Devin Haney derrotó por puntos a Vasyl Lomachenko y conservó el título mundial liviano

Devin Haney impacta sobre Vasyl Lomachenko; el norteamericano ganó sin merecerlo
Devin Haney impacta sobre Vasyl Lomachenko; el norteamericano ganó sin merecerlo - Créditos: @SARAH STIER

El invicto norteamericano Devin Haney conservó el titulo mundial liviano en Las Vegas: en una gran pelea, de alto voltaje emotivo y técnico, superó por puntos y en fallo unánime al ucraniano Vasyl Lomachenko, que tenía una leve ventaja a su favor. Haney, un angelado y protegido campeón de la nueva promoción de boxeadores estadounidenses, no pudo superar su primera gran prueba crucial en su carrera internacional.

Pese a ganar por puntos y retener su unificado campeonato mundial de los livianos (AMB-CMB-FIB-OMB), en una demostración técnica de alta escuela y encabezar su primer gran protagónico en el mítico casino MGM de Las Vegas con sólo 24 años, Haney no logró la consolidación popular y efectiva que la cátedra de este ámbito le exigía. En definitiva, un objetivo tan o más transcendente que el mismísimo resultado, que en modo injusto y unánime le otorgaron los jurados: 115–113, 116–112 y 115–113. ¿Cuál fue la razón de este escenario? La vigencia y la sabiduría de Lomachenko, que en los últimos meses reparte su tiempo entre las tareas humanitarias para sus compatriotas ucranianos en el campo de batalla frente a los soldados rusos y su oficio de extricampeón mundial.

La alegría de Devin Haney, con todos sus cinturones tras batir a Lomachenko
La alegría de Devin Haney, con todos sus cinturones tras batir a Lomachenko - Créditos: @SARAH STIER

Apoyado en una gran estrategia pugilística y un temple admirable, el ucraniano disimuló el paso del tiempo –tiene 35 años de edad aunque se sospechan unos posibles 37, según historiadores- y en un match muy parejo pero con desequilibrios a su favor mereció mejor suerte en el veredicto: 115-113 a su favor en la tarjeta de LA NACION. Su puntería de mano izquierda fue decisiva en los quiebres del pleito (Lomachenko ganó el 1°, 2°, 3°, 7°, 8°, 10°, 11° rounds y Haney obtuvo el 4°, 5°, 6°, 9° y 12°.

Quizás a esta altura ya no importe cual haya sido el criterio de los jueces o el objetivo del negocio. Hoy por hoy, el lucimiento sobre el ring y la labor ofrendada pesan mucho más que el resultado en sí. Los espectadores casi no dejaron hablar a Haney para la TV tras su victoria; abuchearon sus palabras y nadie rescató su testimonio: “He logrado una victoria histórica y la valoro muchísimo”, llegó a decir. Su gran talla y envergadura para esta división (61.200 kg) se convierten en un gran escollo a vencer cada vez que enfrenta la balanza. Y eso se nota en el ring. Tiene clase, buenos golpes directos, pero carece de potencia y remate por el sacrificio físico y el ayuno alimenticio al que se somete cada vez que sube al ring.

¿Habrá revancha? Creemos que no. Haney sacará un “boleto inmediato” hacia el peso superior : 63.500 welter jr y allí comenzará su caravana hacia la suma de diferentes diademas.

¿Y Lomachenko? Sólo sonrió ante el particular veredicto. “La gente sabe lo que pasó. El público vio la pelea”, exclamó con una expresión triste y resignada. Con la imagen de alguien que viene de la guerra conviviendo con la muerte. Con la realidad mas cruel que un ser humano puede vivir en la tierra. Le sobra educación; también clase y temperamento, aunque cada vez luce –físicamente- más pequeño en esta división donde los demás púgiles parecen gigantes frente a él. Tiene el derecho ganado con sus dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos y tres mundiales ganados (pluma, liviano jr y liviano) para elegir cualquier adversario y dar vida a otro “pelea estrella” como ésta.

Hubo dos padres en los rincones. Y esto también fue parte del combate. Aunque pocos lo notaron. Dos escuelas de enseñanzas opuestas. La vieja escuela rusa y el modernismo americano. Anatoly Lomachenko, no dijo una palabra tras el fallo. Pintó una mueca de indignación y fue suficiente. En tanto Billy Haney, papá de Devin, eufóricamente gritó a las cámaras y al estadio que su hijo, en poco tiempo, será el mejor boxeador del mundo. Nadie le creyó.

El resumen de la pelea