Elnaz Rekabi, la escaladora iraní que compitió sin velo, sería encarcelada y multada en su regreso a Teherán

Elnaz Rekabi compitió sin velo en Saúl y afrontará penas muy duras en su regreso a Irán
Elnaz Rekabi compitió sin velo en Saúl y afrontará penas muy duras en su regreso a Irán - Créditos: @RHEA KANG

Sabía que el impacto sería tremendo. Su determinación recorrería el mundo: fue una toma de posición, una voz en alto, un grito de justicia. Una sencilla pero contundente acción: una vincha sosteniéndole el cabello, recogido en forma de cola y a la vista del todo el mundo, agitó las aguas. Con ese look, la escaladora iraní Elnaz Rekabi terminó en el cuarto lugar de la prueba de combinada, que se disputó el domingo último en Seúl. Una decisión histórica, ya que ninguna mujer de su país competía internacionalmente sin cubrirse el cabello desde 1983, pero Rekabi superó el temor de no usar el velo, ya que el regreso a su país implicaba penas de cárcel, multas y a su exclusión del equipo nacional.

Rekabi, de 33 años, con su pelo a la vista frente al mundo fue un gesto significativo en medio de las protestas por la muerte de Mahsa Amini, arrestada por llevar mal puesto el velo, golpeada y fallecida tras estar en coma hace poco más de un mes. Desde entonces se multiplicaron las movilizaciones a lo largo del país, especialmente por parte de los estudiantes, aunque el resultado es aterrador: la ONG Iran Human Rights registró 108 muertes, entre las que se contabilizan 23 menores de 11 a 17 años.

Según BBC Persian, el equipo iraní pudo dejar este lunes la ciudad de Seúl, dos días antes de lo previsto y con Rekabi entre la delegación. El portal Iran Wire asegura que las autoridades le habrían requisado a la deportista el pasaporte y el teléfono, y que habría sido trasladada directamente al Aeropuerto Internacional de Jomeini para llevarla a la prisión de Evin, en Teherán, bajo la orden de la Organización de Inteligencia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. Las autoridades habrían retenido también al hermano de la deportista, David Rekabi, con quien se pusieron en contacto los servicios de inteligencia de la Guardia Revolucionaria, tal y como informa este mismo medio.

Sin embargo, la Embajada de Irán en Seúl negó estas informaciones a las que ha calificado de “noticias falsas”. En un mensaje en su perfil de Twitter, la delegación diplomática compartió una fotografía de la deportista con un texto en el que se lee que partió rumbo a Irán este martes una vez ha finalizado su participación por el torneo. ” La Embajada de la República Islámica de Irán en Corea del Sur niega enérgicamente todas las noticias falsas, mentiras y desinformación sobre la señorita Elnaz Rekabi ”, aseguran las autoridades iraníes.

Una publicación en la cuenta de Instagram atribuida a Rekabi indicó que no llevar el hiyab había sido algo `premeditado. “Me disculpo por las preocupaciones que causé”, afirmó Rekabi en un mensaje publicado en su cuenta de la red social, en la que explicó que en la ronda final del Campeonato Asiático de Escalada, debido a la inapropiada programación y la llamada impredecible para escalar: “ Debido a una mala organización y a que me llamaron para escalar sin previo aviso, el velo se me cayó involuntariamente ”. Y agregó: “Actualmente estoy regresando a Irán con el equipo, de acuerdo con el calendario preestablecido”.

En un primer momento no estaba claro si ella había escrito el texto o en qué estado se encontraba en ese momento. El gobierno iraní suele presionar a los activistas adentro y afuera del país y a menudo exhibe lo que grupos de derechos humanos describen como confesiones coaccionadas en la TV estatal. Mientras tanto, algunos medios internacionales aseguran que el régimen iraní ya habría tomado represalias por el gesto de protesta de Rekabi. Según el diario británico The Guardian varios amigos de la escaladora habrían intentado ponerse en contacto con ella tras su protesta del domingo pero no pudieron lograrlo.

Según los medios internacionales Rekabi regresó a Teherán tras ser interrogada y sin su celular ni su pasaporte
Según los medios internacionales Rekabi regresó a Teherán tras ser interrogada y sin su celular ni su pasaporte - Créditos: @RHEA KANG

Rekabi formaba parte de una delegación iraní de 11 miembros, que incluía ocho deportistas y tres entrenadores, según la federación. Miembros de la federación dijeron en un principio no tomaron dimensión que Rekabi había competido sin hiyab. El evento no tiene normas que requieran pañuelos a las deportistas, explicaron, sin embargo, las mujeres iraníes que compiten en el extranjero con bandera iraní siempre llevan hiyab.

“Entendemos que está de regreso a Irán y seguiremos monitoreando la situación según evolucione a su llegada”, explicó en un comunicado la Federación Internacional de Escalada. “Es importante recalcar que la seguridad de los deportistas es primordial para nosotros y que respaldamos cualquier esfuerzo de mantener a salvo a un miembro apreciado de nuestra comunidad en esta situación”, dice en la publicación.

El antecedente: Sadaf Khadem

En abril de 2019, Sadaf Khadem fue la primera boxeadora iraní en participar en un combate oficial que se celebró en Francia. Nunca regresó a su país, alertada por SMS de que a su regreso sería detenida por las autoridades locales. Había competido sin hiyab (pero con casco) y con pantalones cortos y una remera ajustada.

Khadem, que se ganaba la vida como profesora de fitness en Teherán, no podía entrenarse con hombres ni tener entrenador masculino, en un país donde aún no se ha celebrado un combate entre mujeres. “Sólo espero que mi ejemplo abra las puertas a todas las chicas que deseen practicar este deporte”, dijo en aquella oportunidad a las cámaras francesas sin usar velo ni cubrirse la cabeza en ningún momento. Sadaf Khadem, que llegó a temer por su vida si regresaba a su país, reside ahora en la localidad francesa de Royan, tras obtener el estatuto de refugiada política.

Las restricciones que afrontan las iraníes a la hora de practicar o disfrutar de cualquier manera del deporte no sólo afectan a atletas de élite como Rekabi o Khadem. La estricta segregación de sexos que imponen los líderes religiosos del país impide, por ejemplo, a las aficionadas asistir a encuentros deportivos en los que haya hombres presentes, incluso si acuden acompañadas de un familiar varón. En 2014, según denunció Amnistía Internacional, varias mujeres iraníes fueron golpeadas e insultadas y algunas —como la joven de 25 años Ghoncheh Gavami— encarceladas en régimen de aislamiento en la prisión de Evin sólo por haber intentado asistir en un estadio a un partido de voleibol durante el mundial que se celebró en Irán en junio de ese año.