Marcelo Flores y las otras estrellas por las que peleó México y resultaron un fiasco

Marcelo Flores ya tomó la decisión de representar a la Selección Mexicana y pone punto final a la novela que se había montado a su alrededor a lo largo de los últimos meses. El joven canterano del Arsenal ya es etiquetado por los aficionados mexicanos como la insignia del equipo nacional para un futuro cercano, pues existe la perenne idea de encontrar un ídolo nacional. Sin embargo, en muchas ocasiones, los aficionados mexicanos terminan por desilusionarse con jugadores que tienen historias similares a las de Flores.

La Selección Mexicana regularmente no deja pasar las oportunidades cuando estas se le presentan y a lo largo de las últimas décadas ha reclutado jugadores que han tenido la opción de jugar para otro país, ya sea por su lugar de nacimiento o su ascendencia, muchas veces con un resultado decepcionante ante muy altas expectativas.

Giovani y Jonathan Dos Santos son, quizá, el resultado más tangible de los últimos 20 años. Ambos nacieron en México y su ascendencia viene directamente de Brasil, lugar de origen de su papá. Los dos hermanos se formaron en la Masía, el centro de formación del Barcelona. Gio conquistó el título mundial Sub-17 para México por primera vez y por su debut con los culés en el 2007 vislumbraba ser la joya mexicana. Jonathan, con menos edad, debutó con los azulgranas en 2009. A pesar de no tener en su palmarés un trofeo internacional como su hermano, no cualquiera se mantiene en la élite con el Barcelona. Los Dos Santos en automático se ganaron un lugar en la Selección, pero poco pudieron hacer durante más de una década como seleccionados.

De Giovani muchos se acordarán por uno que otro chispazo, por ganar el Mundial Juvenil, por formar parte del combinado que consiguió el oro olímpico de Londres en 2012 y por su emocionante gol frente a Estados Unidos. Por su parte, Jonathan será recordado por ser el hermano de Gio.

Poco antes de que se gestara de lleno la aventura de los Dos Santos en la escuadra mayor de México, Hugo Sánchez — quien fue técnico de la Selección entre 2007 y 2008 — se encargó de convocar a Nery Castillo, un futbolista totalmente desconocido en México y que se desempeñaba como delantero del Shakhtar Donetsk de Ucrania.

A pesar de ser seducido por Hugo para que representara al Tri, Nery también podía partir a jugar con Uruguay, Italia y Grecia. Castillo ya había participado con Uruguay en la categoría Sub-17 y rechazó la invitación de México en la era de Ricardo La Volpe. Sin embargo, mientras que Sánchez estuvo al frente del combinado tricolor, Nery fue la punta de la lanza en el ataque. Pero una vez que el Pentapichichi dejó el banco nacional, las convocatorias para Castillo fueron escaseando hasta que fue borrado totalmente por Javier Aguirre antes de Sudáfrica 2010. A pesar de estar en Europa, su ego y descenso en el nivel de juego lo condenaron.

Además de estos jugadores que sí tienen raíz mexicana, también han sido convocados algunos jugadores naturalizados, entre los que se encuentran Guillermo Franco, Gabriel Caballero, Leandro Augusto, Daniel Ludueña, Matías Vuoso, Chaco Giménez, Damián Álvarez, Lucas Ayala y Antonio Naelson “Sinha”. Nacionalizar argentinos y brasileños, en su mayoría, tampoco ha sido la solución para México. Franco y Sinha son los dos naturalizados con mayor participación (27 y 61 juegos respectivamente) y con presencia en justas mundialistas. No obstante, el Guille Franco fue el delantero titular de La Volpe y Aguirre en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, pero no pudo mantenerse a la altura del reto y solamente acumuló siete tantos a lo largo de su paso con el tricolor.

En los últimos años, Gerardo Martino ha trabajado incesantemente para conseguir futbolistas que comparten otras nacionalidades y se desarrollan en otros países; Efraín Álvarez, Julián Araujo y David Ochoa que nacieron y juegan en Estados Unidos, por ejemplo. O el caso de Diego Abreu y Luca Martínez Dupuy que se desempeñan y tienen ascendencia en Sudamérica. Pero todos ellos con miras al futuro y por ello Martino no quiere acelerar sus respectivos procesos formativos.

Es el momento de Marcelo Flores, joven con cualidades y que en cualquier momento debutará dentro de la élite futbolera, pero que aún no cuenta con madurez para cargarse al hombro a una selección. Todos tienen la esperanza de que no resulte como sus antecesores, que llegaron con gran cartel y no funcionaron.

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