Esteroides de millones de años de antigüedad pueden ser rastros de vida temprana

Esteroides de millones de años de antigüedad pueden ser rastros de vida temprana

Las moléculas que se encuentran en rocas australianas, por lo menos desde hace 1.600 millones de años, se cree que son restos de un “mundo perdido” de organismos antiguos que comprendían lo complejo que podría ser la vida temprana.

De acuerdo con la revista NewScientist, se les denomina “mundo perdido” porque ya están extintos; y prácticamente, porque no se sabe nada de ellos. Esta versión es confirmada por Jochen Brocks, investigadora de la Universidad Nacional de Australia en Canberra, quien además dirigió un estudio al respecto.

Se tiene conocimiento que, las primeras formas de vida en la Tierra, eran simples organismos unicelulares como las bacterias que surgieron hace más de 3.000 millones de años. En algún momento de la historia, no se precisa cuándo, aparecieron organismos más complejos como las eucariotas, cuyas células contienen un núcleo.

Las eucariotas fueron las responsables de que se convirtieran en todos los animales que hoy en día conocemos, así como plantas, hongos y algas.

Los fósiles de estos organismos con núcleo más antiguos son las algas rojas y verdes que se encuentran en algunas rocas de mil millones de años de antigüedad en los países de Canadá y China. Asimismo, se han hallado rocas que datan de 1,6 mil millones de años, pero en estas no han podido encontrar moléculas de esteroides que brinden nuevas revelaciones. O no del todo confirmadas.

La investigadora Brocks refirió que las rocas de 1.600 millones de años fueron halladas en la mina del río McArthur cerca de Borroloola, en el territorio norte de Australia. El hallazgo se realizó luego de moler rocas y analizarlas de forma química, refiere el medio antes referido.

Asimismo, la experta australiana dijo que hace más de mil millones de años, las eucariotas desarrollaron la capacidad de hacer esteroides modernos, lo que les confirió ventajas para prosperar mientras las primeras eucariotas se extinguieron. Las más avanzadas habrían evolucionado y pudieron haberse convertido en hongos, plantas y animales, que producen esteroides modernos.