El despertar de la Albiceleste

Doha, 27 nov (EFE).- Después del varapalo sufrido ante Arabia Saudí en la puesta en marcha de Qatar 2022, la selección argentina despertó a tiempo con un triunfo ante México que devuelve al conjunto de Lionel Scaloni donde se esperaba, con las opciones de clasificación intactas y en el meollo de la lucha por el Mundial.

Un giro radical desde el banquillo y la puntualidad de Leo Messi para auxiliar a Argentina en el momento oportuno, en cuanto tuvo ocasión, arrinconaron a los agoreros y resucitaron el entusiasmo de todo un pueblo que otra vez se ve con la copa en la mano.

Del optimismo inicial antes de arrancar Qatar 2022 se pasó a la depresión. Arabia llevó el desánimo al entorno albiceleste que estuvo los días previos a la cita con México al borde del ataque de nervios, en plena excitación. El buen hacer ante la Tri, un combinado que afrontó la cita con ciertos complejos, recuperó la rutina para Argentina.

Lionel Scaloni desatiende los extremos. No es de dramas ni de euforia. Relativiza el asunto y eso le dio mucho a su plantilla en un momento de tantas emociones, de tensión y de sensaciones encontradas para toda su gente. En pleno estrés, Scaloni puso calma.

"Habría que tener un poco más de sentido común. Es un partido de fútbol. Las sensaciones de que te estás jugando algo más que un partido de fútbol no lo comparto. Tenemos que corregirlo, no lo comparto. porque cada vez que te tengas que jugar una clasificación, un partido. fue sensación de desahogo. Es difícil hacer entender a la gente que mañana sale el sol"

Cuando la pasión desborda a la razón es difícil establecer la calma. Lo intentó Scaloni pero su equipo saltó al campo de Lusail acelerado, con síntomas de asumir más responsabilidad de la necesaria y con la urgencia de responder a las expectativas y la ilusión de toda una grada comprometida con los colores del país. Pero no había lugar al drama.

El técnico de Santa Fe que en su día irrumpió en el equipo nacional con carácter transitorio y que después se quedó, hizo lo que estaba en su mano. Adoptó decisiones y sacudió el equipo con cinco variaciones del tirón. Innovó en la defensa con la entrada de Gonzalo Montiel, Marcos Acuña y Lisandro Martínez y dio también un vuelco al mediocampo con la presencia de Guido Rodríguez y Alexis MacAllister.

Le dio resultado el zarandeo al once a Scaloni, espeso al principio y desenvuelto después y salió airoso del primer contratiempo serio desde que es el responsable de la albiceleste.

Aunque al final el partido dio un vuelco porque quiso Leo Messi que ante México se situó a la altura de Diego Armando Maradona en la trayectoria mundialista. El rosarino ya está a la altura de partidos y de goles como 'El Pelusa'. Ambos han disputado veintiún partidos con la selección y han anotado los mismos tantos, ocho, aunque aún tienen por delante a Gabriel Batistuta, el jugador de la albiceleste que más goles ha logrado con Argentina en los Mundiales, diez.

Apareció el jugador del París Saint Germain y se acabó todo. El estadio se encendió otra vez y el equipo se disparó. Marcó un tanto y asistió en el otro para erigirse en el único futbolista que ha proporcionado pases de gol en cinco mundiales distintos.

"Los días se hicieron largos y queríamos que llegara el partido. Sabíamos que era un partido límite y que con una victoria nos volvíamos a acomodar en el torneo. Fue un descargo para el vestuario y una alegría porque volvemos a depender de nosotros", dijo tras el partido.

Santiago Aparicio

(c) Agencia EFE