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La dramática historia de un All Black que padece demencia precoz: de tener pensamientos suicidas a no recordar el nombre de su hijo

Carl Hayman, jugando para Newcastle Falcons
Mike Hewitt

La historia es espeluznante. Tiene como protagonista a un ex jugador de la elite del rugby: el neozelandés Carl Hayman. Un hombre todavía joven, de apenas 41 años. Vistió en 46 ocasiones la mítica camiseta de los All Blacks y vivió un momento único cuando entró en un test con Samoa en 2001: se convirtió en el All Black número 1000. Su carrera transcurrió como un respetado jugador en la función de pilar y a los 35 años, en 2015, se retiró. Al poco tiempo, empezaron sus tormentos.

“Pasé varios años pensando que me estaba volviendo loco. En una etapa eso es lo que realmente pensé. Eran los constantes dolores de cabeza y todas esas cosas que sucedían y que no podía entender”, dijo Hayman en un conmovedor relato al sitio neozelandés “The Bounce”. Lo que padece es demencia precoz y una probable encefalopatía crónica, una enfermedad neurodegenerativa.

Carl Hayman, capitán del Toulón
Andrew Redington


Carl Hayman, capitán del Toulón (Andrew Redington/)

Todo fue de mal en peor. A la pérdida de memoria, Hayman le sumó un marcado incremento en su ingesta de alcohol. “De pronto empecé a tener pensamientos suicidas”. Afrontó cargos por violencia doméstica y terminó con una sentencia de prisión preventiva.

Vivió un momento de mucho dolor en el transcurso de su deterioro. Se emociona en el relato y sigue sin poder creerlo. “Empecé a tener importantes problemas de memoria. Estaba intentando conseguir un pasaporte para mi hijo y... no podía recordar su segundo nombre. Estuve buscándolo en mi mente durante unos 25 segundos y tuve que decirle a la persona que me atendía por teléfono ‘Lo siento mucho, lo he olvidado. He olvidado el nombre de mi hijo’.

Actualmente, Hayman reside en Taranaki y se ha unido a otros 150 jugadores, incluido el ex internacional inglés Steve Thompson, que han demandado a World Rugby por no proteger a los jugadores de los riesgos causados por las conmociones cerebrales.

Hayman y un try ante Inglaterra

Tras su etapa con los All Blacks, Hayman también jugó en Inglaterra y Francia. Era reacio a que le examinaran el cerebro cuando empezó a tener dolores de cabeza e inicialmente rechazó las ofertas, pero cambió de opinión después de pensar en cómo podría ayudar a los jugadores actuales y futuros a evitar el mismo destino. “Espero que no caigan en la misma trampa que yo, que no sean tratados como un objeto y que se les cuide mejor”.

Últimamente se ha hablando bastante sobre lo exigente de los calendarios. El propio head coach del seleccionado argentino, Mario Ledesma, se refirió a que “los Pumas juegan los 12 meses del año, primero en sus clubes del hemisferio norte y luego en el hemisferio sur, en el Rugby Championship, contra las tres potencias (Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica)”. Y se planteó si realmente la World Rugby cuida la salud de los jugadores. El caso Hayman reflota ese tema y el propio afectado se lo mencionó en la entrevista a The Bounce, dejando en claro que lo primero que se necesita es una temporada más corta.

“Cuando empecé a jugar al rugby profesional, recuerdo haber tenido una reunión de la Asociación de Jugadores y la conversación giró en torno a tener una ventana global y una temporada más corta. Ahora seguimos teniendo las mismas conversaciones sobre el rugby. Hay una serie de cambios que podemos y tenemos que hacer para ayudar a proteger a los jugadores del futuro”, sostuvo.

El Haka, el ritual All Black que algunas veces fue encabezado por Carl Hayman
JUAN MABROMATA


El Haka, el ritual All Black que algunas veces fue encabezado por Carl Hayman (JUAN MABROMATA/)

Y fue más allá: hasta se animó a una comparación con otro deporte de alto impacto. “Vuelvo a mirar a la NFL y ellos tienen una temporada de 17 partidos a lo largo de cuatro a cinco meses con la posibilidad de un par de partidos de playoffs. Lo comparas con el rugby, que tiene una temporada de 10 meses... Creo que tiene que haber un debate sobre lo que constituye un volumen aceptable de rugby”.

A la hora de profundizar sobre las causas que derivaron en su estado actual, Hayman no se guardó nada y hasta habló de los excesos a los que fue sometido. “Hubo momentos en los que probablemente no debería haber jugado, como cuando me pusieron una inyección antiinflamatoria en el cuello durante la semana y volví al campo el fin de semana. Era mi trabajo y me pagaban bien, pero dudo que me hiciera ningún favor. Los dolores de cabeza fueron el comienzo, y fue algo que fue empeorando con el tiempo. Nunca desaparecieron”.

Aquel Haka en el Mundial 2007

En el recuerdo de los Mundiales, está el Haka del partido entre los All Blacks y Francia en 2007 (cuando los Pumas fueron bronce), realizado en el país galo y en las islas británicas, y que fue encabezado por Hayman. En esa ocasión, los jugadores locales se les pusieron cara a cara a los Hombres de Negro, desafiándolos de manera inusual, generando un clima increíble en el estadio. Finalmente, fue victoria de los locales por 20 a 18 en Cardiff y la clasificación para las semifinales.

Los excesos con el alcohol fueron otro de sus padecimientos. “Tenía problemas de temperamento, definitivamente, y luego en este punto de mi vida, me llevó por el camino de lo que yo consideraría el abuso del alcohol. Siempre disfrutaba de una cerveza con los chicos, pero en ese momento empecé a beber más. No sabía lo que estaba pasando y la bebida me proporcionaba un poco de evasión durante cierto tiempo. Aliviaba temporalmente los síntomas, pero al día siguiente todo volvía a ser como antes, si no peor. Era un círculo vicioso en el que quedaba atrapado”.

Las secuelas de su estado y deterioro progresivo no se reducen a los dolores de cabeza y pérdida de memoria. Hayman lo describe con una crudeza que moviliza y sensibiliza a cualquiera. “A medida que ha pasado el tiempo se ha hecho más evidente cuáles son los síntomas relacionados con las lesiones de CTE (Encefalopatías por Traumatismos Crónicos): pérdida de memoria, ansiedad, ira, depresión y abuso de alcohol. Últimamente me dan vueltas en la cabeza, se me traba la lengua y me cuesta encontrar las palabras adecuadas”.