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Ezequiel Maderna: el perfil de un boxeador que aprovechó su oportunidad en el último tramo de su carrera

LONDON, ENGLAND - La estampa de Ezequiel Maderna, después de vencer al eslovaco nacionalizado británico Karol Itauma en el OVO Arena de Wembley
LONDON, ENGLAND - La estampa de Ezequiel Maderna, después de vencer al eslovaco nacionalizado británico Karol Itauma en el OVO Arena de Wembley - Créditos: @James Chance

El platense Ezequiel Maderna, ex campeón argentino de los supermedianos, se convirtió en un boxeador “cenicienta” y en el protagonista principal de este deporte en el último fin de semana. A los 36 años, su carrera parecía archivada en el arcón de los recuerdos, repleto de anécdotas al cabo de casi 20 años de competencias.

Platense, del barrio Los Hornos, hijo de Don Osvaldo, propietario de un almacén bien surtido, hincha de Gimnasia y Esgrima, conocido como el “púgil tripero” aunque su hijo es de Estudiantes, callado, observador y de humor cambiante, aprovechó al máximo la última oportunidad en el oficio del peleador profesional, al noquear en cinco asaltos a Karol Itauma, un slovako radicado en Inglaterra. Tuvo confianza en sí mismo y una continuidad poco habitual en su campaña, para cruzar su derecha con puntería –sobre un oponente zurdo- y terminar con el match.

No sólo ganó el título internacional semipesado (CMB) en el mítico Wembley Arena de Londres, sino que también pudo compartir una velada en donde el ruso Artur Beterbiev, uno de los campeones más promocionados del momento y rival de antaño, conservó su cetro mundial de su mismo peso (CMB, OMB, FIB) al vencer por KO en ocho rounds al local Anthony Yarde.

Maderna, con 29 triunfos (20 K0) y 10 derrotas, había quedado fuera del seguimiento informativo local. Y este combate ni siquiera fue incluido como detalle complementario en los múltiples comentarios escritos sobre la peculiar situación política y deportiva de Artur Beterbiev.

La pelea de Ezequiel Maderna contra Karol Itauma que revitalizó su carrera a los 36 años
La pelea de Ezequiel Maderna contra Karol Itauma que revitalizó su carrera a los 36 años - Créditos: @Top Rank Inc

¿Quién es Maderna?

Un disciplinado trabajador del cuadrilátero en el tramo final de su carrera. Aprovechó con inteligencia la oferta hecha por Patricio Retondaro, un hábil y joven agente internacional, en un momento adverso de su record. Tuvo que incorporar una victoria sobre su vecino Maximiliano Corso, boxeador formado en ligas no oficiales, en diciembre de 2022, para enmendar sus cinco derrotas consecutivas gestadas desde 2021. Gran parte en el exterior y la última contundente: noqueado en el primer round por el cubano Osley Iglesias, en Polonia.

Fue un gran buscador de oportunidades en el amateurismo. No tuvo suerte en los Juegos Panamericanos de Rio de Janeiro 2007 al perder con el mexicano Marcos Peribán y menos aún, en los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín, cuando sucumbió ante el norteamericano Shawn Estrada.

Debutó como profesional en 2008 y sus clásicos locales con Rubén Acosta y Claudio Avalos – a veces con pasajes soporíferos muy difíciles de relatar- lo llevaron a ser legitimo campeón argentino de los Supermedianos (76.200 kg), su peso ideal. Es un atleta limpio y respetado.

De izquierda a derecha: el DT Rubén Paniagua, Ezequiel Maderna, Patricio Rotondaro (agente internacional) y Mauro Betti, dirigente del CMB
De izquierda a derecha: el DT Rubén Paniagua, Ezequiel Maderna, Patricio Rotondaro (agente internacional) y Mauro Betti, dirigente del CMB

Su pelea con Artur Beterbiev

Aquel duelo se realizó el 4 de junio de 2016 en Montreal, Canadá. Beterbiev –radicado allí- y por entonces ganador de nueve pelea, lo doblegó por KOT en cuatro rounds, tras derribarlo en dos ocasiones en el tercer capítulo. Maderna no pudo frenarlo en ningún momento y el desarrollo atlético de uno y otro resulto decisivo. El platense registró su tercer revés esa instancia.

Como rentado había peleado seis veces en el exterior y jamás pudo ganar: Mónaco, Sudáfrica, Canadá, Estados Unidos y Polonia, en dos ocasiones. Sabía que era la última chance y en la noche del sábado no la dejó pasar. Puede que sueñe con la quimera de pelear alguna vez por algo grande, aunque ni Beterbiev ni Dmitry Bivol, los campeones, lo tengan en su radar. Es consciente que obtuvo el más importante de uno de los tantos títulos internacionales que pululan en esta industria: logró permanecer en el circuito de las peleas bien pagas; el duro y riesgoso objetivo buscado en este oficio por todos aquellos que transitan –como él– su último tiempo en este deporte.