Eliminatorias. El Tigre Gareca y los problemas de diván: Perú bajó la mentalidad desde que despidió al psicólogo

Gareca no le pudo ganar a la Argentina en tres partidos por las eliminatorias
MARTIN ALIPAZ

En casi siete años de gestión, además de haber clasificado a Perú a un Mundial después de 36 años, Ricardo Gareca obtuvo triunfos contra todos los rivales sudamericanos, excepto uno: la Argentina. Por caminos separados en las últimas tres copas América, los enfrentamientos quedaron reducidos por las eliminatorias, con dos empates y un triunfo de la Argentina.

Más allá de la muy buena actualidad del equipo de Lionel Scaloni, el momento de Perú y de Gareca no parecen los más propicios para dar el gran golpe este jueves en el Monumental. La reciente derrota por 1-0 en La Paz ante Bolivia fue doblemente dolorosa porque fue a ocho minutos del final, cuando el rival tenía un jugador menos por la expulsión de Henry Vaca.

Gareca saluda al arquero Gallese, una de las mejores individualidades de Perú; detrás, el central Callens
Gareca saluda al arquero Gallese, una de las mejores individualidades de Perú; detrás, el central Callens


Gareca saluda al arquero Gallese, una de las mejores individualidades de Perú; detrás, el central Callens

Perú sigue en el séptimo puesto, a cuatro puntos de Colombia (5°), ubicación de Repechaje, atajo por el cual los incaicos llegaron a Rusia 2018 al vencer en la serie a Nueva Zelanda. La afición peruana se aferra a su frase de cabecera: “Somos expertos en la expresión ‘matemáticamente es posible’ ”.

¿Y cómo está el Tigre Gareca para afrontar los siete partidos que restan? Fuentes cercanas a su cuerpo técnico lo describen como “fastidiado, enojado”, un estado de ánimo que es advertido por el resto del plantel. “La cabeza no está en orden, empieza a cometer errores”, agregan. En la interna del seleccionado se rompió un equilibrio, situación que fue responsabilidad del entrenador argentino, de la cual nunca dio una explicación pública y le causa ofuscación cuando es consultado en una conferencia de prensa.

En el ciclo que desembocó en la clasificación al Mundial fue muy importante la función del psicólogo deportivo argentino Marcelo Márquez, que había sido llevado por Gareca. A ese profesional le adjudican un papel fundamental en el cambio de mentalidad del futbolista peruano, que normalmente competía con una sensación de inferioridad. “Márquez les cambió el chip a los jugadores. Se notó en las anteriores eliminatorias en los triunfos de visitante ante Paraguay y Ecuador, y en el empate con la Argentina en la Bombonera”, agregan los informantes.

Lapadula, el italiano nacionalizado, se ganó el afecto del pueblo peruano por su entrega y humildad
MARTIN ALIPAZ


Lapadula, el italiano nacionalizado, se ganó el afecto del pueblo peruano por su entrega y humildad (MARTIN ALIPAZ/)

Durante el receso por la pandemia, inesperadamente, Gareca prescindió de Márquez sin dar las razones. Las consecuencias visibles más inmediatas fueron las desconcentraciones en los partidos y algunos problemas de conducta interna, relacionados con la soberbia de ciertos jugadores con más trayectoria, haciendo ostentación vanidosa de que ya participaron en un mundial y se desempeñan en ligas europeas. Cuando el jugador peruano alcanza un objetivo deportivo y económico, tiende al conformismo, se aburguesa, no lo alienta el afán de superación. Contra eso lidiaba Márquez, que también ayudaba a Gareca a gestionar el tratamiento de prócer que le dan en Perú por la clasificación al Mundial. En la cancha eso se tradujo en errores que antes no se veían. Perú dejó de ser un equipo cohesionado, virtud con la que compensaba la falta de grandes talentos. “No se ve que el equipo deje el alma en la cancha”, apuntan.

Gareca creyó que la vacante del psicólogo deportivo podía ser bien cubierta por Giácomo Scerpella, el adjunto que se formaba con Márquez. Además, por simpatía personal, el Tigre sumó a Juan Cominges -un exdelantero que pasó por Estudiantes y Colón-, como coach ontológico. Con Cominges ingresa otro factor distorsionador: la política, desde su condición de militante de izquierda y pariente del expresidente Ollanta Humala. A algunos jugadores les disgustó que las discusiones políticas entraran en las concentraciones.

Gareca piensa en soluciones para el momento de Perú
Daniel Apuy


Gareca piensa en soluciones para el momento de Perú (Daniel Apuy/)

Sin el trato cotidiano que mantenía con Márquez, Gareca también fue otro, menos equilibrado, más susceptible y propenso a las equivocaciones. Lo ven menos sereno y reflexivo. Muchos no se explican que siguiera convocando a un Paolo Guerrero lesionado, o a Jefferson Farfán con una rodilla deshecha. Insistió mucho con Raúl Ruidíaz, que no hace ninguno de los goles que convierte en el Seattle Sounders de la MLS. Y también respalda incondicionalmente a Christian Cueva, pese a algún episodio de indisciplina y a que haya perdido la pelota al intentar un caño en la jugada del gol de Bolivia. Y esta noche no estará el lesionado Luis Advíncula, tácticamente muy disperso. Señalan que de no ser por sus distracciones, Perú podría tener tres puntos más en estas eliminatorias. No son pocos los que se asombraron cuando lo contrató Boca.

Dentro del amplio crédito y aprecio que conserva, en Perú se escuchan algunos cuestionamientos para Gareca. Ya no se le puede elogiar la capacidad que tenía para corregir al equipo en los entretiempos. Sorprendió que en La Paz hiciera debutar al juvenil Oslimg Mora. Los de mejor rendimiento son el arquero Pedro Gallese -después de mucho tiempo no se recurrió a un arquero nacionalizado- y la dupla de zagueros centrales (Christian Ramos y Alexander Callens). Y aunque no convirtió goles en las eliminatorias -hizo tres en la Copa América-, el italiano nacionalizado Gianluca Lapadula ya es un ídolo por su entrega y compromiso (jugó varios partidos con una máscara por una fractura de tabique nasal).

Gareca se decidió a renovar contrato tras el Mundial de Rusia al ver que no llegaba una oferta para reemplazar a Jorge Sampaoli en la Argentina. Es el segundo entrenador mejor pagado en Sudamérica, detrás del brasileño Tité, con un salario que está muy por encima de las posibilidades económicas del mercado peruano. Esa remuneración también estaba destinada para que monitoreara la creación de un centro de formación juvenil que nunca se construyó por responsabilidad de la Federación Peruana. El Tigre jamás reclamó por el cumplimiento de ese proyecto que iba a beneficiar al seleccionado mayor.

La gratitud hacia Gareca será eterna. Sin su gestión, Perú no tenía el potencial suficiente para ilusionarse con volver a un Mundial. Tuvo descubrimientos como Miguel Trauco, Cueva, Renato Tapia. El equipo completo fue una obra suya. Lo construyó y lo ayudaron a que cambiara una cabeza que ahora no tiene quien la ordene.