El eterno dilema de Fernando Gago, suerte de solución y problema en Racing, enfocado en no fallar en la Copa Libertadores

Fernando Gago, pensativo, de Medellín a Avellaneda
Fernando Gago, pensativo, de Medellín a Avellaneda - Créditos: @Fotobaires

En Aldosivi, Fernando Gago construyó el prólogo de su carrera en apenas 26 partidos: 7 victorias, 3 empates y 16 derrotas, con 30 goles a favor y 45 en contra. Víctor Blanco, el presidente de Racing y el Mago Capria, como su mano derecha en las decisiones estratégicas, vieron sus virtudes, más allá de los resultados negativos, y asumieron el riesgo de incorporarlo, desde octubre de 2021. Más allá de su conexión con Boca, Gago representaba la galera y el bastón, si se considera esa figura como el juego audaz, el exquisito, algo así como una renovada Academia.

Su propuesta en Mar del Plata, con recursos limitados, improvisados, se trató de aquello: salida prolija desde abajo, propuesta ambiciosa y fallos en todos los órdenes, sobre todo, en las dos áreas. En Racing, con algunas figuras de excelencia y despistes varios (Matías Rojas y Edwin Cardona, como símbolos de unos y otros), creó una forma de jugar, de vivir, que siempre está sobre la cornisa. No consiguió un título al alcance de la mano por ciertos fantasmas en el momento de un penal decisivo (no quiso patearlo Copetti, otro intérprete que hoy se extraña demasiado y le pegó Galván, atajado dócilmente por Armani), pero al mismo tiempo le ganó dos mano a mano decisivos, influyentes, a Boca, que se convirtieron en dos estrellas.

Racing mostró su peor cara en Medellín
Racing mostró su peor cara en Medellín - Créditos: @Fotobaires

Ayer y hoy, antes y ahora, Racing es una peligrosa moneda en el aire. Tiene (muy buenos) refuerzos que todavía no pueden jugar, ausencias que ya empezó a extrañar (tantas veces cuestionado, Rojas es irremplazable), jóvenes que avanzan y retroceden (lo normal, en casos sin urgencias) y una formación de mandíbula débil.

Asume Gago, hoy, ahora mismo: “Tendremos que trabajar y tengo mucha confianza por lo que el equipo puede dar con el apoyo de nuestra gente. Sabemos que es una serie complicada. Estuvimos a un gol, pero lamentablemente por un error se nos van otra vez a dos. Trataremos de que el jueves el equipo haga un papel para dar vuelta el partido”.

Tantas veces Gago aporta soluciones, que ahora se mezclan con los problemas, cada vez más grandes, porque se replican en el tiempo. La derrota por 4-2 ante Atlético Nacional, en Medellín, es una muestra evidente de que ciertos detalles de su trayectoria se mantienen. Fue superado ampliamente por un rival que no es superior ni en nombres ni en lo estratégico y, con dos penales dudosos (sobre todo, el segundo, casi imperceptible), se puso a tiro: 2-3 en ocho minutos, entre los 86 y los 94, con dos disparos de Gonzalo Piovi.

Asunto sellado: a veces, el fútbol ofrece recompensas casi sin sentido. De la segura eliminación a quedar a tiro de los cuartos de final, en un suspiro. Y, sin embargo... Pelotazo, cabezazo y definición exquisita de Maximiliano Cantera, uno de los suplentes y autor de dos tantos. A los 96, casi, casi, sacando del medio, una frase que se replica con malicia en redes sociales a propósito de aquel histórico grito de Lucas Pratto en la primera final de la Copa Libertadores 2018, en la Bombonera, cuando River pasó del 0-1 al 1-1 en un abrir y cerrar de ojos.

Lo lamenta el conductor: “En el segundo tiempo tuvimos un par de posicionamientos malos, en conceptos de error y eso nos hace lamentar los goles. Los errores en esta serie se pagan. Lo pudimos llevar adelante y ponernos en partido, pero desafortunadamente otro mal posicionamiento nos costó otro gol”.

Es una exhibición brutal de ingenuidad, en este caso, no tanto del cuerpo técnico: de un grupo de jugadores que estaban desparramados, desordenados, aún con el envión de haber marcado dos tantos por dos penales que no estaban en la órbita de nadie. Los pelotazos, llovidos, cruzados o anunciados, son tan antiguos como el fútbol. Para Racing, resultan más angustiantes que el centro atrás.

Hace tiempo que se habla, con la inconsciencia tan propia de los argentinos, de un hipotético cruce de cuartos de final entre Boca y Racing, con todo lo que ello significa. Tiempo al tiempo: Boca tampoco pudo con Nacional, otro conjunto que está debajo de sus posibilidades.

Explica el DT: “Nos encontramos con un 3-0 abajo. A mi gusto tuvimos situaciones previas y no se no dio. Generamos situaciones de penal y otras. Quedamos a solo un gol y quedé contento por eso... Confío en el equipo. Seguro que en nuestra casa iremos a buscar el resultado. Vamos a dar mucha pelea para poder pasar de fase”.

La Academia dispuso el ingreso de Roger Martínez, a 30 minutos del final: uno de los nuevos, que no está en su plenitud física. Juan Fernando Quintero es una incógnita, con una leve arritmia que retrasó sus estudios físicos finales y la firma del contrato. De todos modos, no iba a jugar el desquite de los octavos de final. Tampoco Agustín Almendra, que ahora sí está habilitado para la hipótesis de los cuartos, aunque el volante surgido en Boca se entrena en Avellaneda desde... el 13 de julio pasado. También llegó Gastón Martirena como lateral derecho.

Gonzalo Piovi y su doble grito, de penal; en la defensa, suele fallar
Gonzalo Piovi y su doble grito, de penal; en la defensa, suele fallar - Créditos: @Fernando Vergara

Problemas de papeles (de Boca o de Racing) juegan de modo influyente: ahora mismo, Almendra es un titular indiscutido. Porque ese es otro asunto importante: el equipo que dispuso Gago en Medellín no tiene ni variedad ni jerarquía para “aspirar a cosas importantes”, como suelen decir el entrenador y el manager. Gabriel Arias está lesionado, Juan Ignacio Nardoni se lesionó en este partido, Aníbal Moreno volvió después de una eternidad (entre lesiones y sospecha de un pase que se desmoronó) y figuras como el colombiano Carbonero hace tiempo que están del otro lado del mostrador.

Aporta el entrenador: “Roger tiene muy pocos días de trabajo, por eso ingresó en el segundo tiempo. Era algo que ya estaba pautado con él desde que se presentó a entrenar con nosotros. Llevaba mucho tiempo de inactividad. La idea era que juegue unos 30, 40 minutos para que vuelva a tener ese ritmo de competición y entró muy bien. El caso de Juanfer, hasta que no lo tenga, no trabaje, no sabemos y hoy estábamos pensando más en el partido”.

"Para allá": Fernando Gago tiene buenas intenciones, pero el equipo no siempre va en su misma dirección - Créditos: @Fernando Vergara
"Para allá": Fernando Gago tiene buenas intenciones, pero el equipo no siempre va en su misma dirección - Créditos: @Fernando Vergara

Matías Tagliamonte no ofreció garantías en el arco, después de ser figura contra River, en un 1-2 que debió ser 1-4, 1-5. Piovi y Sigali están bajísimos, Gómez y Hauche son veteranos entusiastas, Romero no se halla en su hábitat y el piberío (la mayoría, con pasta y sentido de pertenencia) se levanta, se cae y se levanta, como Agustín Ojeda (19) y Baltasar Gallego (20). El banco de suplentes, con la excepción de Pillud (37), era un elenco de promesas más propio de un torneo como la Copa Argentina que de la Libertadores.

Racing, desde ya, puede superar el escollo de Atlético Nacional. Pero vive en la eterna disyuntiva de dar el salto de calidad. El vértigo de hacerlo, cueste lo que cueste. Es ahora o nunca.