Los dilemas del incendio de la incineradora de Doral

El incendio que provocó el cierre de la planta incineradora del Condado Miami-Dade hace cuatro meses también suscitó una cuestión incómoda para los líderes electos: ¿se debe construir una nueva en otro lugar?

La planta de Doral, que durante mucho tiempo fue motivo de fricción entre los vecinos que se quejaban del mal olor, cerró en febrero después que un incendio destruyó el equipo necesario para incinerar alrededor de un millón de toneladas de basura al año.

Eso supone más de la mitad de la basura que procesa el condado todos los años, basura que ahora se desvía a vertederos que ya se estaban quedando sin espacio en un condado con casi tres millones de habitantes.

“No es una opción sostenible”, dijo Mike Fernández, director del Departamento de Residuos Sólidos de Miami-Dade. “Los vertederos se llenan”.

El incendio del 12 de febrero no solo paralizó lo que Miami-Dade describe como la “pieza central” de su sistema de gestión de residuos, sino que también interrumpió un proceso encaminado a construir un moderno incinerador sustituto de $1,500 millones en el mismo lugar.

El año pasado, los comisionados de Miami-Dade se apresuraron a aprobar la construcción de la nueva planta en el mismo emplazamiento después que la alcaldesa Daniella Levine Cava presentó un informe de un asesor que calificó la medida la opción más eficiente.

La alcaldesa pidió que se estudiaran más a fondo tres lugares alternos, pero los comisionados aprobaron una resolución el 19 de julio de 2022 sin debate por la que se declaraba el emplazamiento de Doral el preferido.

Menos de un mes después del incendio, los comisionados revocaron esa decisión y acordaron empezar de nuevo a decidir dónde colocar una incineradora moderna. El comisionado Juan Carlos Bermúdez, ex alcalde de Doral, encabezó la iniciativa. Fue elegido en noviembre y vive a menos de una milla de la incineradora.

“Mi objetivo es el mismo que cuando era alcalde de Doral”, dijo Bermúdez durante una visita al incinerador el 31 de mayo. “Intentar convencer a mis colegas que encuentren una instalación alternativa a largo plazo que no esté cerca de una zona urbana. No se trata solo de Doral”.

La alcaldesa Daniella Levine Cava tenía previsto presentar este mes su recomendación sobre el futuro de la incineradora, pero obtuvo permiso de la Comisión del condado para retrasar ese plazo hasta septiembre.

De izquierda a derecha: Juan Carlos Bermúdez y Danielle Cohen Higgins, dos comisionados de Miami-Dade, y Mike Fernández, director del Departamento de Gestión de Residuos Sólidos del condado, se reúnen frente a la planta incineradora de basura Covanta cerrada el miércoles 31 de mayo de 2023.
De izquierda a derecha: Juan Carlos Bermúdez y Danielle Cohen Higgins, dos comisionados de Miami-Dade, y Mike Fernández, director del Departamento de Gestión de Residuos Sólidos del condado, se reúnen frente a la planta incineradora de basura Covanta cerrada el miércoles 31 de mayo de 2023.

Los opositores a la planta, gestionada por la empresa Covanta en virtud de un contrato con el condado por valor de $60 millones al año, ven el cierre como una forma de que Miami-Dade traslade finalmente la operación fuera de Doral.

La semana pasada, Earth Justice y Florida Rising, grupos de defensa que han exhortado a Miami-Dade a alejar la incineradora de la población, publicaron un informe que documenta los niveles insalubres de calidad del aire en el exterior de la planta durante el incendio. El informe también señaló que el incendio de febrero fue en realidad el quinto incendio en la instalación desde 2019, un historial que según los grupos destaca por qué los incineradores no deben operar cerca de zonas urbanas.

“Ninguna comunidad debería tener que soportar años de mal olor y contaminación y luego sufrir un incendio”, decía el informe.

El desarrollo residencial se ha ido acercando a la planta, que no contaba con urbanizaciones a su alrededor cuando se inauguró a principios de la década de 1980. Los vecinos le pidieron a Miami-Dade apoyo por tener que vivir cerca de una planta de procesamiento de basura que la convierte en electricidad.

“Esta planta lleva aquí 40 años”, dijo Odel Torres, de 66 años, un empleado federal jubilado que vive a una cuadra de las instalaciones de Covanta. “Es hora de que otro se encargue de los próximos 40 años”.

Odel Torres, de 66 años, un trabajador federal jubilado que vive a una manzana de las instalaciones de Covanta, se unió a dos comisionados del condado para hacer un recorrido por los terrenos de la incineradora el miércoles 31 de mayo de 2023.
Odel Torres, de 66 años, un trabajador federal jubilado que vive a una manzana de las instalaciones de Covanta, se unió a dos comisionados del condado para hacer un recorrido por los terrenos de la incineradora el miércoles 31 de mayo de 2023.

Torres formaba parte de un grupo de vecinos que se unió a Bermúdez y a otra comisionada, Danielle Cohen Higgins, en la planta de Covanta de NW 97 Avenue para la visita pública, tal y como exige la ley de reuniones abiertas de la Florida.

Higgins representa el sur de Miami-Dade, donde está una de las opciones rurales identificadas en el informe del condado sobre el futuro de la incineradora, publicado siete meses antes del incendio.

Dijo a la multitud que quería asegurar que Miami-Dade escuche a todos los que podrían verse afectados por la decisión que se avecina sobre una incineradora moderna.

“Para mí, cuando se trata de una decisión de esta envergadura, es importante tener esta reunión y reuniones continuas —potencialmente en los otros lugares también— para que seamos capaces de tomar una decisión con información a la mano”, dijo.

Un memorando del 27 de abril de VEI Engineering, consultora de Covanta, calculaba que volver a poner en funcionamiento la planta propiedad del condado costaría unos $109 millones y llevaría entre ocho y 10 meses de diseño e ingeniería y entre 12 y 15 meses de construcción. William Meredith, el ejecutivo de Covanta que supervisa la planta, dijo que prevé entre 12 y 18 meses luego del visto bueno del condado para reanudar el funcionamiento de la incineradora.

Por ahora Miami-Dade está aumentando los envíos de basura al vertedero del sur de Dade, que estaba previsto que se llenara en 2029 antes que aumentaran los envíos después del incendio. Miami-Dade también está transportando basura en camiones a los vertederos del centro del estado.

Un portavoz de Residuos Sólidos dijo que los costos adicionales de vertido están muy por debajo de los aproximadamente $60 millones que Miami-Dade estaba pagándole a Covanta para operar la planta, por lo que el cambio todavía no afecta el presupuesto de la agencia, pero con el condado aprovechando contratos existentes con Waste Management para el espacio de vertedero extra, no se sabe cuánto costaría la operación de envío a largo plazo una vez que los permisos actuales caduquen.

Raquel Regalado, comisionada que representa partes de Miami, dijo que quiere que el condado tome en cuenta el envío de basura de Miami-Dade en trenes de carga, mientras que la planta de Covanta está desactivada; también está planteando la idea de un distrito fiscal de reurbanización alrededor de la incineradora para desviar los impuestos sobre la propiedad a la construcción de una instalación en otro lugar.

“Una vez que esos terrenos dejen de usarse para ese fin, el valor de las viviendas de los alrededores aumentará”, dijo. “Quiero que tengamos opciones. Quiero que lo estudiemos todo”.

Arreglar la planta no resolvería los problemas de basura de Miami-Dade a largo plazo.

Construida en 1982, las calderas de la planta, las cintas transportadoras y otras piezas importantes del equipo “han alcanzado o se acercan al final de su vida útil prevista”, según un memorando de Levine Cava del 18 de octubre publicado meses antes del incendio.

Meses antes, Levine Cava publicó un informe que sentaba las bases para que la Comisión decidiera dónde construir una incineradora moderna. Con diseños de circulación de aire modernizados, ventiladores de presión negativa y otras mejoras, los ejecutivos de Covanta dijeron que una nueva incineradora no provocaría las quejas por los malos olores.

Un informe de julio de 2022 elaborado por la consultora del Condado Arcadis concluía que construir una moderna planta incineradora de $1,500 millones en el actual emplazamiento de Doral era la opción más barata y rápida, con una previsión de construcción de unos siete años.

En su memorando de presentación del informe, Levine Cava pidió a los comisionados que autoricen un segundo estudio antes de tomar una decisión definitiva sobre en dónde construir la incineradora.

Redujo las opciones a tres alternativas: una en Medley, unas dos millas al norte de la instalación actual, y dos lugares en el suroeste de Miami-Dade, pasado el límite de desarrollo urbano del condado y cerca de los Everglades.

Además de tener que mitigar los efectos sobre los humedales y el hábitat de la pantera en peligro de extinción, las ubicaciones rurales también añadirían unos $80 millones en costos de construcción y más del doble de los $11 por tonelada de costos operativos previstos para una nueva instalación en Doral.

Al hacer una recomendación sobre los pasos a seguir luego del incendio de Covanta, Levine Cava ofrecerá a los críticos de la planta un incentivo a largo plazo de una política de “cero residuos”, diseñada para reducir la necesidad del condado de quemar basura invirtiendo más en reciclaje y otras prácticas respetuosas del medio ambiente.

En un memorando del 18 de octubre que acompañaba a la renovación del contrato de explotación de Covanta, Levine Cava calificó la planta de una “pieza central” del sistema de procesamiento de basura del condado y dijo que su cierre “obligaría a depositar en vertederos más de un millón de toneladas adicionales de residuos sólidos al año”.

En una entrevista el lunes, la alcaldesa trazó una línea divisoria entre volver a poner en marcha la planta de Covanta y decidir dónde construir una instalación para procesar la basura en el futuro.

“Tenemos que tener una solución a corto plazo”, dijo. “Y una solución a largo plazo”.