Erik ‘Goyito’ Pérez, el ídolo de México en las MMA que pareciera haber sido olvidado

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Erik "Goyito" Pérez salía al octágono con una máscara para representar a México, se despojaba de ella una vez que iniciaban su combates en la UFC. (Mike Roach/Zuffa LLC/Zuffa LLC via Getty Images)

Erik “Goyito” Pérez irrumpió en las artes marciales mixtas como una bocanada de aire fresco. Fue la máxima estrella de México en la UFC durante los inicios de la década del 2010, una de las grandes promesas en los deportes de combate. Pero su carrera cambió de manera estrepitosa. Tras dos años inactivo, regresó a la actividad y perdió. A nadie en el país pareció importarle.

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Erik "Goyito" Pérez salía al octágono con una máscara para representar a México, se despojaba de ella una vez que iniciaban sus combates en la UFC. (Jeff Bottari/Zuffa LLC/Zuffa LLC via Getty Images)

El oriundo de Guadalupe, Nuevo León retornó a la empresa Bellator con un nuevo reto en puerta: enfrentar a Enrique “El Fuerte” Barzola. Aceptó el compromiso aún en un peso superior, sólo con la intención de volver a pelear. Siempre destacó en la categoría gallo, bajo las 135 libras. Aunque, para medirse al gladiador peruano, tuvo que competir en la división pluma; es decir, en las 145.

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Érik "Goyito" Pérez festeja luego de vencer al brasileño Felipe Arantes en Ciudad de México, durante 2016. (Jeff Bottari/Zuffa LLC/Zuffa LLC via Getty Images)

En entrevista con FOX Deportes, confirmó que su ausencia se debió a problemas de visado; además de que Bellator no le ofreció ningún rival. “Simple y sencillamente no había pelea. Era esa o me tenía que esperar otros meses más, decidí tomarla. Es algo raro, aquí no he peleado mucho. Han pasado muchas cosas en mi vida personal y en mi carrera, visa y todo eso, que me han retrocedido de pelear”, señaló.

En una charla con Carlos Contreras Legaspi, periodista de ESPN Deportes, reconoció sentirse motivado por los casos de Brandon Moreno, Yair Rodríguez y Alexa Grasso en la UFC. Incluso recordó que recibió en su hogar, en Albuquerque, Nuevo México, a sus compatriotas cuando apenas buscaban construir su trayecto. También, que entrenó con la jalisciense durante un par de semanas.

Manifestó que pretendía concretar una victoria para dirigir su mira hacia un campeonato. El detalle es que las cosas no sucedieron como las tenía planeadas. Barzola lo dominó durante tres rounds consecutivos: de pie y en el suelo. No le dio tregua alguna para mostrar su mejor arsenal, cayó por decisión unánime. El resultado parece no haber llegado a la República Mexicana. Nadie hizo eco de ello.

Pérez saltó a la fama como el segundo atleta nacido en México que contendió en la UFC; sólo después del sonorense Efraín Escudero, según los registros del periodista Rodrigo Del Campo González. A diferencia de este, fue el primero en causar un impacto directo dentro de la compañía. A partir de 2012, demostró que los peleadores aztecas eran capaces de destacar en una disciplina donde la nación no contaba con competidores de renombre.

Ganó tres contiendas al hilo. En la segunda, acabó con el estadounidense Ken Stone en 17 segundos. De ahí que, batió el récord del nocaut más rápido en la división de peso gallo. Nadie ha logrado superar su marca. Asimismo, portaba una máscara para presentarse en la jaula. Era un auténtico luchador y deseaba que todos lo supieran.

“Uno está orgulloso de la bandera, de estirarla en cualquier país. Pero todos lo hacen, yo no quería hacer lo típico. Salí con una máscara de lucha libre. Era de mi entrenador, Luis López. Le pedí permiso para usarla. En México, la lucha libre es arte y tradición, quería llevar eso a las MMA. Al principio, no me dejaban sacarla porque mi profesor tenía los derechos. Luego del nocaut, me dijeron ‘sí, sal con tu máscara, haz otra’. El respeto se gana”, señaló en el podcast Un Round Más.

En su escalada a la cúspide, Goyito cayó en un par de ocasiones. En 2014, una lesión en el hombro lo alejó de la función que UFC realizó en Ciudad de México, en la que pintaba como uno de los atractivos del cartel. En el año posterior, consiguió su revancha en Monterrey. Venció al francés Taylor Lapilus y logró festejar con su gente. Repitió la dosis en 2016, en la capital mexicana, cuando superó al brasileño Felipe Arantes. A la par, debutó como analista de la promotora. El futuro lucía brillante.

Pese a que salió airoso en 7 de sus 9 batallas, rescindió su vínculo con UFC. Reveló a Érik “El Terrible” Morales que Combate Américas le ofreció un mayor salario del que percibía y no dudó en aceptar la propuesta. No obstante, advirtió que fue la peor decisión que tomó en el terreno deportivo: “Mi tercera pelea ahí nunca se dio, iba por el título. Pusieron a otro chavo antes que a mí, me incumplieron el contrato. Empecé a lanzar tuits malos contra ellos, me enfriaron un año y medio”.

Así, se deslindó del consorcio y continuó con su aventura sobre la lona en Bellator. En su reyerta inaugural, en 2019, Toby Misech lo dejó sin respuesta en menos de un minuto. En 2020, una derrota adicional contra Josh Hill agudizó su mala racha. El destino le sonrió en 2021, pues por fin había vuelto a la senda del triunfo: derrotó a Blaine Shutt. El reciente descalabro contra Barzola puso su marca en 3-1.

Antes de Moreno, Rodríguez y Grasso, resaltó Erik “Goyito” Pérez. Sin sus intervenciones, el camino no estaría allanado como ahora para los prospectos tricolores. Alguna vez fue la máxima revelación y el principal representante de México en las artes marciales mixtas. Hoy, sus enfrentamientos han pasado a un segundo plano. Aún tiene 33 años y la posibilidad de reivindicar su ruta, con tal de retomar la versión del atleta que deleitó al mundo entero.

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