Fórmula 1: Max Verstappen, un magistral mariscal de campo en la pista de Miami

Max Verstappen, un mariscal de campo en la casa de los Miami Dolphins, de la NFL; el neerlandés ganó en el estreno del circuito callejero de Miami y firmó su tercera victoria en cinco carreras en 2022
MARK THOMPSON

Una corrida frenética, que podía tener la firma de un wide reciver o un running back, le posibilitó saltar al segundo puesto, desde el tercer cajón de la grilla al serpentear las dos primeras curvas del trazado callejero. Una maniobra ofensiva orquestada, que descubrió la perfección de un pase de un quarterback, lo convirtió en el líder del gran premio. Max Verstappen, que durante la ceremonia de premiación lució un casco de fútbol americano, trabajó como un magistral jugador de la NFL en la pista. El trofeo del primer GP de Miami quedó en sus manos, como el premio mayor del deporte que paraliza a los Estados Unidos y se multiplica en el planeta con el Super Bowl es recibido por el mariscal de campo. La Fórmula 1 tomó por asalto el Hard Rock Stadium de Miami Gardens -la casa de Miami Dolphins- y así como la estatua de Dan Marino es un ícono en las puertas del estadio, la estrella del piloto neerlandés de Red Bull Racing resaltó en el podio del Gran Circo.

La maniobra que definió el gran premio: en el noveno giro, Max Verstappen adelanta a Charles Leclerc, salta a la cabeza de la carrera y se encaminará a la victoria
MARK THOMPSON


La maniobra que definió el gran premio: en el noveno giro, Max Verstappen adelanta a Charles Leclerc, salta a la cabeza de la carrera y se encaminará a la victoria (MARK THOMPSON/)

Los espectadores fueron a presenciar un show y la estrategia de Liberty Media de promover a la F.1 en nuevas sedes, apoyada por la seducción que produjo en los adolescentes o en las nuevas audiencias la serie Drive to Survive, de Netflix, ofreció en la pista una representación anodina durante más de una hora y una definición con pasajes de tensión en los giros finales.

El espectacular accidente entre Pierre Gasly (Alpha Tauri) y Lando Norris (McLaren) y el ingreso del Auto de Seguridad realimentaron la batalla por la victoria entre Verstappen y Charles Leclerc, la espada de Ferrari que marcó la pole y que firmó dos triunfos -al igual que el neerlandés- antes del GP de Miami. Así como MadMax fue astuto y veloz para adelantar a Carlos Sainz Jr. en la partida y en la novena vuelta al piloto monegasco de la Scuderia para saltar a la cabeza de la carrera, cuando se sintió hostigado sacó sus dotes de jugador de la línea defensiva de una formación de la NFL y derribó las esperanzas de victoria de Leclerc y de lucha que imaginó el público.

“Un gran premio muy físico, pero emocionante hasta el final”, comentó Verstappen durante la entrevista que realizó el ex piloto Willy T. Ribbs, el primer piloto negro en probar un Fórmula 1, cuando Bernie Ecclestone lo sentó en la butaca de un Brabham en el circuito de Estoril, en 1986. “Disfruto del boxeo, pero me quedo con las carreras de autos”, añadió, quien finalizó exhausto, al borde de la deshidratación. El calor sofocante por la humedad resultó un enemigo invisible que tampoco pudo doblegar al campeón defensor del título, que en el actual curso ganó las tres veces que vio la bandera a cuadros, pero al que los abandonos en el estreno del calendario en Bahréin y en la fecha en que la F.1 regresó a Australia todavía le impiden tener a tiro a Leclerc en el Mundial de Pilotos: el monegasco lo aventaja por 19 unidades (104 a 85).

Un gran premio físico: Max Verstappen se repone del agotamiento, producto del calor y la humedad, después de sellar la victoria en el Gran Premio de Miami de Fórmula 1
JARED C. TILTON


Un gran premio físico: Max Verstappen se repone del agotamiento, producto del calor y la humedad, después de sellar la victoria en el Gran Premio de Miami de Fórmula 1 (JARED C. TILTON/)

El duelo entre las espadas de Red Bull Racing y Ferrari animaron a lo que un promotor y organizador de espectáculos norteamericano aspira: un show colosal que rebase lo deportivo. Entonces los seguidores fieles del Gran Circo se sorprendieron con la marina ficticia en la que amarraron yates, como si se tratara del glamoroso muelle donde se detienen las embarcaciones más grandes y lujosas en Mónaco. La recta de largada del circuito callejero de Miami era una alfombra gris por donde se pasearon las estrellas del espectáculo y renombrados deportistas.

Las cámaras de la transmisión perseguían a artistas como Michael Douglas, al músico Maluma, Bad Bunny -estuvo con el piloto mexicano Sergio Checo Pérez-, Luis Fonsi, que entonó las estrofas del himno de los Estados Unidos; la tenista Serena Williams, segundo mejor registro histórico en Grand Slam de la WTA -junto con su hermana Venus- la estrella de la NBA, Michael Jordan -acompañó a Lewis Hamilton durante algunas horas del fin de semana- y el ex futbolista y David Beckham, presidente de Inter de Miami, de la Major League Soccer. El diseñador Tommy Hilfigier, que hizo colecciones con el séptuple campeón del mundo, y la empresaria Paris Hilton, algunas de las celebridades que se pasearon y que obligaron a algunos pilotos a tomar otras rutas para llegar a la grilla.

En el asfalto, que resultaba abrasivo si el piloto se salía de la traza y que volvió a enseñar que Ferrari tiene la particularidad de lograr que sus neumáticos tomen temperatura con la misma velocidad que los consume, Verstappen fue la gran estrella y con su magistral actuación hizo olvidar el error que le impidió darle pelea a Leclerc en la última salida durante la qualy.

La voracidad de MadMax no pudo ser replicada por Checo Pérez, que sufrió fallas en la unidad de potencia que le impidieron atacar a Sainz por el tercer puesto. “Tuvimos un problema con un sensor y perdió alrededor de 30HP; con la ventaja de neumáticos que tenía podría haber finalizado segundo”, se resignó Christian Horner, el jefe de Red Bull Racing que celebró el triunfo de Verstappen junto a su esposa Geri Halliwell, miembro de las Space Girls.