El falso 'Fair Play' de 'Chapo' Montes que timó a todos y causó elogios que no merece

Luis 'Chapo' Montes, jugador de Léon. (Foto: Mauricio Salas/Jam Media/Getty Images)
Luis 'Chapo' Montes, jugador de Léon. (Foto: Mauricio Salas/Jam Media/Getty Images)

La acción de Luis 'Chapo' Montes fue un acto insólito, sí. Fue algo que el futbol mexicano y su afición no están acostumbrados a mirar. Pumas y León se enfrentaban en la Jornada 5 del Clausura 2022. El Chapito recibió una falta por parte del jugador universitario Washington Corozo, justo cuando el encuentro se veía perdido para La Fiera con un marcador de 2-1.

Dicha falta, a perspectiva del árbitro Guillermo Pacheco, tenía que ser sancionada con tarjeta roja para el jugador universitario. La razón: un golpe directo en el rostro del jugador esmeralda. Así lucía. El rictus de dolor, el arqueo del cuerpo hacía atrás y el jugador esmeralda llevándose las manos al rostro reforzaban la idea de una entrada salvaje, sucia, antideportiva.

Después de que el silbante mostrara la tarjeta roja al jugador de Pumas, Montes se acercó para señalar que el golpe había sido en su brazo y no en la cara como al principio parecía. La tarjeta se tornó amarilla. Y entonces vinieron los elogios. Un jugador en la Liga MX daba un ejemplo al mundo entero de lo que llaman Fair Play. La honestidad ante todo. La verdad antes que la injusticia. El Chapo Montes es un héroe y ahí estaba él, sin heridas, sin dolencias. Sin vergüenza.

Poco loable la acción si se parte de que la expulsión había sido provocada por su dramatización previa, Algo evidente en la repetición. Fingió la rudeza de la falta con la intención de engañar al árbitro. Y lo había logrado. Pero se le pasó la mano. Más que jugador limpio, el Chapo Montes es un excelente actor. Quizás su cálculo era ensartar una amarilla y mantener la posesión del balón. No un castigo extremo que requeriría revisión.

No hay que olvidar que el acto se dio al minuto 90 y León aún necesitaba tiempo para intentar empatar el marcador. Si se realizaba la expulsión, el VAR tendría que entrar en acción y habría revertido la decisión arbitral, por lo que se habrían perdido un par de minutos y Montes incluso habría terminado con una tarjeta amarilla encima por fingir el golpe.

Buen rédito a fin de cuentas. No ganó el partido pero terminó como héroe nacional. Al final decidió no timar al árbitro pero sí lo hizo con todo un país, tan acostumbrado a las peores conductas que cualquier asomo de honestidad es digno de instaurar un feriado. Es celebrar al ladrón que roba en el súper por devolver lo que se llevaba puesto, antes de ser detenido, antes de que las cámaras de seguridad, que sabe lo han registrado, lo pongan en evidencia.

Si vamos a hablar de juego limpio en la Liga MX tendríamos que remontarnos al amistoso entre América y Monarcas en 2017, cuando Luis Gabriel Rey, delantero del Morelia, renunció a un penal marcado por una mano inexistente en el área chica. Bien podría haberse callado. Hubiera sido una equivocación arbitral más entre muchas. Pero hay gente que no acepta beneficiarse de la desgracia de otros. Que no las provoca primero y después sale al rescate.

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