Fórmula 1: Ferrari desató un movimiento de jefes de equipo en el mercado, que involucra a otras escuderías históricas

Los títulos de campeón de Max Verstappen y Red Bull Racing en los mundiales de Pilotos y Constructores dieron paso a los movimientos que algunas escuderías realizaron en las alineaciones para 2023, una práctica habitual durante el tramo final del calendario de Formula 1. Pero el mayor ruido en el Gran Circo se generó en otra parte y lo animó la decisión de Mattia Binotto de desvincularse de Ferrari: el anuncio produjo una corrida de jefes de equipos.

Con la reciente contratación a Frédéric Vasseur, la Scuderia desató un efecto dominó que involucró a Sauber y a McLaren: los suizos de Hinwil pescaron a Andreas Seidl, ingeniero que trabajaba en Woking, mientras que Zak Brown resolvió el reemplazo de la pieza perdida con el ascenso de Andrea Stella, que debutará como jefe de equipo en la categoría. Lejos de la órbita del póquer de nombres, otro conjunto histórico de F. 1 también busca un nuevo boss: la renuncia de Jost Capito dejó una silla vacante en Williams, que originaría un golpe de efecto con el nombramiento de Susie Wolff.

Los deseos de Ferrari volaron alto apenas Binotto estableció que su futuro no continuaría ligado a la casa de Maranello. En la Scuderia apuntaron a figuras exitosas y de renombre, entre ellas, Christian Horner, pero el británico, que lidera Red Bull Racing desde su estreno en el Gran Circo y que este año volvió a lograr las dos coronas que pone en juego la Fórmula 1, desechó la convocatoria. Aquella desmentida desde el Cavallino Rampante efectuada antes del Gran Premio de Abu Dhabi acerca de una partida de Binotto, se sostuvo durante apenas nueve jornadas. Una vez que concluyó la temporada las cartas que estaban marcadas resultaron indisimulables, y hasta se conoció que no sólo Horner fue tentado para tomar las riendas: también golpearon la puerta de Seidl, que al igual que el inglés desestimó toda propuesta.

Vasseur siempre estuvo en la lista de candidatos, y por las previsibles negativas que darían otros jefes de equipo que tenían cierto recorrido en la elite del automovilismo, el ex líder de Sauber se posicionó como favorito. Será el segundo francés al mando de Ferrari, después de Jean Todt, que condujo entre 1993 y 2007 una época de gloria (cinco coronas de conductores para Michael Schumacher y una para Kimi Räikkönen, y siete de escuderías). La experiencia junto a Charles Leclerc en Alfa Romeo en la temporada 2018, en la que el monegasco se estrenó en la categoría, fue un punto de apoyo para Frédéric, que el 9 de enero iniciará oficialmente las labores.

El anuncio de Ferrari movió piezas en otros estructuras. Sauber desandará los tres últimos años con Alfa Romeo, porque en 2026 se unirá a Audi. El acuerdo con la automotriz alemana fue una de las últimas acciones de envergadura de Vasseur, que arribó a mediados de 2017 a Hinwil para sustituir a Monisha Kaltenborn –la primera mujer al frente de un equipo de F. 1 y dueña de 33% del paquete accionario de la escudería–, que fue desplazada por manejos económicos oscuros y firmas de contratos que derivaron en costosas indemnizaciones. Y la escuadra, que terminó sexta en el Mundial de Constructores con el mismo puntaje que Aston Martin, logró seducir a Seidl: un germano para introducirse a lo que será la etapa germana, con el ingreso de Audi.

La estructura no le es ajena, porque el ingeniero de 46 años empezó su carrera en el automovilismo con el programa de BMW, asociado al fabricante suizo. Sus momentos de esplendor se dieron en el Mundial de Resistencia y en las 24 Horas de Le Mans, y los disfrutó como director de equipo de Porsche, firma hermana de Audi dentro del Grupo Volkswagen. Y los éxitos lo devolvieron al Gran Circo en 2019, cuando McLaren lo ungió como director de equipo.

La salida de Vasseur precipitó el plan de Seidl, que había comunicado a Zak Brown que se incorporaría a Audi en 2025. “Cuando se confirmó que Frédéric se uniría a Ferrari, el presidente de Sauber, al que conozco desde hace mucho y con el que tengo una buena relación, me llamó para consultar si podíamos liberar a Andreas de su contrato”, afirmó el CEO de McLaren sobre la conversación que tuvo con Finn Rausing.

En Woking conocían que tarde o temprano Seidl se marcharía y debieron apurar los tiempos. Llegó el turno de Andrea Stella, italiano, que aunque debutará en la función no es desconocido en la categoría. ¿Experiencia? Trabajó bajo el mando de Todt y Stefano Domenicali en Ferrari, hasta que Fernando Alonso le propuso alejarse de la Scuderia y acompañarlo a la aventura de McLaren, cuando el asturiano desembarcó en el conjunto británico, en 2015.

Cuatro años más tarde, cuando Seidl fue nombrado director de equipo, Stella tomó el puesto de director ejecutivo en los grandes premios. “De Todt rescato la increíble dedicación al equipo y a su trabajo; de Domenicali aprendí que la Fórmula 1 no es solamente operaciones de ingeniería: le gustaba interactuar con la gente, escuchaba, y así manejaba el ego de algunos integrantes. Y de Andreas me quedo con la importancia del conocimiento del negocio y las operaciones técnicas, porque aportó una enorme experiencia en cuanto a ingeniería y eso nos posibilitó avanzar y moldear el progreso en detalles, como los pit-stops”, afirmó Stella, que ejecutará una continuidad del plan de su antecesor pero deberá revitalizar los resultados: desde el tercer puesto entre los constructores en 2020, McLaren cayó una posición por temporada.

La Fórmula 1 tiene hoy una escudería sin jefe de equipo: Williams. Jost Capito dejó la dirección –la ejecutiva y la general– tras dos años y Francois-Xavier Demaison abandonó su papel de director técnico. Por el pasado, ambos fueron emparentados con el futuro de Audi: los dos trabajaron en el Grupo Volkswagen. Sin pistas sobre quién tomará el mando en el conjunto peor clasificado entre los diez de 2022, Susie Wolff fue elevada como candidata. Piloto de pruebas –participó en ensayos en 2014 y 2015–, conoce la estructura de cuando Williams empezaba a dejar de ser una estructura familiar, primeramente con Frank y luego con Claire, para pasar a ser conducida por el grupo inversor estadounidense Dorilton.

Susie es la esposa de Toto Wolff, que también tuvo un pasado como jefe y accionista de Williams antes de ser el líder del dominio de Mercedes en F. 1. Y tiene experiencia en el cargo: manejó Venturi –ahora Maserati– en Fórmula E, cuando ésa era la segunda estructura de Mercedes en la categoría de autos eléctricos. De concretarse su nominación, chocaría con un mensaje de su marido, que manifestó que 23 grandes premios son muchos –habría 24 el año próximo– y que seguramente no asistiría a algunos en 2023 para dedicar más tiempo a la familia. Susie se convertiría en la tercera mujer en encabezar una escudería, tras Kaltenborn y Williams, y, como ellas, afrontará la realidad de un equipo que carece de buenos resultados pero no de problemas financieros.