El desafío de Luis Enrique

Madrid, 4 oct (EFE).- La fase final de la Liga de Naciones, a la que España llega condicionada por una plaga de bajas y con la lista más revolucionaria de Luis Enrique Martínez, se ha convertido en un desafío para el seleccionador, que salió airoso de su primera fase final en la Eurocopa 2020 y encuentra ante Italia, el rival que fue su verdugo Wembley, un gran desafío con una selección de autor.

Sin Dani Carvajal y Marcos Llorente en el lateral derecho ni Jordi Alba o José Luis Gayá en el izquierdo, con Sergio Ramos lesionado desde hace meses y sin fecha de vuelta para un centro de la defensa que perdió a última hora a Raúl Albiol.

Asumiendo el golpe de perder a Pedri, el futbolista español más brillante en la Eurocopa, y a Carlos Soler, el centrocampista que le sustituyó tras los Juegos Olímpicos de Tokio para extender en la selección su gran inicio de curso. Sin Sergio Canales ni Brais Méndez, éste por un esguince de tobillo a horas de incorporarse a la concentración.

Esperando con deseo la puesta a punto de Ansu Fati, la recuperación de Dani Olmo para un tridente ofensivo que se queda sin un 9 puro por las lesiones de Álvaro Morata y Gerard Moreno.

Los condicionantes para acudir a la cita en Italia son demoledores para los planes de Luis Enrique, que deja mensajes a jugadores que no estuvieron al nivel que de ellos esperaba en la Eurocopa, prescindiendo de la experiencia de Thiago Alcántara y el momento álgido de Fabián en un Nápoles arrollador.

UNA PROPUESTA SIMILAR CON DIFERENTES NOMBRES

España se despidió de la Eurocopa dejando un legado de buen fútbol, en su mejor partido en el torneo en Wembley, en una semifinal ante Italia que se decidió en la tanda de penaltis. La fortuna que les había sonreído con anterioridad, le dio la espalda a los jugadores de Luis Enrique, que en el reencuentro con el equipo italiano mantendrá una misma identidad pero con nuevos nombres por las lesiones.

Aquella noche del 6 de julio, la 'bella Italia' redujo su brillantez y se encerró en su terreno de juego empujada por el dominio aplastante de balón de España. Dani Olmo generó desequilibrio en la firme pareja de centrales italiana (Bonucci-Chiellini), Pedri rompió entre líneas y por la banda izquierda Jordi Alba fue un puñal.

Son las tres ausencias de inicio que afectan a los esquemas de Luis Enrique. Sergio Reguilón se perfila como solución en el lateral zurdo, Mikel Merino en el centro del campo, si el técnico asturiano no cumple su frase de dar la titularidad a Gavi que lanzó como respuesta ante el revuelo de la llamada a un jugador de 17 años con apenas unos minutos de experiencia en la elite con el Barça.

La opción de saldar deudas con un pasado reciente de Pablo Sarabia, ausente en la semifinal de la Eurocopa por una lesión sufrida en cuartos de final, es la que gana más fuerza en una delantera sin 9 nato, en la que se perfilan indiscutibles Mikel Oyarzabal y Ferran Torres.

Ningún jugador español brilla en las clasificaciones individuales de la Liga de Naciones. Apenas Fabián, ausente en la lista de Luis Enrique, aparece como el segundo máximo asistente con cuatro pases de gol; y Pau Torres, que lo jugó todo en los seis partidos de clasificación, como el tercero que más balones roba con 37.

Pero como ocurrió en la Eurocopa, España brilla como equipo. La que más posesión tuvo (64,7 por ciento), la más fiable con balón y la mejor en pases completados (el 89,7 por ciento). Son estadísticas que lideró en el torneo del pasado verano pero que no le sirvieron para volver a reinar en Europa pese a irse sin derrota de la competición.

La Liga de Naciones presenta una nueva opción de título a un equipo condicionado por una plaga de bajas en el momento más inoportuno.

Roberto Morales

(c) Agencia EFE