Excampeón Deontay Wilder recuerda las veces que peleó en México y quiere seguir dando grandes combates

Deontay Wilder celebrates after defeating Luis Ortiz in the WBC heavyweight title boxing match Saturday, Nov. 23, 2019, in Las Vegas. (AP Photo/John Locher)
Deontay Wilder celebra después de derrotar a Luis Ortiz en la pelea de boxeo por el título de peso pesado del CMB, el sábado 23 de noviembre de 2019, en Las Vegas. (AP Photo/John Locher) (John Locher / Associated Press)

Deontay Wilder reconoció que el tiempo no pasa en vano y ya no es aquel muchacho en 2014 que estaba hambriento por su primer título del mundo, aunque espera volver a la cima.

El excampeón de peso pesado, después de hacer 10 defensas exitosas de su corona y estar en la cima del pugilismo por cinco años, se topó con un Tyson Fury, que lo derrotó en una trilogía para la historia. Tras meditar su futuro en el deporte, Wilder anunció que enfrentará a Robert Helenius (31-3, 20 KOs) en el Barclays Center de Brooklyn, Nueva York, el próximo 15 de octubre en una contienda que será televisada en Pago por Evento de PBC.

Wilder (42-2-1, 41 KOs) tratará de convencer a la gente que sigue en la élite después de perder dos veces consecutivas ante Fury y no puede darse el lujo de caer por tercera ocasión en su carrera.

“Creo que he cambiado mucho, primero creo que el cuerpo ha cambiado mucho, lo escuchas tronar un poco. He tenido que hacer mayor mantenimiento con mi cuerpo. Mi mentalidad ha cambiado mucho. Mi estilo de cabello ha cambiado mucho”, expresó Wilder, de 36 años, al compararse a sí mismo con aquel peleador que estaba en la antesala de un duelo titular en 2015. “También creo tener más conocimiento de las cosas. Estoy mejor ubicado mentalmente”.

Wilder reconoció que hace 10 años, era un hombre más determinado debido a que quería proveer para una de sus hijas que nació con espina bífida, algo que lo motivó a triunfar en el boxeo. A los 19 años, Wilder, un hombre que aspiraba a ser un basquetbolista o jugador de futbol americano, tuvo su primera hija, Naieya, quien nació con problemas en la espina dorsal.

“Le hice una promesa a mi hija, cuando tenía dos años, que yo la iba a dar más de lo que ella se hubiera imaginado, porque ella nació con un problema de la espina dorsal y eso me hizo meterme al negocio al boxeo. Si no fuese por ella, no hubiera un Deontay Wilder de seguro”, indicó el nacido en Tuscaloosa, Alabama.

Wilder tuvo que trabajar en restaurantes, dejó de estudiar en el colegio comunitario, y decidió boxear. Destacó tanto en el boxeo aficionado que representó a Estados Unidos en las Olimpiadas de Beijing 2008, ganando la medalla de bronce. Como profesional, obtuvo 32 triunfos en ruta a la corona de peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo en enero de 2015.

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Deontay Wilder, a la derecha, pelea con Tyson Fury, de Inglaterra, en un combate por el campeonato de peso pesado de boxeo el sábado 9 de octubre de 2021, en Las Vegas. (AP Photo/Chase Stevens) (Chase Stevens / Associated Press)

“Dios trabaja misteriosamente y no te da nada de lo que no puedas soportar. Siempre he tenido obstáculos en mi camino, pero solo eran lágrimas, porque de lo mucho que recibas, así será el sacrificio requerido”, indicó Wilder.

Uno de los momentos que pocos recuerdan en la exitosa carrera de 'Bronze Bomber' fue cuando logró en 2012 un triunfo sobre Jesse Oltmanna en Cancún, México. También había descontado a Daniel Cota en esa misma ciudad en 2011 y derrotó a Matthew Greer en Villahermosa, Tabasco, mientras peleaba bajo Golden Boy Promotions, compañía con la que firmó en 2008.

Wilder recordó que aquel triunfo sobre Cota en Cancún le enseñó lo mucho que aman el pugilismo en México.

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En esta foto de archivo del lunes 23 de febrero de 2015, el campeón de boxeo de peso pesado del CMB, Deontay Wilder, posa para un retrato en el gimnasio Skyy Boxing Gym en Northport, Ala. (Brynn Anderson / Associated Press)

“La gente ahí les encanta el box. No importa quién pelee. No hay nada como estar en un mundo donde aman lo que yo hago. Eso me llamó mucho la atención. Porque todo peleador quiere estar alrededor de gente que ama el boxeo, no que le guste, que lo ame”, describió Wilder sobre pelear en tierras aztecas. “La gente quiere ver una buena pelea y si le va bien a un peleador, la gente le aplaude, eso es lo que me gusta”.

“Cuando peleé una vez ahí, noqueé a mi rival y cuando noqueé a ese peleador me sorprendí porque la gente enloqueció y eso que no soy de ahí. Pero les di una buena pelea, y es lo que querían, y aunque le gané a uno de los suyos, ellos querían ver una buena pelea. La gente estaba tan contenta, que mucha gente se metió al ring y mi entrenador se puso nervioso”, añadió Wilder al recordar ese triunfo en el Centro de Convenciones de Cancún. “Lo gocé, y estoy agradecido que tuve esas experiencias. Si eres joven y nunca has peleado en México, te lo recomiendo, porque es una buena experiencia”.

En su regreso al ring este 15 de octubre, Wilder enfrentará a un Helenius, un rival peligroso pues este último viene de tres victorias consecutivas. Helenius enfrentó recientemente a Adam Kownacki en dos ocasiones y en contra todos los pronósticos, derrotó al entonces invicto en ambas veces, para resucitar su carrera.

“Va a ser un rival difícil porque Robert ha sido un sparring de hace mucho tiempo conmigo y sabe mucho de mí y lo que yo sé de él”; indicó Wilder sobre Helenius. “Los dos tenemos una buena mentalidad de ganadores, Todo mundo sabe que la mente no controla el cuerpo, el corazón lo hace. 'Rindete, huye, no eres lo suficientemente bueno', son cosas que te dice la mente, que te hace sostener lo que la gente piensa de ti. El corazón te dice que no te des por vencido: 'fuiste hecho para esto. No te des por vencido'. Sigue tu corazón, y ambos hemos hecho eso”, expresó Wilder. “Los dos seguimos nuestros corazones y cuando tienes a dos peleadores así, se dan buenas peleas, porque ninguno va a querer darse por vencido, sin importar cuantas veces te has caído y con Robert, simboliza eso. Estoy entrenando muy duro, no va a ser fácil y va a ser una gran pelea para los aficionados que van a estar viendo”.

Wilder expresó que aprendió mucho en la trilogía ante Fury, lo que puede aguantar, ademas de pelear con el corazón, sin reservas.

“Hubo situaciones en las que no debería estar, o estar participando. Pero como era un guerrero, quería demostrarme algo a mi mismo”, expresó Wilder.

Wilder señaló que tras las derrotas ante Fury, ha estado cambiando mucho su entrenamiento porque necesitaba hacer cosas diferentes para motivarse.

“Estoy tratando de hacer cosas más emocionantes. He estado haciendo muchos rounds, nunca he hecho 20 o 30 o 40 rounds todos los días. Lo estoy disfrutando, al punto en que piensas que vas a morir. He estado adicto a ese pensamiento de que siento que voy a morir. Es loco decirlo, pero es increíble sentirlo”, argumentó el hombre que ha derrotado a peleadores de la talla de Luis Ortiz, Dominic Breazeale, Bermane Stiverne, Chris Arreola, entre otros.

Referente a un duelo ante el también exmonarca Anthony Joshua, Wilder declaró que no se obsesiona por tal contienda porque "en el pasado hizo todo lo posible para hacer esa contienda y no se dio".

“Si viene, viene, si no, está bien, se supone que iba a unificar el título hace años, pero no lo dejaron. No es bueno pensar hay veces en el pasado, porque te traen viejas emociones, solo sé que traté de hacer esa pelea y no se pudo”, indicó Wilder. “Si pasa, bien, si no, puedo terminar mi carrera y estar contento”.

Todo indica que si Wilder derrota a Helenius, el estadounidense se enfrentará al mexicoamericano Andy Ruiz, quien viene de despachar al cubano Ortiz el mes pasado en Los Ángeles. Sin embargo, ya sea una pelea ante Ruiz o Joshua, Wilder está tranquilo y sabe como le gustaría que la gente lo recuerde.

“Quiero que me recuerden como uno de los mejores peleadores que existieron. Que me recuerden como un hombre grande, no solo adentro del ring, sino afuera. Quiero inspirar a la gente en todo el mundo, que cumplan sus sueños. Quiero que la gente siga sus corazones. Todos tenemos grandeza, pero toda la grandeza es solamente el tiempo de nuestro servicio”.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.