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El día que el América hizo ver mal a la Selección de Argentina antes de México 86

El portero argentino Nery Pumpido descansa contra la red durante una sesión de práctica el 27 de junio de 1986 en el Club de América en la Ciudad de México, previo a jugar la final del Mundial México 86. América prestó sus instalaciones en Coapa para que la selección argentina pudiera entrenar.  | REUTERS/Gary Hershorn.
El portero argentino Nery Pumpido descansa contra la red durante una sesión de práctica el 27 de junio de 1986 en el Club de América en la Ciudad de México, previo a jugar la final del Mundial México 86. América prestó sus instalaciones en Coapa para que la selección argentina pudiera entrenar. | REUTERS/Gary Hershorn.

El Club América y la Selección de Argentina tuvieron mucho en común durante el Mundial de México 86, donde la escuadra albiceleste culminó con el título. En aquel momento, las Águilas recién habían inaugurado su propia casa club dentro de sus instalaciones de Coapa, ni siquiera había sido utilizada por jóvenes de sus fuerzas básicas, sino que, quienes dieron el banderazo y las estrenaron, fueron los propios futbolistas argentinos. Por mencionar a algunos se encontraban Diego Maradona, Jorge Valdano, Daniel Passarella, Jorge Burruchaga y Óscar Ruggeri.

Además de prestarles las instalaciones de Coapa, entre los convocados del cuadro sudamericano se encontraba Miguel Zelada, el arquero titular del cuadro azulcrema que iba convocado como tercer arquero.

La Selección argentina llegó a México 40 días antes de iniciar la justa mundialista y en sus maletas únicamente cargaban la desilusión de su país, pues el equipo dirigido por Carlos Salvador Bilardo había pasado por un viacrucis para poder estar en el torneo. Pero ya estaban a nada de la fiesta grande.

Argentina estaba en México y el Nido sería su campamento. Era un lugar austero, nada que ver con un hotel de cinco estrellas, era simplemente un lugar de mero futbol. “Cuando llovía había que andar moviendo las camas”, destacó Ruggeri en una entrevista para el documental El Campeón Imposible.

Hubo varios juegos en interescuadras entre el equipo anfitrión y los invitados, hasta que se pactó un encuentro en forma entre ambos. A tres días de debutar en el campeonato en contra de Corea del Sur, Salvador Bilardo, que era excéntrico hasta en el más mínimo detalle, preparó un partido de práctica en contra de las reservas del América para tratar de afinar algunos de los muchos detalles que tenía su equipo. Además de poder lidiar con la altura de la Ciudad de México y otros factores extra cancha.

El encuentro estaba pactado para que se jugara a dos tiempos de 30 minutos. En el equipo de reserva del América se encontraban jugadores como Ricardo Peláez, Efraín Herrera, Guillermo Naranjo, Juan Hernández, Guillermo Huerta y Alejandro Domínguez, por destacar a algunos.

“Yo recuerdo que (Bilardo) preparó un amistoso contra los juveniles del América y desde el primer tiempo íbamos perdiendo tres a cero y el campeonato estaba ahí, lo estábamos tocando. En el segundo tiempo, Bilardo se puso de árbitro y empatamos el partido, pero la sensación de inseguridad era palpable”, se expresó Jorge Valdano al recordar la previa de aquél mundial.

“Bilardo hizo muchas correcciones: sacaba a uno y metía a otros, y el partido se extendía y se extendía hasta que se iba haciendo de noche. Hubo un interescuadras en el que ya no había luz, ya se había hecho de noche e íbamos ganando uno a cero con gol mío. Y no acababa y no acababa hasta que de pronto dijimos ‘¡ya párale!’. Llevábamos dos horas jugando y Bilardo lo paraba y corregía”, sentenció Ricardo Peláez en una entrevista para Mediotiempo.

En ese mismo encuentro que las Águilas ganaron con tanto de Peláez, hubo algunos desacuerdos entre ambas escuadras. Ese mismo interescuadras se llevó a cabo en contra del primer equipo del América. De acuerdo con el mismo Peláez, Claudio Borghi intentó reclamar airadamente una jugada a Alfredo Tena. Miguel Zelada, que practicaba en esos encuentros como arquero del América por petición de Bilardo, fue el primero en cortar de tajo el altercado, pues ya conocía la personalidad del apodado Capitán Furia.

“Tena le hizo una entrada fuerte y se paró Claudio a reclamarle, pero Zelada le dijo: ‘mejor ni te metas con el capitán’”, recordó Peláez.

Por su parte, Guillermo Naranjo también habló de dicho partido para el sitio web del América y en aquella ocasión rememoró algunas cuestiones transcurridas, como la marca personal que tenía que hacerle a Valdano y que frecuentemente terminaba por quedarse plantado tras los desmarques del argentino y los pases a los espacios que Maradona le tiraba.

“En alguna ocasión marcando a Maradona tuve que detenerlo, casi taclearlo. Ambos caímos al piso y lo único que recuerdo es que me dijo cosas que no puedo escribir ni compartirles en estas líneas, códigos de futbol. Compartir minutos de futbol con Maradona es un recuerdo imborrable”, sentenció Naranjo.

DE LA PENA A LA GLORIA

Durante el ciclo mundialista, la prensa de aquél país no soportaba el juego que practicaba el equipo nacional y las ideas innovadoras de Bilardo que eran totalmente contrarias a las de César Luis Menotti, campeón con Argentina en 1978. Aunado a ello, los resultados no ayudaban y querían que Bilardo saliera del equipo durante las eliminatorias. Incluso el presidente argentino en aquel momento, Raúl Alfonsín, quería un cambio. El tema ya se había vuelto en un problema político. Sin embargo, Julio Grondona, presidente de la Asociación del Futbol Argentino, mantuvo firme su postura de mantener al Narigón al frente del equipo.

Los mismos jugadores no tenían ni idea de lo que su técnico quería para desarrollar su juego. El pase al Mundial lo terminaron consiguiendo en los minutos finales del último encuentro de las eliminatorias de la CONMEBOL. Con más dudas que certezas, el equipo partió a México. Al momento de su partida, el aeropuerto de Buenos Aires estaba desolado, muestra contundente de las críticas que el combinado recibía.

“Fuimos despedidos únicamente por nuestros familiares y algunos de ellos se escondían para decir: ‘yo no tengo nada que ver con estos’. Nosotros éramos un desastre”, señaló Héctor Enrique, jugador de aquel seleccionado.

Una vez en México, la albiceleste tuvo que trabajar a marchas forzadas y a olvidar rencillas entre los propios jugadores. Sin embargo, todos concuerdan en que la estancia en las instalaciones del América les ayudó a superar la pesada carga que traían desde casa.

Todos conocemos la historia de Maradona en su mejor momento que llevó a su equipo a ser campeón. Los argentinos, dueños de toda cábala que pudiera existir en el futbol, no dieron la tradicional vuelta olímpica en la cancha del Estadio Azteca, sino que se esperaron hasta llegar a la cancha 1 de Coapa para poder hacerlo, esto en agradecimiento por la atención que se les brindó en las instalaciones del América.

“En un congreso me encontré con el médico de la selección argentina y me pidió venir a visitar el Club América porque ellos estaban enamorados de la atención que se les dio. Llegamos al club y mi sorpresa fue que él empezó a llorar y me dijo: ‘es que estoy recordando la vuelta olímpica’”, recordó Alejandro Díaz, médico del cuadro Azulcrema.

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