Discapacidad y fraude: el día que España ganó los Paralímpicos con atletas que fingían deficiencia intelectual

Según reportes, 10 de los 12 deportistas no eran discapacitados. (Imagen de referencia Freepik)
Según reportes, 10 de los 12 deportistas no eran discapacitados. (Imagen de referencia Freepik)

Los Juegos Paralímpicos surgieron en el año 1960, con el fin de crear un escenario de primer nivel deportivo para aquellos atletas que tuvieran alguna limitación física o mental.

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Estas justas, junto con los Juegos Olímpicos, no se salvaron de intentos de fraude por parte de varias delegaciones participantes. El caso más reciente y recordado ocurrió en los Juegos Paralímpicos de Sídney, en el año 2000, más específicamente en la disciplina de básquetbol.

Para aquel año, el Comité Paralímpico Internacional (CPI) había establecido un umbral máximo de coeficiente intelectual de 70 puntos para aquellos jugadores que se consideraran discapacitados mentalmente.

Los falsos paralímpicos, una de las mayores trampas del deporte mundial (Captura Twitter)
Los falsos paralímpicos, una de las mayores trampas del deporte mundial (Captura Twitter)

Sospechosamente impresionante

El básquet debutó precisamente en las justas disputadas en territorio australiano. En dicho deporte, la delegación española tuvo una destacada y dominante presentación: lograron ganar todos los partidos que disputaron por, al menos, 15 puntos de ventaja sobre sus rivales.

Inclusive, el equipo de la península ibérica había logrado vencer a Rusia (la favorita en ese entonces) en la final por 87-63, llevándose así la medalla de oro.

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Su rendimiento fue tan superior que no tardó en levantar sospechas en más de un deportista. Bradley Lee, jugador del equipo nacional australiano que disputó aquel torneo, tenía sus dudas.

“Lo sospechaba, pero no lo expresé. Su equipo era completamente diferente a los demás. Teníamos nuestras dudas de que algo estuviera mal, pero no pudimos señalarlo”, reveló Lee, tal como citó el medio ABC News.

Alegría fugaz

24 horas después, el diario deportivo Marca les hizo un homenaje a los jugadores del equipo español de básquet que lograron conseguir la medalla de oro en las justas Paralímpicas.

Sin embargo, el periódico comenzó a recibir cartas de numerosas personas, quienes afirmaban que reconocían a algunos de los jugadores de ese combinado nacional, asegurando que no tenían ningún tipo de discapacidad intelectual.

La polémica estalló en noviembre del año 2000, cuando uno de los jugadores del equipo campeón paralímpico admitió que, en realidad, era un periodista de un diario financiero español llamado Capital. Su nombre era Carlos Ribagorda y reveló que logró infiltrarse en el equipo en el año 1999.

Los falsos paralímpicos
Los falsos paralímpicos - Créditos: @Yahoo

¿Poco rigor médico?

Más allá de hablar de él mismo, Ribagorda también relató que diez de los doce jugadores que hicieron parte de la delegación tampoco tenían alguna discapacidad mental, sino que habían fingido tenerla para poder participar en las justas en Sídney.

Ribagorda, tal como fue citado por el diario Huffington Post, mencionó que el único examen médico al que se sometió fue “un control de la presión arterial después de hacer seis flexiones de pecho”.

Durante su estadía en Australia, la mayoría de los jugadores españoles fingió tener discapacidad mental, tanto en los partidos, como por fuera de estos. Esta situación no tardó en causar incomodidad.

“En la segunda mitad de nuestro primer partido, anotamos 30 puntos fácilmente -dijo el periodista, tal como citó el diario francés- Entonces el entrenador nos dijo, medio riendo y medio serio, que arrastráramos un poco los pies para que no fuese obvio”.

Todo se reveló

Ribagorda sostuvo que, por lo menos, otros cinco jugadores del equipo español, sumado a varios otros atletas de otras nacionalidades, asistieron a los Juegos Paralímpicos de Sídney sin “ninguna discapacidad mental o física”.

Ante esto, el Comité Paralímpico Español abrió una investigación, la cual concluyó que, efectivamente, diez de los 12 medallistas tenían un coeficiente intelectual mayor a 70.

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Esto desencadenó en la devolución de las medallas de oro al CPI. Así mismo, las personas implicadas fueron llevadas a la justicia. 13 años después, el veredicto dictaminó que de las 19 personas acusadas, 18 fueron absueltas.

Por otro lado, Fernando Martín Vicente, quien era el presidente de la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (Feddi), tuvo que pagar una multa de 5.400 euros por fraude, además de devolver un total de 142.355 euros invertidos en subvenciones para los deportistas paralímpicos en ese entonces.

El fraude, orquestado por Fernando Martín Vicente, presidente de la FEDDI, tenía un trasfondo económico (Captura Twitter)
El fraude, orquestado por Fernando Martín Vicente, presidente de la FEDDI, tenía un trasfondo económico (Captura Twitter)

¿Castigo desmedido?

En su defensa, el entonces presidente de la Feddi explicó que había aprovechado un vacío legal: “Si alguien hace trampa, es difícil de detectar. Es fácil fingir que tienes poca inteligencia”.

Ante estas declaraciones, el CPI tomó la decisión de descalificar a los atletas con discapacidad mental de los Juegos hasta nuevo aviso. Dicha sentencia fue una medida injusta para muchos deportistas en el mundo.

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Robyn Smith, de Sports Inclusion Australia, manifestó en una entrevista citada por ABC News la preocupación que tienen muchos atletas coterráneos frente a esta decisión: “Muchos de nuestros atletas de alto nivel me llamaron para decir: ‘No hice trampa, no lo entiendo’. Fue desgarrador, pasar de ser héroes a ser expulsados del movimiento”.

Los deportistas con discapacidad mental no tuvieron participación hasta los juegos disputados en Londres, en el año 2012, luego de que el CPI se dio cuenta de la evolución de los métodos de detección de discapacidades.

*Por Juan Martín Herrera