Estilista de Miami alisa y desenreda el cabello y la vida de sus clientes en su salón de La Pequeña Habana

Hadassa Felix, propietaria del salón Love 518 y nacida en Coconut Grove, no se limita a peinar y desenredar el pelo de sus clientes. También escucha sus historias y las ayuda a resolver su vida. Felix desenreda el pelo de una persona, a veces durante muchas horas, mientras ve con ella series y películas como Bridgerton, de Netflix, y escucha los retos de la vida.

Desde que completó ocho años en el Ejército de Estados Unidos en 2016, la haitianoamericana hab’ia trabajado en varios salones de la zona antes de lanzar Love 518, llamado así en reconocimiento a su fecha de nacimiento del 18 de mayo.

Félix abrió su negocio de peluquería en La Pequeña Habana en octubre de 2019. Arregla a hombres y mujeres de todos los orígenes, y algunos que viajan mucha distancia para recibir sus servicios de cuidado personal. Poco después de abrir, la pandemia del coronavirus la obligó a cerrar temporalmente en 2020 y a replantearse lo que más le importaba: ayudar a la gente.

Al reabrir su salón, recibió una sorpresa que cualquier pequeño empresario agradecería: un video de nueve minutos en su canal de YouTube en el que desenredaba el cabello de una persona se hizo viral y tuvo 14 millones de visitas.

Hoy, Felix, de 39 años, tiene 133,000 suscriptores en YouTube, 430,000 seguidores en TikTok y una audiencia internacional —y una lista de clientes— de personas fascinadas por su método de desenredado e inspiradas por su vida y su trayectoria emprendedora. Felix se tomó su tiempo para hablar con el Miami Herald sobre su conexión personal con los clientes, cómo las redes sociales han mejorado su forma de promocionarse y mucho más.

La entrevista fue editada para mayor claridad y brevedad.

Pregunta: ¿Por qué era importante para usted abrir un salón aquí en Miami?

Respuesta: Soy estadounidense de origen haitiano de primera generación. Nací en Miami, en Coconut Grove, y me encanta Miami. Mis raíces están aquí. Este es mi hogar. Siempre he pensado que hay que dar a tu tierra antes que a ningún otro sitio. También soy veterana del Ejército. Quiero devolver algo a mi comunidad, a la gente de aquí, de otros lugares y del extranjero. Quiero ser una voz que ayude a que se escuche a la gente.

Hadassa Félix, estilista capilar y emprendedora haitianoamericana, trabaja en el cabello enmarañado de una clienta el 24 de mayo de 2023, dentro de su salón llamado Love 518 en La Pequeña Habana. Esta clienta viajó desde Nueva York.
Hadassa Félix, estilista capilar y emprendedora haitianoamericana, trabaja en el cabello enmarañado de una clienta el 24 de mayo de 2023, dentro de su salón llamado Love 518 en La Pequeña Habana. Esta clienta viajó desde Nueva York.

▪ P: ¿Cómo ha influido su visión del mundo del servicio militar en su forma de tratar a los clientes?

R: Soy más disciplinada. También entiendo que la vida le pasa a todo el mundo. Gracias a las fuerzas militares, también soy más diversa. Pude conocer a gente que no se parecía a mí y que nunca había visto antes. También pude educarlas. También tuve muchos problemas con el cabello en las fuerzas militares. Cuando estaba en el servicio, no podías llevar el pelo al natural.

Me metía mucho en problemas por mi pelo, pero me mantuve firme. Eso me hizo empatizar más con la gente y su cabello. Especialmente las mujeres negras. Nuestro pelo crece. Con el desenredado, quería que la gente supiera que no se trata solo del color o de la textura del pelo. Es una cuestión de vida. Tengo médicos, abogados y personas con mucho éxito que tienen el pelo enmarañado. Las fuerzas militares me ayudaron a entender un poco mejor a esas personas.

▪ P: ¿Cómo sentó su experiencia militar las bases de su negocio?

R: La disciplina en las fuerzas militares me enseñó que necesitaba una estructura sobre la marcha para poder enseñársela a otra persona. Estoy pasando por todos los obstáculos y pruebas y tribulaciones, para que otras personas no tengan que pasar por eso. La última clienta, hace dos semanas, tuvo un ataque de ansiedad y casi una crisis nerviosa, porque llevaba dos o tres años con el pelo enmarañado y no sabía lo que le esperaba.

Era la esposa de un militar y siempre estaba sola en diferentes lugares donde no conocía a nadie. Dos días después, una vez terminados los servicios, hablé con ella por teléfono y me desahogué con ella. Soy más empática porque fui soldado. Sé lo que es estar en una situación en la que no piensas en la mujer que cuida de todos los niños y tiene el pelo alborotado. Ella ya ha estado en 20 misiones militares. Su crisis me ayudó a entender que es algo más importante que el pelo. Me gusta abordar lo que le pasa a la persona interna y externamente.

Hadassa Felix, estilista y emprendedora haitianoamericana, trabaja en el cabello enmarañado de una clienta el 24 de mayo de 2023 de su salón Love 518 en La Pequeña Habana. Esta clienta viajó desde Nueva York. Alie Skowronski askowronski@miamiherald.com
Hadassa Felix, estilista y emprendedora haitianoamericana, trabaja en el cabello enmarañado de una clienta el 24 de mayo de 2023 de su salón Love 518 en La Pequeña Habana. Esta clienta viajó desde Nueva York. Alie Skowronski askowronski@miamiherald.com

▪ P: ¿De qué manera los retos de la pandemia alentaron su experiencia como emprendedora?

R: Cuando decidí dejar el salón en el que trabajaba, lo hice por fe. Tuve que marcharme sin saber si mis clientes me seguirían. Al principio, no quería ser empresaria. Lo intenté antes y pensé que era demasiado trabajo. Muchos de mis clientes de antes no me seguían. Decidí confiar en el proceso esta vez y poner la confianza en Dios.

▪ P: ¿Alguna vez sintió que tendría que volver a dar un giro como profesional?

R: Una vez a la semana tenía dos o tres clientes y entonces llegó el COVID-19. Decidí aprovechar el inicio de la crisis para seguir adelante. Decidí usar el inicio de la pandemia como un descanso, pero en ese momento decidí revaluar las cosas. Al fin y al cabo, el cabello es mi pasión. Aproveché un par de meses para poner en orden mis ideas y hacer un trabajo de base. Sabía que me iría bien.

Le digo a la gente que lo hice con miedo. Pero sabía que trabajar para alguien era estresante. Estoy estresada aquí, pero prefiero estar estresada para mí. No sabía lo que pasaría. El mundo entero se cerraba. Soy una emprendedora de corazón. Voy a encontrar una manera de hacer algo. Me funcionó. Nunca pensé ni en un millón de años que estaría desenredando el pelo.

▪ P: ¿Cómo ha cambiado el uso de las redes sociales su enfoque del marketing empresarial?

R: Soy millennial, así que vengo de una época en la que se repartían folletos. Las cosas han cambiado, así que hay que cambiar con ellas. Al principio, dudaba si usar las redes sociales porque pensaba que mi voz sonaba rara. Además, hay miles de estilistas, así que me preguntaba qué me hacía tan especial. Decidí seguir adelante y publicar.

De la noche a la mañana, pasé de tener 30 suscriptores en YouTube a tener 10,000 y, antes de darme cuenta, 100,000. Impulsó mi negocio más de lo que pensaba. No pensé que me volvería viral. Se puede suponer que ocurriría, pero verlo fue alucinante para mí.

▪ P: ¿Cómo le ha diferenciado de otros peluqueros el hecho de ayudar a los clientes con su estado mental?

R: Muchas veces la gente se preocupa por el dinero. Como es parte de mi pasión, me preocupo por el cliente. No persigo el dinero. El dinero me persigue a mí. Yo persigo la satisfacción de ayudar a alguien. Esta Mi clienta vino de lejos para verme y para que me volcara en ella, y eso le cambia la vida. Algunos clientes dicen que están sobrecargados de trabajo, que sufrieron un ataque de nervios tras perder un hijo, que tuvieron cáncer o que estuvieron en el hospital tras quedar paralíticos.

Vienen muchos enfermeros de Nueva York. Si una persona es enfermera durante el COVID trabajaba de 15 a 20 horas diarias, no tiene tiempo para su pelo. Eso es mucho para su espacio mental. Quiero que sepan que me preocupo. Le digo a la gente que estoy trabajando en su exterior, pero también en su interior. Vinieron una madre y su hija y le dije a la madre que ella era parte del trauma de su hija. Después me abrazó y se puso a llorar. Le di una perspectiva diferente. Me encanta hacerlo. Es mucho para el cuerpo, pero disfruto mucho desenredando el pelo. Me encanta hablar con la gente.

▪ P: ¿Cuál es el futuro de su negocio?

R: Ahora nos estamos expandiendo porque este espacio se nos está quedando pequeño. Seguimos queriendo que sea íntimo, pero queremos enseñar a la gente y estamos buscando inversionistas que nos ayuden con el proceso porque no hay nadie que lo haga así. El 80% de mis clientes toman un avión para venir a verme.

Imagínese venir desde Hawai para que le desenreden el pelo o desde el Reino Unido o Australia. Tiene que haber más conciencia de esto y la gente asume que porque tu pelo está enmarañado está sucio. Es simplemente su forma de enfrentar las cosas. Para algunos, es como hacerse un moño. Pero la persona deja el pelo en un segundo plano. Mi objetivo no es solo capacitar a otras personas, sino enseñarles, y expandir mi negocio a otros estados y países.