Distinciones Carlos Pellegrini: Malibú Spring fue el Caballo del Año y el haras El Paraíso se llevó el Pellegrini del Año

En la noche de este martes, el Jockey Club Argentino entregó las Distinciones Carlos Pellegrini a los mejores de la temporada 2022. Se conocieron los campeones en las 19 categorías que componen actualmente la ceremonia y, como es habitual en la fiesta anual del turf en el hipódromo de San Isidro, sobre el final fue el presidente de la entidad, Juan Mariano Villar Urquiza, el que dio a conocer el nombre del Pellegrini del Año: “el haras El Paraíso, por sus más de 80 años ininterrumpidos de trayectoria en la actividad y los éxitos logrados en 2022”.

“Nunca imaginé que esto podía pasar. Muchas veces le decía a Victoria si no estábamos demasiado encerrados en el haras, demasiado con los caballos, sin vacaciones... Cuando pasan estas cosas, uno se da cuenta que haberle dedicado la vida a los caballos fue la mejor elección que hicimos”, reflexionó Pablo Duggan, acompañado por su esposa y por parte del equipo.

Además, El Paraíso se llevó por primera vez la estatuilla como criador, en un pronóstico que, por la ventaja que ya llevaba en la estadística la cabaña de la familia Duggan, pareció anticipar un año atrás Juan Carlos Bagó, propietario de Firmamento, que obtuvo esa distinción en 13 de los últimos 15 años y compartió la terna que incluyó, también, a Abolengo. Firmamento logró, sí, imponerse como caballeriza.

Malibú Spring ganó todas sus carreras de 2022, entre 1200 y 2000 metros, siempre sobre arena, aunque en tres hipódromos diferentes: San Isidro, Palermo y La Plata. La serie incluyó dos Grupo 1 en la media distancia: el Estrellas Mile y el Gran Premio Palermo. Desde 2003, cuando el más votado resultó el potrillo Little Jim, que el mejor millero no era, además, el Caballo del Año. Y por entonces, el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) había sido ganado por un extranjero, el brasileño Gorylla.

Además de Caballo del Año y mejor millero, Malibú Spring compartió el premio de “Mejor caballo adulto” con Miriñaque, que hace tres años había conseguido tres reconocimientos en su temporada de potrillo. Toda una proeza. En la categoría de velocista, Labrado le ganó el duelo a Luthier Blues y entre los fondistas, The Punisher, por su conquista en el GP Carlos Pellegrini.

Entre los 2 años vencieron la potranca Tan Gritona y el potrillo Subsanador, y entre los 3 años, El Musical y Una Arrabalera, que fue consagrada además como Yegua del Año, en ambos rubros votada por unanimidad. En tanto, la hembra adulta fue Joy Neverland.

Entre los reproductores, Nuit fue la madre del año gracias a sus hijos Nievre y Natán; Il Campione se consagró entre los padrillos y Orpen, entre los abuelos maternos.

Entre los profesionales, el brasileño Francisco Gonçalves fue elegido el mejor jockey por quinto año consecutivo y por sexta vez desde que se radicó en el país, hace nueve años y medio. Gonzalo Borda, de meteórico ascenso en un puñado de meses y pese a una lesión de por medio, resultó el aprendiz del año. Y entre los entrenadores, Carlos Daniel Etchechoury capitalizó el premio por cuarta vez en su trayectoria.

Desde hace unos años, el sistema de votación que involucra a asociaciones de propietarios y criadores, las gremiales de profesionales y empleados, la prensa especializada -incluido LA NACIÓN- y el público les otorga más valor a los que son elegidos por las múltiples entidades, aunque las categorías involucren a sus propios representados. En ciertos casos son juez y parte, lo que distorsiona un tanto el resultado final, que queda envuelto en las polémicas que siempre rodean a todo tipo de premiaciones, como puede suceder en los Olimpia, con los deportistas, o en los Martín Fierro, en el espectáculo. Eso, en el turf, convive con la emoción de los que suben a recibir sus estatuillas y agradecen entre lágrimas o con la voz entrecortada. El Jockey Club entrega los premios, a partir de los votos de la industria, y se reserva la potestad de invalidar los de quienes tengan penas graves, pero esta vez no sucedió, aunque ningún afectado por una suspensión que integró alguna terna terminó ganando.

El perdedor inesperado de la noche fue Durazzo, que logró seis primeros puestos consecutivos en cotejos clásicos en 2022, una cosecha que incluyó tres éxitos de Grupo 1: 25 de Mayo, Estrellas Classic y Copa de Oro. Pese a ello, el ejemplar que más conquistas en grandes premios cosechó en la temporada siquiera estuvo entre los cuatro finalistas a Caballo del Año y quedó huérfano de títulos.

Por otra parte, recibieron menciones especiales la Organización Sudamericana del Fomento del SPC (OSAF), la yegua madre Blues for Sale y el fallecido entrenador Domingo “Cacho” Pascual, representado por sus hijos. Además, hubo premios a la trayectoria al domador Roberto Vaccaro y los entrenadores retirados Juan Udaondo y José Luis Palacios.

Todos los ganadores

Dos años hembra: Tan Gritona.

Dos años macho: Subsanador.

Tres años hembra: Una Arrabalera.

Tres años macho: El Musical.

Yegua adulta: Joy Neverland.

Caballo adulto: Malibú Spring y Miriñaque.

Velocista: Labrado.

Millero: Malibú Spring.

Fondista: The Punisher.

Jockey: Francisco Gonçalves.

Aprendiz: Gonzalo Borda.

Entrenador: Carlos Daniel Etchechoury.

Caballeriza: Firmamento.

Criador: Haras El Paraíso.

Madre: Nuit.

Padrillo: Il Campione.

Abuelo materno: Orpen.

Yegua del Año: Una Arrabalera.

Caballo del Año: Malibú Spring.