoria en el circuito de Dijon-Prenois, en el Gran Premio de Francia de 1979.

Piloto de F.1 también con Williams, Surtees, Tyrrell y Ligier; campeón de Fórmula 2 en una trepidante definición en Hockenheim, hizo cuatro veces podio en las 24 Horas de Le Mans y corrió en autos de Gran Turismo hasta 2005; fuera de las pistas fue director deportivo del proyecto de Peugeot en la incursión del León como proveedor de motores en la categoría reina del automovilismo, aunque nunca dejó de estar ligado a Renault. Un pionero que fue distinguido como Caballero de la Orden Nacional del Mérito en 1994, murió este 2 de febrero a los 80 años, mientras dormía.

“El equipo Alpine está terriblemente triste por la noticia del fallecimiento de Jean-Pierre Jabouille, un piloto de carreras humilde, un brillante ingeniero y un pionero en nuestro deporte. Jean-Pierre fue un verdadero competidor. Encabezó el viaje de Renault en la Fórmula 1 en 1977 con su determinación y su actitud atrevida. Fue nuestro primer ganador de un Gran Premio en 1979, un hito en la historia de Renault en la F.1. Su dedicación y determinación inspiró a muchos y esos valores siguen reinando en el equipo actual, bajo los colores azules de Alpine. Somos los que somos hoy gracias a Jean-Pierre y su legado, que sigue vivo. Nos gustaría extender nuestras sinceras condolencias a su familia y sus amigos más cercanos”, reza el comunicado que brindó Alpine en sus canales oficiales.

Jabouille disputó 49 Grandes Premios de Fórmula 1 entre 1974 y 1981 y la cifra estadística sería condenatoria para un piloto de la actual grilla: apenas llegó en diez, aunque marcó dos victorias. La primera –en la que se juntaron un auto francés, con un piloto francés montado sobre neumáticos franceses y en un circuito francés-, lo elevó a la gloria. Fue un debutante tardío, porque los estudios de ingeniería y las tareas en talleres y concesionarios le impedían lanzarse. De las subidas de montaña y la Renault Gordini Cup saltó, en 1966, con 24 años, a la Fórmula 3 francesa, donde se pasó cuatro años entre los cuatro mejores del campeonato.

En 1968 tuvo lugar la primera de sus 13 apariciones en las 24 horas de Le Mans; Alpine lo reclutó para uno de los lucrativos programas franceses de formación de la época. Continuó vinculado con Alpine en monoplazas, mientras Matra le ofreció una butaca en las citas de resistencia: logró dos terceros puestos, en 1973 y 1974, en la mítica carrera de resistencia en el trazado de la Sarthe. Repitió escenario con Peugeot, en 1992 y 1993. Su nombre quedará también grabado, junto con Gérard Larrouse y Henri Pescarolo, por participar de la película Le Mans, que protagonizó Steve McQueen.

Jean Todt y Jean-Pierre Jabouille, director y piloto del equipo Peugeot en las 24 Horas de Le Mans; dos franceses que hicieron historia en la Fórmula 1
Jean Todt y Jean-Pierre Jabouille, director y piloto del equipo Peugeot en las 24 Horas de Le Mans; dos franceses que hicieron historia en la Fórmula 1 - Créditos: @STAFF

Arribó a la Fórmula 2 en 1974, el mismo año en que intentó estrenarse sin fortuna en el Gran Circo. La década del 70 fue una era pionera en la F.1. Lo mejor y lo peor se combinaban. Probó con Williams –bajo el nombre de Iso Marlboro en el GP de Francia- y también con Surtees, en el GP de Austria. Dos carreras que en el futuro lo vestirían de esplendor, pero que en aquella temporada le negaron el debut: Jabouille no logró clasificarse en ninguna de las dos pruebas. Insistente, resultó Tyrrell quien le ofreció un asiento para el GP de Francia de 1975: partió 21 y arribó duodécimo. Pero sus aventuras en el Gran Circo no relegaban su ambición en la F.2: en 1976 resultó campeón, aventajando por un punto a René Arnoux, luego de un excelente trabajo en equipo, con su compañero Michel Leclére.

En silencio, Jabouille trabajaba con Renault en el revolucionario proyecto de desembarco y con motor turbo en la F.1 para 1977. Los franceses eligieron al parisino como único piloto titular para un reto mayúsculo: desarrollo y evolución del motor. Las decepciones se multiplicaban: la escudería, tras la fallida participación en el GP de Francia -se anotaron, pero el auto no estuvo listo-, logró presentarse el 16 de julio en Silverstone. La aventura duró 16 giros, por problemas en el turbo. Al plan le faltaba progreso y los números lo atestiguaban: abandonos en Países Bajos, Italia y Estados Unidos (Watkins Glen) y directamente no participó en Canadá y Japón.

Jean-Pierre Jabouille observa las tareas en un prototipo de Renault para las 24 Horas de Le Mans; la escuadra francesa triunfó en 1978 en la tradicional carrera en La Sarthe, una señal de la revolución del motor turbo que en 1979 lograría el primer éxito en la Fórmula 1
Jean-Pierre Jabouille observa las tareas en un prototipo de Renault para las 24 Horas de Le Mans; la escuadra francesa triunfó en 1978 en la tradicional carrera en La Sarthe, una señal de la revolución del motor turbo que en 1979 lograría el primer éxito en la Fórmula 1 - Créditos: @-

“Para mí fue frustrante tener todas estas roturas. Cuando finalmente gané, fue agradable, pero no tanto. Estaba tan seguro de que esto sucedería que era normal. Mi alegría era más fuerte porque este éxito llegaba a Francia frente a mi público. ¡Eso fue fuerte!”, le señaló a L’Equipe, años más tarde.

A fuerza de trabajo y sacrificio, Jabouille y Renault cumplieron y acallaron a los que burlonamente llamaban Tetera amarilla al RS01, que terminaba envuelto en humos y vapores. La evolución fue lenta y en varios frentes: nadie en la grilla se animaba al turbo, excepto Renault, que no lograba resultados, pero tampoco se rendía. La victoria de Jean-Pierre Jaussaud y Didier Pironi en las 24 Horas de Le Mans de 1978 confirmaron que la revolución estaba en camino. El noveno puesto en la parrilla de salida del Gran Premio de Estados Unidos del Este y un cuarto lugar en la carrera que les valió tres puntos alentadores, las primeras unidades de Renault en el Mundial de Constructores de y también para un motor turbo.

Jean-Pierre Jabouille y el primer podio con Matra en las 24 Horas de Le Mans
Jean-Pierre Jabouille y el primer podio con Matra en las 24 Horas de Le Mans - Créditos: @-

Ex mecánico de Renault y rival de Jabouille en la F.2, Arnoux se unió a la estructura en 1979 para evolucionar el auto amarillo que empezaba a ser popular entre los fanáticos, aunque sólo fuera por su exótico entendimiento de las reglas, su estética de nave espacial y su estruendosa presencia. Pero pese a los intentos, se seguía terminando las carreras antes de ver la bandera de cuadros. En Sudáfrica dieron un golpe al marcar la pole y los detractores apuntaron a que la altitud del circuito de Kyalami perjudicó a los motores atmosféricos y benefició al turbo. Los resultados finales seguían siendo modestos.

Llegó el momento de gloria eterna, aunque la victoria también estuvo eclipsada. En el circuito de Dijon-Prenois, Jabouille ganó por paliza -14s59/1000- su primera carrera, la primera de Renault y de un motor turbo, pero la feroz batalla entre Gilles Villeneuve (Ferrari) y Arnoux (Renault) -un duelo de motores, con roces incluidos-, se llevó más atención y análisis. Para Jabouille, el éxito fue resarcirse ante su público en una jornada de espíritu patriótico. La mecánica le ofreció un respiro y el parisino consumó la hazaña. No volvió a asomar la cabeza en el podio por el resto del calendario y recién en el GP de Austria, de 1980, volvió a la victoria; tras carreras después sufrió un accidente, con fractura de piernas, que lo marginó de la temporada y lo dejó herido para el futuro.

La mayor competitividad de Arnoux y la aparición de un talento como Alain Prost terminaron con su recorrido en Renault. Se unió a Ligier, pero la experiencia se prolongó durante tres carreras. Con 39 años, optó por el retiro en lugar de insistir. Reemplazó a Jean Todt en Peugeot, que se marchaba para hacer historia en Ferrari. Ya no tenía el mismo fuego. La imagen de Francia rendida al Renault con motor turbo resultó su mayor éxito, el que siempre será recordado y el que alimentaba las horas de charla cuando paseaba por el museo de Renault, en Flins. Allí está de cuerpo presente el RS11 y también el espíritu de Jabouille.