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Derrotas convertidas en victorias

Soccer Football - Spanish Super Cup - Semi Final - Real Madrid v FC Barcelona - King Fahd International Stadium, Riyadh, Saudia Arabia - January 12, 2022 Real Madrid's Dani Carvajal in action with FC Barcelona's Jordi Alba REUTERS/Albert Gea
El clásico de Arabia. (Foto: Reuters/Albert Gea)

El pasado miércoles, tras perder (2-3) contra el Real Madrid, Joan Laporta bajó al vestuario para pronunciar un discurso. En apariencia, el presidente se dirigía a los jugadores recién eliminados en semifinales de la Supercopa. En la práctica, hablaba a todos los culés, pues el vídeo fue distribuido al día siguiente por los canales oficiales del club y, minutos después, por el resto de medios deportivos. "Habéis dado la cara, estamos orgullosos"; “este es el camino”, dijo, entre otros mensajes lógicos. Nadie esperaba que saliera a quemarse a lo bonzo y aún menos tras una derrota más que digna. A Laporta le toca vender su gestión y a los medios, se supone, fiscalizarla. Contar lo que ven, o “lo que hay”, que dirían Piqué y Koeman. No es el caso, claro, de aquellos medios que admiten sin rubor que su labor consiste en escribir lo que sus lectores desean leer. La infantilización de la audiencia, de la que tanto se habla últimamente al analizar la comunicación política —o lo que queda de ella— no nos pilla de nuevas a quienes llevamos décadas leyendo la prensa deportiva.

Tanto se esforzaron en voltear el último clásico algunos comentaristas que, por momentos, pareció que era el Barça quien se había metido en la final. La táctica no es nueva y menos en los llamados ‘Clásicos’. En 2009, el diario ‘Marca’ transformó una victoria azulgrana (1-0, gol de Ibrahimovic) en “sabor a victoria” blanco. Y en 2015, en el mismo diario, José Félix Díaz escribía que Ancelotti salía “reforzado” tras caer (2-1, gol decisivo de Mathieu) en el Camp Nou. Fue destituido al acabar la temporada, por cierto.

“Desde Madrid se puede decir que el Barça ha mejorado pero, cuando se dice en Barcelona, es que estamos montando una euforia tremenda en Barcelona. No se está montando ningun euforia en Barcelona”, comentaba Sique Rodríguez en ‘El larguero’ (Cadena Ser). Sin duda, no había escuchado aún vaticinios como el de Cristina Cubero: “Quizás no dé para ganar esta Liga, pero este equipo se está construyendo para ganar las próximas diez”, decía la periodista de ‘Mundo Deportivo’ más o menos a esa misma hora, en el programa ‘Estudio estadio’ (Teledeporte). Pero el premio al comentario entusiasta se lo lleva Moisés Llorens, de ESPN, en la tertulia de ‘A diario’ en Radio Marca: “La apuesta por la gente joven está resultando. Nos hemos olvidado ya de manera muy rápida de que hace medio año estábamos diciendo que la etapa post-Messi iba a ser muy dura, muy pesada, muy costosa. Apenas se habla ya de Messi. Se habla de ilusión”.

Creo que el aficionado del Barça, por supuesto, tiene varios motivos para el optimismo a medio plazo. Pero su prensa afín, por si acaso, le suministra estos días algunos consuelos bastante tontorrones. “La posesión ha sido siempre del Barça en los Clásicos”, titulaba Xavier Bosch en ‘Mundo Deportivo’: “En la racha de cinco derrotas culés ante el Madrid, los azulgrana siempre han tenido el balón”.

En ‘Sport’, Iván San Antonio asegura que “la derrota en la Supercopa no tuvo nada de placentera” pero añade:

“Saber cómo se quiere ganar permite ser feliz incluso en la derrota, algo que el Real Madrid, por ejemplo, no tiene. La euforia en la victoria y el vacío en la derrota es consecuencia de no tener un plan. Esta forma de vivir no es exclusiva de los blancos, sino un ejercicio de supervivencia generalizado. Parafraseando lo de “es tan pobre que solo tiene dinero”, el club de Florentino Pérez es tan simple que solo sabe ganar”.

No dudo que se pueda ser feliz en la derrota. Lo que no comprendo es, entonces, por qué tanto empeño en edulcorarla.