El equipo anfitrión del Mundial que fue llevado a semifinales de la mano de los árbitros

Cristiano Zanetti de Italia protesta al árbitro ecuatoriano Byron Moreno durante el partido de octavos de final contra Corea del Sur del Mundial de Corea y Japón 2002. (Foto: Simon Bruty/Anychance/Getty Images)
Cristiano Zanetti de Italia protesta al árbitro ecuatoriano Byron Moreno durante el partido de octavos de final contra Corea del Sur del Mundial de Corea y Japón 2002. (Foto: Simon Bruty/Anychance/Getty Images)

Era la primera vez que dos países organizaban una Copa Mundo. Ya han pasado casi 20 años del Mundial de Fútbol de Corea del Sur y Japón 2002. Una cita que fue bastante criticada porque se trataba de dos países con ningún historial futbolístico y en especial por los horarios de los partidos. Los fanáticos en América y Europa tenían que ver los juegos en la madrugada.

A la FIFA, como siempre, le importaba más el dinero y el impacto que podría generar en los países asiáticos el fútbol, lo que a su vez le llevaría más dinero a la FIFA desde esas economías prosperas.

Si se miran los resultados finales podría pensarse que Corea del Sur hizo valer su condición de local y avanzó exitosamente hasta semifinales tras derrotar a la gran favorita Italia y también a la selección de España.

El mediocampista surcoreano Ahn Jung-hwan se convirtió en la figura del partido al marcar el gol de la clasificación a cuartos de final en el Mundial de Fútbol de Corea y Japón 2002. (Foto: CHOI JAE-KU/AFP vía Getty Images)
El mediocampista surcoreano Ahn Jung-hwan se convirtió en la figura del partido al marcar el gol de la clasificación a cuartos de final en el Mundial de Fútbol de Corea y Japón 2002. (Foto: CHOI JAE-KU/AFP vía Getty Images)

De sorpresas esta llena la historia del fútbol mundial y no causó asombro que en la semifinal Alemania derrotara a los locales y los dejara por fuera del Mundial de Fútbol de Corea del Sur y Japón 2002. Los dirigidos por el técnico Guss Hiddink salieron en semifinales, pero aún son héroes en su país por lo logrado en esa Copa Mundo.

Esa es la historia oficial de lo sucedido. Sin embargo, la realidad tiene más tela de donde cortar. Los surcoreanos avanzaron como primeros de su grupo al derrotar a Polonia por 2-0, a Portugal por 1-0 y empatar con Estados Unidos 1-1.

En la siguiente ronda tenían que medirse con la Italia de Paolo Maldini, Gigi Buffon, Alessandro Del Piero, Christian Vieri y Francesco Totti. Los locales presionaron durante todo el partido a los italianos hasta que un cabezazo de Vieri les dio la ventaja antes de finalizar el primer tiempo. En la segunda parte los surcoreanos intentaron de todas las formas, pero parecía imposible igualar el marcador hasta que en el minuto 88 Seol Ki-hyeon empató.

El juego se fue a la prorroga y existía el "Gol de Oro", si algún equipo marcaba en el tiempo extra un gol el partido se daba por terminado y ese equipo era el ganador del encuentro. Parecía que se iban a los penaltis, pero en el minuto 117 Ahn Jung-hwan metió la pelota de cabeza y clasificó a su equipo a cuartos, dejando por fuera a los favoritos.

El jugador italiano Francesco Coco recibe asistencia después de recibir un golpe en la cabeza durante el juego con Corea del Sur. (Foto: Brian Bahr/Getty Images)
El jugador italiano Francesco Coco recibe asistencia después de recibir un golpe en la cabeza durante el juego con Corea del Sur. (Foto: Brian Bahr/Getty Images)

Las superestrellas estaban por fuera del Mundial. Ahn se convirtió en el jugador del partido y en el héroe nacional de Corea del Sur. El villano terminó siendo el árbitro ecuatoriano Byron Moreno que falló en numerosas ocasiones a favor de los locales. Expulsó injustificadamente a Totti, anuló un gol a Tommasi por un supuesto fuera de lugar e ignoró el juego violento del equipo de Hiddink.

Fue tal el escándalo que los diarios italianos en sus portadas titularon con palabras como"LADRONES" y "VERGÜENZA". Además, terminaron el contrato de préstamo que tenía Ahn con el Perugia de la Serie A. Desde la FIFA aseguraron que todo se debió a "errores humanos, no premeditados".

El defensor español Fernando Hierro junto con el delantero Fernando Morientes alegan con el árbitro egipcio Gamal Ghandour durante el partido de cuartos de final con Corea del Sur en el Mundial de Corea y Japón 2002. (Foto: JIMIN LAI/AFP/Getty Images)
El defensor español Fernando Hierro junto con el delantero Fernando Morientes alegan con el árbitro egipcio Gamal Ghandour durante el partido de cuartos de final con Corea del Sur en el Mundial de Corea y Japón 2002. (Foto: JIMIN LAI/AFP/Getty Images)

El referí Moreno tuvo algunos episodios oscuros durante su carrera como juez y años después fue detenido en uno de los aeropuertos de Nueva York por tratar de introducir a Estados Unidos heroína atada en su cuerpo y fue condenado a prisión.

En cuartos se enfrentaron a España y el partido llegó hasta los penales, donde se impusieron los locales por 5-3. Eso dicen los números, pero en ese partido el juez egipcio Gamal Al-Ghandour fue el protagonista al anular dos goles completamente legítimos del equipo español. Italianos y españoles protestaron ante la FIFA y acusaron al organismo rector del fútbol mundial de favorecer a los anfitriones.

Los jugadores españoles cabizbajos tras ser eliminados en la tanda de penales por los locales de Corea del Sur.  (Foto: Andreas Rentz/Bongarts/Getty Images)
Los jugadores españoles cabizbajos tras ser eliminados en la tanda de penales por los locales de Corea del Sur. (Foto: Andreas Rentz/Bongarts/Getty Images)

La racha ganadora de Hiddink terminó en semifinales, cuando enfrentó a Alemania y su equipo salió derrotado con un gol de Michael Ballack. También perdieron el encuentro por el tercer lugar con Turquía y finalizaron cuartos en el Mundial de Futbol de Corea del Sur y Japón 2002.

El excelente resultado del equipo asiático convirtió en héroes a los jugadores y al técnico holandés. El estadio donde Corea del Sur derrotó a España fue rebautizado y pasó a llamarse Estadio Guss Hiddink.

VIDEO: La fiesta del Villarreal en el avión de vuelta de Múnich