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Diego Schwartzman: de la eliminación prematura al juramento olímpico para 2024

Diego Schwartzman, de Argentina, en el partido ante Karen Khachanov, del Comité Olímpico Ruso, durante la tercera ronda del tenis de Tokio 2020
Seth Wenig

TOKIO.- Su imaginación se proyecta a París 2024. ¿Qué será del mundo para dentro de tres años? En esos Juegos Olímpicos también quiere estar Diego Schwartzman, si es que el ranking mundial le hace un guiño y la raqueta le sigue respondiendo. “Pero incluso iría hasta si estuviera en un cincuenta por ciento, porque todo lo que se disputa en equipo lo disfruto mucho más, con gente apoyándote. Me divierte”, sugiere el Peque, después del adiós en su debut olímpico tras perder con el ruso Karen Khachanov, en los octavos de final. Es un torneo que recordará por haberse sentirse dentro de la cancha como un zombie de “The Walking Dead”, tal como graficó, por el calor extremo que no dio tregua en el Ariake Tennis.

Ya desde el primer día criticó a la organización tenística de los Juegos y hasta la ridiculizó, describiéndola como tres personas que deciden con aire acondicionado sentados en un sillón, y que visitan las canchas con anteojos de sol. “Parece un chiste”, se lamentó el N° 13 del ranking, que hasta estrelló su raqueta contra el cemento y la dejó inservible poco antes de consumarse la caída por 6-1, 2-6 y 6-1. Una descarga nada habitual en él, pero que llegó como consecuencia de sus repetidos errores.

El éxito de tenistas, golfistas y de muchos otros atletas tiene bastante que ver con estrategias de calendario: es medir conveniencias deportivas semana tras semana, evaluando los beneficios de los torneos y dosificando el cansancio. La inscripción en Tokio 2020 para los ases de la raqueta no cerraba por ningún lado, debido a la lejanía del país organizador, pero sobre todo por los protocolos y la imprevisibilidad del coronavirus, una desgracia mundial que nunca se sabe por dónde contraatacará aunque parezca dominado. Rafael Nadal, Dominic Thiem y Roger Federer –que arrastraba una molestia de la gira de césped- son tres de los que renunciaron al olimpismo convencidos de que el esfuerzo y la mudanza no se justificaban.

“Es difícil equilibrar una apuesta olímpica con el calendario en sí. Cuando volvimos a jugar en julio de 2020, estuve cuatro meses de gira y después pude frenar un mes y pico en casa. Pero en estos últimos seis meses estuve menos de 10 días en mi hogar, entre la pandemia y las restricciones para volver”, explicó el jugador formado en el Náutico Hacoaj. Al margen de esos señores que él imaginó ventilados con el split, y esas canchas que se convirtieron en un horno bajo el implacable chillido de las cigarras, siempre habría aceptado las condiciones de los Juegos Olímpicos. “Nunca me arrepentiría de formar parte de uno de ellos; volvería aunque supiera que se disputaran bajo 40 grados. Me preparé de la mejor forma y estaba incluso mejor físicamente que Khachanov, pero ese pensamiento de verme más entero que él me jugó una mala pasada”.

El argentino Diego Schwartzman reacciona durante el partido contra el ruso Karen Khachanov por la tercera ronda torneo de tenis de los Juegos Olímpicos de Tokio, el miércoles 28 de julio de 2021. (AP Foto/Seth Wenig)
Seth Wenig


El argentino Diego Schwartzman reacciona durante el partido contra el ruso Karen Khachanov por la tercera ronda torneo de tenis de los Juegos Olímpicos de Tokio, el miércoles 28 de julio de 2021. (AP Foto/Seth Wenig) (Seth Wenig/)

La primera sensación es amarga para Schwartzman, porque es consciente de que ganó los dos partidos que tenía que sacar adelante a como diera lugar (ante el peruano Varillas y el checo Machac), pero que se frustró ante su primer rival duro del cuadro. Aunque el balance final le dará positivo, entre la vivencia de una competición totalmente nueva para él y un entorno deportivo mucho más abarcador que lo que encuentra cada semana en el particular mundo del tenis. Además, el legado que dejaron otros tenistas argentinos pesa: el Peque sabe de primera mano la inolvidable experiencia que vivió Juan Martín del Potro en Londres 2012 (bronce) y Río 2016 (plata). Un plus emocional para un tenista y un desafío distinto, con un salpicado de estrellas en los draws.

Schwartzman bien pudo haber sido un candidato a medalla para la Argentina; así lo indica su roce internacional y su jerarquía de jugador. Quizás, si se hubiese abstraído un poco más de la organización errática del certamen y sus malas previsiones respecto de las temperaturas extremas, habría estado más focalizado y cerca de la lucha por alcanzar el podio. Sin embargo, no pudo dominar sus demonios y Khachanov hizo el resto para asestar al Peque una despedida que suena a prematura. “Sacando la eliminación en sí, la experiencia fue muy linda, muy buena y solo resta sacarse la bronca”, sostiene Schwartzman, que ahora vuelve a poner su cabeza en modo ATP Tour con la gira norteamericana de los Masters 1000.

Debut y despedida para un dobles nuevo

A Horacio Zeballos y Nadia Podoroska, el primer desafío del cuadro de dobles mixtos ya les impuso una vara muy alta y no pudieron superarla: la caída ante la australiana Ashleigh Barty (N°1 del mundo) y su compatriota John Peers por 6-1 y 7-6 (3) tuvo más el provecho de la experiencia en sí misma que las posibilidades reales de ganar. Era la primera vez que el marplatense y la rosarina jugaban juntos de manera oficial y lo que más capitalizaron fueron las vivencias de entrenamientos.

“Fue más que nada el hecho de compartir y asimilar varias enseñanzas de Horacio, en su condición de gran doblista en el circuito”, comentó Podoroska, cuya aventura hasta llegar hasta Oriente arrancó desde muy lejos en el tiempo, a partir de su conquista del oro en los Panamericanos de Lima 2019. Lógicamente, los dos quedaron molestos con la caída ante los oceánicos, pero enseguida resaltaron el lado positivo de la excursión por Japón. “Con Nadia no solo nos entrenamos en la semana, sino que también hablamos un montón; fue algo nuevo. En el partido arrancamos un poco indecisos, sin tanta experiencia, y los rivales lo manejaron mucho mejor. Ya en el segundo set rendimos en un gran nivel y estuvimos cerca. A los dos nos gustaría estar en los Juegos de París 2024, un lugar al que vamos todos los años”, mencionó Zeballos.